Eres una mentira, acéptalo.
Pero no lo aceptes porque estás leyendo esto con tu voz. Acéptalo porque reconoces ser una inmensa porquería. Acepta que realmente no eres nada. Acepta que te encanta la monotonía y vives en agonía cuando no respiras en ella. Entonces, cuando los monstruos son descubiertos, cuando la verdad es libre, el miedo desaparece, se esfuma, se convierte. Dejas de ser algo terriblemente repulsivo y te conviertes en lo que tanto evitas; humano.
Las mentiras se ahogan mientras la verdad respira. Entonces podrás dejar de tener pesadillas, para soñar con alegrías.
Todo para volver a ser lo de cada día; ser una mentira.
¿Te encanta, no?