fascinación

Kevin y sus inventos

Kevin estaba tan alegre, ahora que tenía el móvil de la chica, pero en su apresuramiento, y con tanta trama montada, no escuchó el nombre.

- ¿Mauricio, tú supiste cómo se llama?

-Pero eres el colmo, no lo puedo creer, ¿adónde vas a llegar de esa manera?

-Estaba muy nervioso de que saliera otra persona de esa familia, se acercara al coche y se diera cuenta que no había ningún motor recalentado.

Y ahora cuando la llames, le dirás: “hola chica del agua para coches recalentados”. Soy el sordo que no escuchó tu nombre en medio de tanta confusión.




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