Felinos felices

“Esta breve historia de amor, me sucedió por los años 30. Yo trabajaba para un circo. Saltaba anillos de fuego, luchaba con domadores y asustaba a la audiencia con mis rugidos. Soy una una mujer tigre. No siempre fui así. Una vez fui humana pero una gitana me maldijo y me hizo lo que ahora soy. Esta mujer estaba enamorada de Alex. Pero él me correspondía a mí y no a ella. Igual no es de él de quién voy a hablar, pues mi enamorado era un domador a quien conocí cuando la maldición me había convertido en felina. Su nombre era Carlo, hijo de italianos. Tenía ojos café, cabello castaño y piernas largas. Se preguntarán cómo pudo fijarse en mí. Bueno, frente a los espejos me veo como era, una mujer de treinta años de cabellera roja y ojos azules. Nuestro amor no podía ser consumado, pero sí pasábamos largas tardes juntos. Carlo acariciaba mi pelaje por horas y yo ronroneaba como un gatito. Le pasaba mis uñas por sus brazos y a él le encantaba. Llegó un momento en el que ya no soportábamos más esta diferencia de razas, así que buscamos libros gitanos antiguos para tratar de cortar el hechizo. Sí, encontramos versos en gitano, pero no se revirtió la maldición sino que se duplicó. Ahora Carlo y yo trabajamos para otro circo. Somos un par de tigres enamorados.”

10522. Valeria O.

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Escrito el 11/05/2019

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