Alejandro miraba a Sarah desde lejos, pero no se atrevía a hablarle ni acercarse por temor a delatar sus sentimientos. Para terminar la relación, le había dicho que sólo fueron caprichos de juventud; que él sufrió una confusión pensando que estaba enamorado de ella pero que, aclarada la duda, no quería seguir haciéndola perder el tiempo con él; que ella podía sentirse libre sin ninguna atadura con él y que podía relacionarse con algún otro chico que se lo propusiera.
Por supuesto, el único que la rondaba era el chico japonés, pero a ella no le gustaba sino como amigo, y si era Mauricio, ya lo había visto en acción con otras jóvenes y se daba cuenta que era como un pajarillo que va de flor en flor, sin detenerse mucho tiempo con ninguna.
Había otro joven que coincidía con ella en la estación del transporte y además vivía cerca del hostal; era un estudiante de varios niveles más avanzados que Sarah, a ella no le gustaba porque era muy engreído.
Lo cierto era que Sarah si estaba enamorada hasta los tuétanos de Alejandro.
- ¡Qué error haberme enamorado de alguien que no me corresponde! Le dijo a Charlotte.
Charlotte vio a Alejandro observando a Sarah sin que ésta se percatara, un día que fue al hostal de Beatrice a llevarle algo que Niccole había olvidado.
-Su mirada mostraba celos porque te vio hablando con el engreído de Vinicio Calderón. ¿No era que te libraba del compromiso y que podías enamorarte de quien tu quisieras?
-Estoy segura que todavía le gustas, no sé por cual razón te ha despachado, pero aplícale el acicate de los celos con Vinicio Calderón; aprovecha que siempre están en la misma estación y sonríele hasta que se te congelen los dientes para que veas que Alejandro regresa a ti como manso cordero.
Sarah empezó a seguir el consejo de su amiga y en efecto, al poco tiempo, Alejandro le hablaba primero para evitar que Calderón se le acercara; hasta que un día se fue caminando con ella acompañándola hasta el hostal y al despedirse, instintivamente la besó porque ya no pudo contenerse.
Le confesó el verdadero motivo por el que se había alejado, rompiéndole el corazón. Ella le confesó que también se encontraba en su misma situación y que no tenía ninguna prisa por entablar una relación tan seria por los momentos, ya que su deseo de superación era su plan primordial.
-Hablando se entiende la gente fue el alegre comentario de Alejandro.
-Pues claro, si eres un tontuelo, haber explicado claramente nos hubiéramos ahorrado tanta tristeza; y ahora, ¿cómo me quito de encima a Calderón?
-Es que sólo a Charlotte se le ocurren esas “ideas geniales” tan desquiciadas.
-Bien, pero dio resultado, ja, ¡caíste en la trampa!
Alejandro no pudo menos que reírse.
Editado: 05.10.2021