Felicity: Una Niña Maravillosa

La Captura

El suelo estaba helado, mi espalda comenzaba a dolerme y mi brazo se encontraba entumecido recargado en el suelo. Me levanté con pesadez y con dolor intenté moverlo.

El cielo comenzaba a iluminarse con el color naranja del sol, las aves despertaban y comenzaban a cantar melodías suaves, el silencio era acogedor, era tranquilo y hermoso. Solo podía escuchar el sonido del aire y de las hojas de los árboles moviéndose, a mi lado se encontraba Peé recostado con su cabello despeinado y su rostro pálido.

-Peé… tienes que despertar- susurré- Es hora de levantarse

-No quiero, estoy muy cansado- contestó con la boca entrecerrada

-Vamos levántate… tenemos que irnos de aquí- dije mientras con mis dos manos lo movía de un lado a otro

-¡Ash!, está bien Felicity ya estoy despierto- Peé se levantó molesto con un poco de saliva en su boca y con su cabello despeinado

-¿Qué vamos a hacer el día de hoy Peé?, tenemos que idear un plan… en estos momentos todos me están buscando por todo el reino y el bosque.

-No podemos hacer nada más que ir a casa, no podemos quedarnos en esta casa abandonada. No tenemos nada de comida, no tenemos tampoco alguna cobija que pueda cubrirnos del frío y tampoco agua para beber… si nos quedamos aquí moriremos.

Me quedé callada por unos minutos mientras sobaba mi brazo con mi mano

-¿Y si siguen ahí?, nos atraparan y nos mataran.

-No creo que sigan ahí, es decir el día de ayer huimos y en estos momentos todos nos están buscando. Es obvio que nadie pensaría que vamos a regresar al lugar de donde salimos.

Me quedé pensando dudosa, no creía que fuera la mejor opción regresar al lugar de donde habíamos huido.

-Está bien, voy a confiar en ti.

-Entonces debemos de apresurarnos, muero de hambre- Peé sonrió levantándose del suelo- Vamos- me tendió la mano

-Espera Peé, dejemos que caiga la tarde para irnos, acabamos de despertar y estoy muy cansada. Ni siquiera hemos podido dormir y descansar bien.

-Lo siento Felicity, es solo que estoy ansioso de poder ir a casa… además no puedes pasar tanto sin comer, es decir, yo puedo aguantar pero tú no debes dejar tu estómago vacío.

-Gracias Peé estoy bien, ya comeremos cuando estemos en tu casa… por el momento solo hablemos y veamos el hermoso paisaje que nos ofrece la naturaleza

Los dos nos quedamos sentados mirando el bosque mientras el sol naranja salía por entre las enormes montañas, parece que el tiempo se pasó volando pues apenas nos dimos cuenta el sol ya se comenzaba a esconder.

-Peé en qué momento se pasó el tiempo, ya se empieza a esconder el sol

-Tienes razón Felicity, es hora de que nos vayamos a casa o se va a oscurecer. Si en algo tienen razón los guardias del reino es que el bosque es muy peligroso.

-Entonces vámonos- Tomé su mano y me levanté con un poco de dificultad.

Peé me ayudó a bajar de aquel árbol enorme y ambos nos pusimos a caminar tomados de la mano por el bosque repleto de árboles.

-¿No sientes miedo de lo que pueda ocurrir después de esto?- Peé me volteó a ver

-Sí, tengo un poco de miedo pero sé que estaremos bien pues los dos nos vamos a cuidar.

Él me miró con atención con una sonrisa

-Felicity, ¿Alguna vez alguien te dijo lo bonita que eres?- preguntó con sus mejillas coloradas

-Si- contesté apenada- Mi papá lo hacía.

Volvió a quedarse callado mientras caminábamos por el bosque.

-¿Peé, podemos sentarnos a descansar un poco?

-Está bien, pero que sea un momento solamente… tenemos que caminar aún muchísimo.

Me senté en un tronco el cual ya habían cortado y me retiré el sudor de mi frente. Con una gran sonrisa miré a Peé en silencio mientras me veía con atención.

-¡TEN CUIDADO!- grité

Todo sucedió tan rápido que no pude ver cómo pasó, solo miré una silueta negra la cual caía detrás de Peé como si está se apresurara a él.

Rápidamente Peé corrió hacia a mí y me tomó de la mano, aquella figura negra comenzó a desaparecer como si de cenizas se tratara hasta que no quedó ni un rastro de ella.

-¿Qué diablos fue eso?- apenas pude pronunciar pues mi voz se quebraba del miedo

-No tengo ni idea…- me contestó Peé más pálido de lo normal

-¡VAMOS CORRAN!- se escucharon varias voces y crujidos de hojas que aplastaban varias personas.

-¿Está bien princesa?- me tomó uno de los guardias del reino

-Si- contesté aún en shock

-Vámonos, no es seguro este lugar ni esa criatura…

Uno de los guardias me tomó en sus brazos y me subió con él al caballo, mientras a Peé lo tomaron entre dos guardias y le pusieron una cuerda en sus muñecas y un costal en su cara.

-¿Qué le están haciendo a Peé?- pregunté asustada



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En el texto hay: fantasia, magia, amistad

Editado: 19.07.2021

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