-Se ve que se esforzaron demasiado en tu vestuario.- opina Luca viendo a Olivia, la joven soltó un suspiro pesado haciendo una mueca.- Te vez...- se queda callado sin encontrar alguna palabra acorde a lo que pensaba.
-Extravagante.- indica la pelirroja ladeando la cabeza.
-Exacto.- asiente.- Supongo que es lo que se hace aquí en el Capitolio. Ser extravagante y con una sonrisa de oreja a oreja... te falta lo último.
Olivia soltó un risa divertida contagiando a su compañero de distrito, no negaría que estaba desconcertada y algo confundida que el chico le haya hablado; nadie dentro del distrito 12 lo hacía y se sentía bien saber que no todos la hacían de menos.
-De acuerdo.- llega Alec con un tono neutral.- No olviden sonreír y saludar. Es lo primordial.- los tributos asiente subiendo a la carroza.
Cuando la misma arrancó, Olivia podía sentir su corazón palpitar con fuerza y sus manos temblaban, intentaba calmarse pero simplemente no podía sabiendo que estaba siendo expuesta. Lucía miro a la joven tomando su mano para que ella lo viera.
-Tranquila, sólo serán unos minutos.- anima intentando sonreír para ella, Olivia asiente.
Los gritos no se hicieron esperar al ver al distrito 12 mientras arrojaban rosas, y es que Tessa había hecho un gran trabajo con el vestido de Olivia haciéndola resaltar más de lo que pensaba. Olivia suspiro relajandose y tomando valor para levantar su mano saludando a los del Capitolio, llevándose más ovaciones por el público.
-Damas y caballeros, Olivia Davis, la protagonista de estos juegos del hambre.- habla Caesar.- Sin duda alguna, parece toda un ave Fénix con ese vestido diseñado por Tessa Evans, ¿no lo crees?
-No contradigo verdades.- habla su compañero.- La chica Fénix del distrito 12.
El recorrido estaba por concluir frente al presidente Snow, quien le daba la bienvenida a los tributos.
-Todos parecen amarte.- susurra Luca brindandole una sonrisa serena.
-A los dos ¿no?- inquiere con un tono inocente, el castaño negó sonriendo con diversión.
-A ti Olivia.- la señala.- Ellos te aman a ti.
-Pues haré que nos amen a los dos, somos un equipo.- asegura haciendo más fuerte el agarre en sus manos.
Lástima que la historia está sellada.
Después de tres largas semanas en extravagantes fiestas del Capitolio, regresó a su hogar llena de regalos por parte de los capitolinos, si por ella fuera los quemaría pero sabía que la mantenían vigilada después de todo. La primavera comenzaba hacerse notar y significaba que sólo quedaba dos días para la cosecha de los 73° Juegos del Hambre; Olivia no estaba para nada emocionada y sólo esperaba que todo eso terminará cuanto antes para volver a su rutina de siempre.
-Ivy, te estoy hablando.- dice Alec cruzado de brazos.
-¿Qué decías?- inquiere serena, Olivia se encontraba sentada en una de las habitaciones que habían acondicionado para que fuera una sala de entrenamiento después de que Alec fuera el vencedor; la pelirroja estaba sacando filo a la lanza que había aprendido a usar, el chico rodó los ojos mientras se sentaba frente a ella.
-¿Sucede algo?- cuestiona preocupado.
-Nada en especial.- responde volviendo a retomar en lo que estaba. Alec suspiro pesadamente sin quitar la mirada de encima de Olivia, se puso de pie y fue a donde tenían unas vendas para enrollarla en sus manos, luego tomó una pequeña pelota y la lanzó hacia Olivia.
La pelirroja sintió como algo la golpeo en la cabeza, voltea a ver encontrando a Alec con una sonrisa traviesa y en una posición de combate, hizo señas con sus manos retándola a una pelea.