Cristopher llevó a su hermana Rosemary al piso de Elizabeth, compañera de curso, porque debían elaborar un informe en equipo.
Al marcharse, se detuvo un rato a contemplar la panorámica de la montaña que se divisaba desde el frente del pasillo.
- ¡Hola Cameron!, ¿Qué haces por aquí?
Ella había salido a contemplar lo mismo.
-Estaba viendo la hermosa vista, me recuerda a mi provincia con su cerro siempre dando una vista primaveral con su verdor.
Cameron y Cristopher se conocían de los ensayos musicales en el estudio de Kevin.
-Mi familia y yo vivimos al pie de una montaña, muy parecida a ésta.
-Mis padres me rentaron este piso para que me sintiera como en casa, y sonriente agregó: aunque la diferencia es notoria.
-De pequeña, mis hermanos y yo solíamos subir hasta lo más empinado; recogíamos frutas por el camino y las guardábamos en las mochilas; también almacenábamos agua de los manantiales que corrían por las laderas bajando desde lo alto hasta el valle.
-A mí me gusta el excursionismo; pertenezco a un grupo que organiza excursiones; contamos con un guía muy responsable y conocedor de la materia hemos estado entrenando los fines de semana en parques pequeños, pero tenemos un proyecto más ambicioso; subir casualmente este cerro que se contempla desde aquí, comentó Cristopher.
-Me gustaría hacer un ascenso a esa montaña también, ¿cómo puedo integrarme al grupo al que perteneces?
-Es muy sencillo, te enviaré la dirección y los datos por un e-mail y también la planilla para que la llenes y te inscribas.
Cameron le pasó su correo por un mensaje al móvil.
Después de inscribirse, le informaron a Cameron que tenía que aprobar un curso práctico que se hacía en los parques, como requisito para formar parte del grupo que ascendería a la montaña; era la serie de mini excursiones que ya había hecho Cristopher y antes de eso, no podría participar en la excursión de ascenso.
-No me sirve esperar tanto para subir con ese grupo a la montaña, porque me va a coincidir con las pruebas de conocimiento de la universidad.
-Yo tengo experiencia en senderismo de la práctica en la montaña durante mi infancia y adolescencia.
-Me pregunto si tú serías capaz de ir sólo conmigo a la montaña.
Él le respondió que sí, siempre que se fueran bien apertrechados.
Empezaron a enlistar lo requerido para llevar y repartieron los accesorios que le correspondía aportar a cada uno.
Editado: 05.10.2021