Scarlett.
El día pasó sin más, me distraje mucho pensando en Alice; la verdad no se porque todos los veían raro a la chica y a sus hermanos o lo que fueran. Yo no los veía nada extraño, solo que se aislaban mucho, pero no los juzgo, si tuviera hermanos o familiares compartiendo clases conmigo yo también solo pasaría el tiempo con ellos en vez de los patéticos cotillas del insti; pero yo estaba sola y si eso no era suficiente tenia a mis padres queriendo que sociabilice.
Mi auto era bien admirado por todos, a pesar de que me gustaba que mirasen a mi auto, no me gustaba cuando yo me montaba en él y todos me miraban con envidia o con caras sorprendidas. Yo solo admiraba deslumbrada el increíble BMW M3 convertible rojo que ahora iba delante mío.
—Si que esta chica tiene mucho estilo.—murmuro con una sonrisa divertida, por lo que había escuchado decir a Angela luego de que le contara que alguien también me había invitado a almorzar y cuando le dije quién era se sorprendió mucho pero a mi no me pareció tan extraño como a ella, aunque no le presté mucha atención; es que según dicen aquí ellos son los chicos "raros" hijos adoptivos del Dr. Cullen y su esposa; la chica alta y la que a mi perspectiva es la más guapa, se llama Rosalie Hale, su novio que es el grandote de cabello oscuro se llama Emmett; luego están Alice Cullen, que ésta era la que ya había conocido, y su novio que todo el mundo le parecía el más extraño, llamado Jasper Hale hermano de la rubia. Luego estaba Edward Cullen, este último fue el que menos me llamó la atención; bueno básicamente ninguno me importaba la verdad. Me daba igual que sean parejas mientras sean hermanos adoptivos, quiero decir, me molesta que la gente opine de la vida de los demás sin saber, los que lo hacen son metiches.
Amor es amor y punto.
En eso veo que los chicos que iban en ese auto delante mío, giran sus cabezas y me sonríen, pero la rubia tiene una gran sonrisa complacida. Yo solo los miro, pero no les doy mucha importancia, lo que si me sorprendió fue que tomamos el mismo rumbo; nuestra casa se ubica lejos de la civilización, no es como si viviéramos dentro del boque pero estaba rodeada literalmente de densos bosques; igual eso no me molestaba, de hecho me agradaba.
Detrás mío a altas velocidades venia un Volvo, aunque no me pasaba, así me di cuenta lo rápido que iba, puse una sonrisita divertida por mis estúpidos pensamientos.
Al divisar mi hogar, deciendo la velocidad, pero aun así el auto de atrás no me rebasa. Me estaciono junto al auto de mis padres en el garaje, viendo como el Volvo sigue su curso.
Luego sin darle más importancia a lo exterior me concentro en encontrar a mis padres dentro de casa;
—Hija, ¿Cómo te fue hoy?—preguntó con emoción mi madre, aunque se veía algo decaída. Me dio un beso en la frente, igual que mi padre cuando hubo bajado las escaleras.
—Me ah ido bien...— respondí un poco extrañada.—¿Sucede algo? —indagué un poco.
—Estuve hablando con Sue Clearwater, me a contado que su hija Leah tiene unos problemas que no sabe cómo solucionar, le he ofrecido nuestra ayuda, por lo que te necesito pedirte un favor— ya me imaginaba que se vendría— ¿Puedes ayudarla? Pensé que tal vez si la chica te caía bien, podrían hasta... ser amigas.— habló con esperanza.
La chica me caía bien, aunque no la conociera mucho y que las dos por lo visto somos muy cerradas; al menos intentaría ayudarla.
—Dime, ¿Qué ha sucedido?— mi madre sonrió feliz al escucharme tan interesada.
Me empezó a contar que Leah tenia una relación con un chico llamado Sam Uley, pero éste la dejo y ella está destrozada, no quiere ni salir de su habitación; él por su parte luego de dejar a Leah, comenzó una relación con su prima Emily, prima de Leah y Seth.
Yo no me creía lo que oía, mi madre me contaba con pesar mientras comíamos una rebanada de torta de manzana, que era mi favorita; mientras más hablaba, más ganas de golpear ese maldito imbécil.
Luego de eso, mis padres siguieron haciendo sus cosa pero yo debía hacer la compra y luego iría a la casa de los Clearwater, aún era bastante temprano así que decidí cambiarme de ropa y salir. Mis padres tenían trabajo por lo que me tocaba a mí esta vez.
Me coloqué unos vaqueros, mi jersey oscuro y mis converse blancos; tomé todo lo necesario para la compra y les avisé a mis padres que iba a salir, partí rumbo a Thriftway, éste se encontraba a unas cuadras del instituto por lo que justamente ahora pensando me doy cuenta de que hubiera ahorrado tiempo si me hubiera dirigido aquí luego de terminar el horario estudiantil.
Ignorando las miradas de curiosidad aparque en el estacionamiento, y me encaminé dentro del supermercado con total naturalidad, no me molestaba hacer las compras aunque tampoco espero que me lleve mucho tiempo pues debo hacer más cosas el resto de la tarde.
Cuando me encontré de frente con Alice, Rosalie, Emmett y una pareja detrás de ellos, que al igual que yo cargaban un carrito para las compras con varios artículos dentro; estos me miraban con curiosidad.
—¡Scarlett!— exclamó alegre Alice, me sorprendí de que me reconociera sin ninguna timidez aunque como siempre yo con mi semblante serio y frio que con ella me daba pena usar; la chica era muy dulce y tierna cómo para alejarla con mi forma de ser.
Me di cuenta de que no me había fijado que deslumbraban a cualquiera con su belleza, son realmente guapos pero no me deslumbraban, no había prestado atención en sus atuendos aunque ahora que me fijaba estaba segura que todos siempre iban magníficamente vestidos a todos lados, de forma simple pero de alguna manera siempre llamaban la atención. Desprendían una elegancia y refinura innata que era casualmente graciosa a mi parecer.
—Alice.— saludé brevemente, esto llamó más la atención de la pareja que estaban detrás de los tres chicos.
—Tengo que presentarte a mis hermanos y a mis padres.— emocionada se paró a mi lado, tomándome del brazo como si fuéramos amigas de toda la vida; cabe destacar que no me molesto su contacto, aunque me sorprendió más no me aleje. Sus padres nos veían con un poco de sorpresa y curiosidad y sus hermanos con una sonrisa juguetona.—Ellos son Rosalie y Emmett, mis hermanos, y Carlisle y Esme, nuestros padres.— estaba un poco incómoda pero era por la familiaridad con la que me encontraba al estar rodeada de estas personas, ocasionando esta sensación extraña.