extinción: un mundo en crisis

Capitulo 5: por los que ya se han ido

 capítulo 5: por los que se han ido

justo después de dejar al grupo de narcotraficantes y recargar nuestras armas, fuimos a caminar un poco al bosque en busca de frutas, encontramos unas cuantas moras de las cuales Esperanza comió la mayoría, comenzamos a platicar un poco sobre nuestras motivaciones. yo era el típico egoiste, como ya lo mencioné, sólo me uní por proteger lo que me importaba, ellos, como buenos subnormales, decidieron unirse sin pensarlo cuando recibieron la propuesta, pues para ellos era un sueño cumplido volverse agentes en cubierto y cazar personas. buscaban una emoción extrema, Laura y Luis eran exáctamente lo que cualquiera podía percibir en 5 minutos, provenían de una familia media alta; entrenaron esgrima desde pequeños con su hermano mayor, de hecho, él había sido reclutado también.

pasados unos 20 minutos de charla comenzamos nuestro recorrido a rescatar la ciudad, teníamos el equipo y tiempo justos, hasta que un grito desgarrador robó nuestra atención.

-Alfonso, ¿qué pasó?

el hombre estaba corriendo hacia nosotros con un bebé en brazos y sangre en el rostro.

-¡está adentro, es el diablo, está adentro!

la palidez de su rostro indicaba que algo había sucedido, rápidamente dimos media vuelta y comenzamos a hablar un poco.

-Alfonso no podía hablar elocuentemente, así que nos mostró unas grabaciones del  incidente desde una tableta que traía bajo el brazo. la escena fue algo brutal, el video mostraba que justo cuando nos alejamos uno de los guardias abrió la puerta, ante lo que parecía un toquido; entonces, lo vimos, era el zombi pequeño y lleno de verrugas, tan pronto abrió la puerta el tipo, se lanzó contra su cuello perforando en un mordisco sus arterias, la escena seguía, mientras más pasaban los segundos, más verrugas brotaban en su cuerpo, estas escurrían un líquido verdoso similar al que hayamos cerca de la entrada; la criatura comenzó a correr como un cuadrúpedo hasta un cuarto, en el cual se hallaba un ducto de ventilación, esa cosa entró y perdimos total rastro del zombi,se podía ver el rostro de miedo y desesperación de aquellos hombres, no había un cuarto que estuviera en paz, todo cambió inmediatamente, en uno de los cuartos, donde había un hombre sólo, se pudo observar como un líquido verde comenzaba a gotear del techo, el hombre con un gesto de asombro inicia el tiroteo contra el techo de manera desesperada, pero la pared era excesivamente gruesa para sólo atravesar, su rostro muestra un genuino terror ante la incertidumbre, como si su alma fuese a ser devorada, no se ve un sólo movimiento, así que va en busca de una silla para subir al respiradero del ducto. la rejilla está completamente destrozada, así que la  retira sin mayor problema, introduce su cabeza y brazos junto a su arma, se puede notar por los giros de su cuerpo que busca al monstruo, su cuerpo no deja de temblar, al parecer no logra encontrar nada, instantes después, en la habitación entra aquel demonio con su delgado cuerpo, se ve que ha desarrollado garras filosas, se lanza entonces directo contra el estómago del hombre atrapado, los ríos de sangre brotan de su cuerpo, cayendo de nuevo en la habitación, el, ha perdido su arma arriba, pero en un intento desesperado por sobrevivir comienza a tirar golpes contra el rostro de aquel zombi, pero estos no consiguen alejarlo, en cambio causan que las verrugas revienten, la pus comienza a volar cayendo gran parte en el rostro de su víctima, este, aparenta ser un poderosísimo ácido que lo hace retorcerse en dolor, al final, deja el cuerpo inerte continuando así su recorrido.

rápidamente dimos vuelta.

-¿eres el único superviviente?- le pregunté rápido, mientras mi piel se erizaba de pensar cuántas muertes había causado, en parte sentí que fue mi culpa por no acabarlo en el monte.

-aún hay más, cuando salí cerré todas las habitaciones, nadie puede entrar o salir de su cuarto, pero, mi esposa, esa madre se la chingó.

Nuevamente el destino lo mostraba, no somos o fuimos los tipos cool que desayunan zombis en el apocalipsis, sólamente somos un montón de subnormales y excluidos sociales que siempre llegan tarde, un grupo inútil, que a lo mucho hemos salvado unas 200 o 300 vidas de los más de 120 millones de habitantes, sólo podía pensar en que debíamos entrar.

llegando al lugar, Alfonso abrió la puerta, era un lugar enorme, de inicio la puerta tenía el grueso de un tronco de árbol, mientras nosotros entrábamos, Alfonso se quedaría con Esperanza,el activaría las puertas para que solamente pudieran abrirse por fuera,  la misión era meramente de ejecutar la amenaza y sacar a los civiles, nada duro.ingresamos entonces, era un largo pasillo con piso de mosaico y lámparas, en el piso había una enorme mancha de sangre, debía pertenecer al primer empleado del video; pero el cuerpo no estaba.

-¿traen jeringas?- le dije a los gemelos virginidad- puede que aún esté con vida, si fue mordido debemos vacunarlo cuanto antes, aún hay tiempo antes de la fase de necrosis. después de decir eso, vimos que la sangre marcaba un camino, comenzamos a recorrer la sala, las gotas terminaban frente a un minibar, esto era un poco extraño, repentinamente nuestra espalda se erizó por un fuerte grito de Laura.



#3949 en Ciencia ficción
#2399 en Terror

En el texto hay: caos, zombis, muerte

Editado: 17.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.