Se enamoró perdidamente pese a que ni siquiera lo tuvo de frente, cada mensaje suyo le brindaba una caricia a la ilusión.
Creyó que merecía ser amada y estaba dispuesta a entregar todo de su parte; para ella valía la pena, ponía cuanto podía para que todo marchara bien.
Lo quiso incondicionalmente a través de la pantalla.
Pero las palabras del chico se las llevó el viento y sus promesas son sinónimo de decepción.
No tuvo la oportunidad de tenerlo entre sus brazos, pero él supo destruirla como nadie; no hizo falta conocerlo para que su ausencia cediera el paso al dolor.
Ahora ella espera que pase suficiente tiempo para sanar, no sabe olvidar a quien nunca tuvo, aunque él haya significado todo.