Anda buscando quien le diga que es verdadera.
No deja que le conozcan en realidad.
Porque fue educada para reservarse.
Pero es presa de constantes duelos internos.
Y tiene arrebatos de seguridad, donde se olvida de lo inculcado.
Deja los miedos apenas un par de instantes.
Anhela la forma de actuar a su manera.
Quiere dejar de limitarse, entregarse a la libertad.
Pero la firmeza en sus ataques de rebeldía es pasajera.
Se convence de lo pequeña que cree ser.
No es capaz de probar quien es.
No se arriesga, se lamenta.
No sigue las nuevas ideas y vuelve al punto inicial.