Filofobia ¿viajar amarte?

Somos poderosas

— Disfruta tus dulces vacaciones — con una sonrisa tensa me despido en espera de que Ronnie cuelgue primero el teléfono.

— Un momento — mi respiración se detiene abruptamente y rezo a todos los jodidos dioses para que no me cuestione acerca de la huelga que he comenzado desde hace cinco días — ¿Cómo van las cosas por ahí?

¡Demonios! Por el tono en el que lo acaba de decir intuyo que ya lo sabe.

— De maravilla — miento descaradamente.

Se perfectamente lo que me espera, solo retraso lo inevitable.

— ¿¡De verdad pensabas que no me iba a enterar!? ¿¡Desde hace cuantos días que no vas a la oficina!?

Explota desde el teléfono.

Maldigo internamente.

¿Enserio él piensa que yo me iba a quedar de brazos cruzados después de que ese neandertal me insultara de esa manera?

Entonces no me conoce en lo absoluto.

No soy una persona que se queda quieta, al contrario soy muy vengativa y caprichosa, pero también soy una mujer que lucha por sus ideales y mi huelga de trabajo es un ejemplo de ello. Admito que no me agrada estar sin empleo, tengo que pagar cuentas y sobrevivir (afortunadamente soy una mujer precavida y tengo una cuenta de ahorros) pero siempre luchare contra los hombres machistas, y eso me ha costado despertar cada mañana en pijama, tirada en la cama, escuchando de vez en cuando alguna sección, indignándome con mí remplazo al poner a una chica dando el clima. Me molesta aún más porque todo este show no se trata del hecho que se haya metido con mi programa, si no de lo que salió de su boca, insultándome sin conocerme y acribillando mi persona como si fuera menos que él y eso no se lo permito a nadie.

— ¿¡Sabes cuantas visitas nos ha costado tu capricho!? — replica bastante furioso sin esperar una respuesta de mi parte.

— ¡No se trata de un capricho! — Alzo ligeramente la voz, porque para este punto ya me encuentro bastante exasperada — Es el hecho de que "ese hombre" ha tenido el valor de meterse conmigo.

— ¿Y desde cuando a ti te ha importado lo que opinen los demás sobre ti?

Resoplo con frustración tras el teléfono e ignoro su reproche.

— Es que tú no lo entiendes — Ronnie sabe perfectamente que yo me convierto en una fiera cuando se meten conmigo, no entiendo su actitud de ahora — en fin, mi respuesta final es que seguiré esperando la disculpa que me merezco.

Tras mis palabras solo puedo oír como Ronnie suspira sonoramente desde el otro lado de línea, me lo puedo imaginar sentado en algún sitio jalándose los pelos por mi renuencia en regresar a trabajar sin obtener lo que pido. Estoy segura que ha pensado más de dos veces en despedirme pero la razón por la que no quiere hacerlo son las grandiosas visitas que genera mi programa, tampoco quiero sonar tan egocéntrica al fin de cuentas nadie es indispensable y estoy segura que habrá alguien mejor que yo por ahí pero por ahora me aprovechare de eso a mi favor.

Luego de seguir insistiendo un par de veces más, decide dejar de lado ese tema y después de seguir platicando sobre temas banales se despide de mí y cuelgo el teléfono.

Como cada mañana me dirijo hacia la cocina por mi café, sonrió al mirar a Olivia sentada en silencio desayunando su cereal, paso a su lado despeino su cabello y murmuró un ligero buenos días mientras me sirvo una taza de café. Seguidamente enciendo mi teléfono para escuchar el podcast del día de ayer desde spotify,  ya que llevo el control de las redes de mi programa, en mi ausencia no les ha ido muy bien.

— Es indignante en lo que se ha convertido el programa.

Reniego al escuchar una tonta dieta para bajar de peso y gustarle a tu chico ideal. Frustrada me dejó caer en una silla justo a lado de mi hermana.

— ¿Y por qué no regresas? — pregunta con dureza — Es más que evidente que tú jefe no piensa disculparse y lo único que estas logrando es hacer revuelo en las redes sociales… Ni si quiera les haz dado una explicación a tus radioescuchas de tu tonta huelga. No entiendo porque sigues con eso.

No puedo evitar sentirme molesta ante su comentario. Pensaba que me apoyaba y estaba de mi lado.

Estoy cansada que todos piensen que exagero.

¡No estoy exagerando! Yo solo no aceptare ningún tipo de violencia en mi contra.

— Si tú crees que ser sumisa y callar es la vía mas fácil para complacer a un hombre, estas equivocada. Perdón por no ser como tu pero no pienso dejar que un hombre me pisotee y me llame mujerzuela sin pagar las consecuencias.

La cara de mi hermana se descompone por completo. Sus facciones demuestran tristeza e inmediatamente el arrepentimiento por mis palabras me llena de culpa.

— Sí, tienes razón — por unos segundos guarda silencio — Soy la ingenia a la que todos pisotean… sé que es tonto, siempre me he esforzado porque él me quiera, incluso le he rogado, hasta me he sentido insuficiente por alguien que no sabe lo que quiere y no tienes idea de lo jodido que se siente esforzarte por ser especial para alguien y que este solo te humille.

La miro con tristeza y solo le acaricio la espalda.

— Sabes que pasa, cariño — comienzo a hablar— Te tienes tan poco amor propio que sigues corriendo a los brazos de alguien que ha roto tu corazón.




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