Todo lo que ves es una mentira. Yo por ejemplo, soy un gran ejemplo de ella. Pero mas allá de ser o no ser algo, me encuentro con que me conformo con mi existencia. Cada vez que observo a alguien, cada vez que detallo en su comportamiento, me doy cuenta que todo es realmente extraño.
Las personas nos hemos acostumbrado a ser así. A ser algo diferente a lo que decimos, únicamente por agradarle a los demás. ¡Pero por favor, todo el mundo sabe que eso termina siendo terriblemente deprimente! ¿Agradarle a todo el mundo? Porque el ser humano se esfuerza tanto en ello, sabiendo que el resultado termina en algo como: "¡¿Por qué no mejor te vas a la mierda?!".
Claro, no todo el mundo sería tan grosero como yo.
Quizá podrían ser... peor.
El caso es que, si puedes mandar a la gente a revolcarse en sus excrementos de una forma artistica y asquerosamente educada, entonces quizá eres peor que los que dicen todo de una forma ordinaria y directa. Dime, ¿no es extraño regodiarte en el dolor de otro? Sabiendo que esta se desespera por ser tratada de una forma que raya en lo macabro. Si disfrutas de esto, pero esperas que la gente sea condescendiente contigo entonces realmente eres extraño, o peor aún eres repulsivo.
¿Sabes cuál es la diferencia entre ser extraño y ser repulsivo? Que lo extraño despierta la curiosidad y lo repulsivo... simplemente la apaga.