Estaba cumpliendo mi mayor sueño, volando con destino a Seoul, Corea del sur, donde comenzaría mi nueva vida. Pero eso no es lo que realmente me pone nerviosa, si no descubrir el rostro de mi compañero de asiento, Kim Nam-joon, más conocido por RM, el líder y rapero principal de la banda BTS.
Pum, pum, pum…
Tranquilos, no se ha roto ningún motor ni es el sonido de ninguna bala o bomba, es el latido inquieto de mi corazón.
—RM…
Volví a repetir, quizás mi corazón no era lo único que funcionaba mal. Hola neuronas encargadas del habla, ¿Estáis ahí?
— ¿Podrías dejar de decir mi nombre?—Dijo mirando alrededor y poniéndose de nuevo la capucha más el cubre boca, ocultaba su increíble rostro al mundo. Estaba tenso y se removía inquieto en el asiento, me gustaría decirle que amo sus canciones y que hace un trabajo increíble, pero parecería una maldita acosadora y la verdad es que si a mí me pasara, seguro que me daría un chungo.
—Tranquilo, no diré nada… Es solo que me sorprendió verte.
—Gracias. —Sus ojos analizaron mi rostro de un solo vistazo, espero que no se me noten demasiados los nervios, porque mis manos están sudando.
Nam joon se deshizo del cubre boca cuando el avión empezó a despegar, le quito el envoltorio a los cubiertos y empezó a comer su delicioso menú, la boca se me hacía agua, tiene todo muy buena pinta.
De vez en cuando levantaba su mirada de la comida y me miraba pero yo hacía de chica tranquila y aplicada, que lee un libro.
—Esta del revés.
— ¿Qué?
—Que tienes el libro del revés…—Dijo quitándomelo de las manos y dándole la vuelta.—Se te da muy mal disimular.
—No quiero que te sientas incomodo por el hecho de saber quién eres.
—Y si… me dices ¿Quién eres tú?, así estaremos en paz.
—Me llamo Vee, tengo 22 años, soy de España, concretamente de la provincia de Sevilla.
Con forme iba contándole quien era se veía menos tenso, pero más sonriente.
— ¿Y qué es lo que te ha traído hasta corea?—Preguntó cuándo termino de comer.
—Pues he venido a cumplir mi sueño.
Nam joon asintió, entiende lo importante que es luchar por conseguir cumplir tus sueños más deseados.
La verdad es que esperaba que fuera menos extrovertido, pero es muy agradable hablar con él, creo que podría pasarme horas, incluso días hablando de miles de temas con él, que no me cansaría.
¨ Señores pasajero, abróchense los cinturones, el avión va a aterrizar sobre pista mojada.¨
Anunció la amable azafata por megafonía, ¿Está lloviendo?
Curiosa me asome por la minúscula ventana, estaba anocheciendo, probablemente serían las 10:30 o así.
— ¿Tienes forma de ir a casa?, Bueno si no sabes hablar coreano puedo llamarte a un taxi…
—Es muy amable por tu parte, pero la empresa para la que trabajo me puso una tutora de coreano y un vehículo. —Sonreí y este también lo hizo. —Dice que tengo que refinar mi coreano.
—Si quieres yo podría ayudarte a refinar tu coreano y tú, bueno tú… Puedes enseñarme a hablar español.
¿Nam joon estaba ofreciéndome ser mi profesor de coreano?, o es que estaba soñando.
Una gran parte de los pasajeros del avión ya se había bajado, pero ninguno de los dos nos habíamos movido, seguíamos sentados, con el cinturón puesto, mirándonos.
—Trato echo. —Le dije en mi peculiar coreano.
—Es verdad eso de que tienes que refinarlo.
Su risa hizo que mi corazón vibrara de emoción, aunque por una parte me entraron muchas ganas de golpearlo por reírse de mi nivel de coreano.
***
Cuando bajamos del avión, el encapuchado coreano me acompaño a recoger mi equipaje, o la mitad de el porque me habían perdido una maleta. Cabreada y maldiciendo en la lengua del diablo, fui a poner una hoja de reclamación, menos mal que el chico sonriente estaba conmigo, porque hablaban tan rápido que a mi cerebro no le daba tiempo a traducir nada.
—Gracias.
— ¿Por qué?
—Por ayudarme con el papeleo, no sé qué hubiera hecho si estuviera sola.—Suspiré aliviada, mire el móvil un par de veces, avise a mi madre, y a Judith de mi aterrizaje, también avise a la agencia, pero esta no respondía a mis correos, ni siquiera a mis llamadas.
— ¿Todo bien?
Negué algo cansada, me sentía completamente inútil y si a eso le añadimos los efectos del Jet lag. Solo quería desaparecer, nada estaba pasando como lo tenía planeado y eso me estaba provocando un cuadro de ansiedad.
—Necesitas que haga algo por…
—Nam Joon, ¿Dónde te habías metido?, Te he buscado por todo el maldito aeropuerto, ¿Para esto me haces venir a recogerte?, ¿Para quedarte ligando?—Explicó el chico que había cortado a RM, su acento era diferente, un acento del mismísimo Daegu.