fascinación

Sarah logra enamorarse

Cuando menos lo esperaba Sarah, Alejandro llegaba al hostal con cualquier excusa. Ella se sentía agradada por su presencia porque cada día que pasaba le gustaba más.

Era un joven sencillo y sincero, sólo padecía un poco del mal de los celos.

Era curiosa como un gato bebé y cada vez que alguien intervenía durante la hora de clase, se volteaba a mirarle y eso molestaba a Alejandro.

- ¿Por qué tienes que estar mirando siempre a todos los que hacen comentarios?

- ¿Y por qué no puedo hacerlo?

Con esa respuesta, lo desarmaba.

El día menos pensado, se sintió entre sus brazos y luego vino un beso delicado y tierno al principio, que luego se extendió y los envolvió en fuego abrasador.

A partir de ese día, comenzaron a estar siempre juntos.




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