No pudo escuchar con claridad, la voz de Adrián fue tan baja que se le imposibilito escucharlo; antes de que ellos dos salieran, Alysa fue rápida y salió primero para no ser descubierta, estaba dudando y sospechando del Rey.
Lo que vio en los jardines esa noche no fue una coincidencia, ni una casualidad, era una bestia divina y lo más probable es que se tratara del joven rey.
A la mañana siguiente, se encontraba junto con Bennett y los padres del emperador; disfrutaron un delicioso desayuno.
La madre de Bennett, Marie Eleonore una mujer robusta, con ojos verdes, cabello castaño oscuro y de un elegante vestir, estaba sentada al lado de su esposo Rodolfo II un hombre con ojos oscuros, cabello castaño claro y una piel blanca y débil que con el tacto de un pétalo de flor se ponía roja.
Bennett heredó los rasgos distinguidos de su padre y el porte de su madre formando así a un ser humano casi perfecto.
Rodolfo tenía el ceño fruncido y siempre mostraba mala cara y mal temperamento para todo.
Ambos duques le dieron el trono a Bennett luego de que Rodolfo cayera en una enfermedad, las posibilidades de vivir del viejo emperador eran bajas por lo que al saberse la noticia de que no aguantaría, ordenó que su primogénito y su prometida obtuvieran el poder de Melione.
Luego de una semana los jóvenes tomaron el poder como emperadores de Melione.
Aún debían asegurar la rama por lo que un hijo de ellos dos estaría destinado a hacer el nuevo emperador; sin embargo, la pareja aún no lograba concebir, después de cinco años de matrimonio.
Eso preocupaba a los duques, el padre de Bennett no disfrutaba mucho su comida solo los podía observar con cautela mientras comían.
«Ellos no han tenido hijos en estos cinco años ¿Será posible que alguno de ellos sea infértil?»
Guiado por la duda y el temor, dejó a un lado lo que era, un noble respetado, ahora hablaría como un suegro y un padre.
—Ustedes dos —Llamó la atención de los emperadores —¿Han pensado en tener hijos? —Soltó la pregunta
Los dejó atónitos, ellos aún no sabían nada sobre el embarazo perdido de Alysa y comentar este tipo de temas, aún era un poco duro de tratar.
Bennett trago en seco y Alysa tenía una expresión complicada.
—Nosotros... —Alysa trato de terminar, pero fue interrumpida por Bennett
—Sí lo hicimos, pero debido a un pequeño incidente no logramos traer al heredero de la corona —Contestó él de manera fría, seca y cortante sobre el tema
Se perdió el sentimiento del momento y pronto lo que compartían se convirtió en una comida fría.
Los duques tomaron a cada uno de los actuales monarcas y los guiaron a una charla a solas, la madre de Bennett tomó a Alysa y la guió al salón del té; no pidieron más que estar a solas.
—Dígame su majestad, ¿es complicada su relación con el emperador? —Inquirió la mujer
—Bueno, Duquesa Marie, no la llamaría complicada, más bien, normal —Respondió con duda
La duquesa suspiró, la entendía, recordaba esos momentos donde la infidelidad abundó en su vida y el emperador no la valoraba; sin embargo, se dio cuenta que al tener una amistad con la amante de su marido había mejores resultados.
—Emperatriz la conozco desde muy joven y sé que no está bien —Hizo una pequeña pausa —Conocí a la amante de su majestad el emperador, es linda, pero no se compara con usted. Estoy segura que mi hijo la olvidara —Mencionó
Alysa asintió con la cabeza y una sonrisa falsa se posó en sus labios, para luego desaparecer; no estaba segura que tan fácil sería para Bennett olvidarla, después de todo tenían distintos desacuerdos en los últimos días.
—Te daré un pequeño consejo —Atrajo de inmediatamente su atención, era bueno recibir un consejo de la familia de vez en cuando —Se amiga de la amante —Sus palabras no fueron lo que ella esperaba —Sé que suena ilógico y que está todo fuera de lo normal, pero ayer me di cuenta que esa muchacha es más valiosa para Bennett de lo que parece, sí sigues peleando, y poniéndose en su contra no lograras nada, solo ganaras humillarte —Su voz sonaba amable y tranquila
El único problema es que es uno de los peores consejos que había recibido en su vida, a ella tal vez le funcionaron, pero a Alysa no, no tomaría ese absurdo concejo.
Sonrió y tenía una mirada amable no quería mostrar su descontentó con ese concejo, debía ser diferente a la reacción inicial.
—Muchas gracias por el consejo —Contestó
Se levantaron y caminaron por los largos pasillos del palacio conversando sobre más cosas, entre esas se tocaron los temas de la maternidad y cómo debían actuar; también le recomendaron que los dos se pusieran de acuerdo para concebir un hijo.
En el camino se encontraron con Eileen y sus damas, las mujeres al verlas abrieron sus vestidos y se inclinaron; se levantaron e hicieron a un lado.
La madre de Bennett no dejaba de ver los rasgos finos de la pelirroja y los comparó por un momento con los de Alysa.
«Físicamente son hermosas, pero ¿quién de las dos es más poderosa? Esa chica tiene el cabello rojo como el fuego, debe tener un temperamento fuerte; sin embargo, Alysa tiene firmeza y fue entrenada para este papel desde muy joven. Esmeró por un futuro donde todos estén bien y también en uno donde las mujeres poderosas demuestren sus grandezas; pelirroja espero mucho de ti» pensó mientras caminaban con una sonrisa en los labios
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Editado: 24.01.2024