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El cartel donde se anunciaba “Escuela de Phoenix”, estaba roto en la mitad de un pasillo con cuerpos quemados.

• ¿Qué mierda está pasando? – pregunto temblorosa –
• No entiendo, estuvimos aquí hace menos de una hora – estábamos asustados, agarro su mano –
• Necesitamos saber dónde están nuestras mamás – le digo intentando concentrarnos –
• No aun no, primero tenemos que estar a salvo –

Caminamos por los pasillos, los transportadores estaban totalmente dañados. Había muchos cuerpos en el piso. Al salir de la escuela, el mundo parecía sumergido en caos. Había más cuerpos, más gritos, cuando algunas personas vieron que se abrió la puerta de la escuela, entraron corriendo.

• ¿Qué está pasando? – pregunta Sam a una señora –

Un señor me agarra del brazo, para que empecemos a correr.

• Suélteme – le digo - ¡Sam! ¡Sam!
• Summer – grita viniendo atrás mío –

Llegamos a un salón, donde había más personas.

• Profesora Lila – le grita Sam y ella nos ve –
• Que alegría que estén bien – dice – luego de que se fueron, llegaron hechiceros, brujos, algunos humanos, estaban atacando, tienen los registros…

Algo exploto afuera, quedando la sala en silencio. Empecé a ajustar el transportador de mi mano y tome la mano de la maestra y Sam, nos fuimos, no podía llevar más personas, mientras más peso, más se demora transportarse. Con el dolor más grande me fui justo cuando entraron algunos hombres con armas de fuego y armas del mundo mágico.

Llegamos otra vez al edificio, pero salimos inmediatamente a la calle, aquí todo parecía normal.

• Profesora ¿Qué está pasando? – pregunto
• Los brujos, consiguieron humanos o los coercen no lo sé- dice frustrada, asustada mientras camina con rapidez – Son un ejército grande, están matando a todos los hechiceros de magnitud 4, ya tenían los registros, el director de la escuela es parte de ellos –
• ¿Qué quieren? – pregunta Sam –

Estamos caminando sin un rumbo fijo, saco mi celular e intento hablar con mamá.

• Gobernar, todo el mundo mágico, Phoenix, está colapsando – responde la maestra a Sam –
• ¿Por qué matarnos?
• No lo sé, estoy tan perdida como ustedes –

Estamos caminando por la calle, todos frustrados y confusos, cuando recibo una llamada de mi mamá.

• ¡Mamá! – grito emocionada y  asustada - ¿Dónde estás?
• No puedes regresar al departamento – menciona –
• Ya lo sé – le digo – ¿Dónde estás? – Sam toca mi mano - ¿estas con la mamá de Sam?
• Escucha con atención hija , no puedes volver, empezó una nueva guerra y lo consiguieron, ellos tienen el tótem del ojo
• La leyenda es cierta – digo mirando a la maestra Lila –
• Lo es Summer, te amo, ahora pasale el teléfono a Sam para que se despida de su mamá –
• ¿Qué mamá? ¿despedirse? ¿Por qué? –
• Lo siento mi amor, no lo vamos a lograr, has lo que te pido, te amo por siempre –
• Dime ¿Dónde estás? – le exijo desesperada –
• Lo siento bebe – solloza un poco – pon a Sam por favor, tiene que despedirse –

Con todo el dolor en el alma le pase el teléfono a Sam y me acuclille en la acera con los ojos llenos de lágrimas y agarrando mi cabeza, demasiado dolor, no sé si grite, deje de escuchar por un momento me fui de ahí, literalmente. Cuando una persona esta tan expuesta a sus emociones, la magia se libera, en este caso me llevo lejos en mi cabeza, vi al director del colegio, estaba con los dos hombres que estaban en nuestro departamento.

• Escaparon – dice uno de ellos –
• Al jefe no le va a gustar eso  - dice el director golpeando su escritorio – búsquenlos, son los únicos de magnitud 4 del colegio que faltan, en el expediente está todo –

Alguien entra de manera intrusiva en el despacho.

• Tenemos la localización de la resistencia – dice una mujer, el director sonríe –
• Me gusta cuando hacen bien su trabajo. Maten a los de magnitud 4 y los de 3 los traen –

Regrese a la realidad, donde Sam había hecho explotar un tomo de agua.

• Hay una resistencia – menciono, limpiando mi cara – aunque no por mucho tiempo –
• ¿Cómo lo sabes? – pregunta la maestra –
• Me fui, no sabía ni si quiera que podía hacer eso –

Empezamos a caminar. Sam y yo solo nos teníamos el uno al otro ahora, recordé la llamada y mis ojos se empaparon.

• Lo siento tanto muchachos – dice la maestra Lila –

Ninguno de los dos dice algo, ni si quiera nos miramos.

• Mamá dice… dijo que la leyenda es real y tienen el tótem del ojo – les digo –