Después de una noche maravillosa; de bailar cada canción que sonaba por los altavoces y de reír por nuestros tontos y ridículos pasos de baile me encuentro cediendo a los caprichos de mi hermana, como siempre, rodeada por hombres metaleros y sudados sólo para escuchar gritar a ¿The broken hearts club? ¿Qué banda cliché es esa?
La verdad es que no sé cómo me deje arrastrar por Olivia pero cuando ella escuchó que en la Terraza de Neon Avenue la banda que ella suele oír daría un concierto me rogó como una niña berrinchuda cuando quiere obtener algo.
La pesadilla para quitármela de encima fue aceptar, después de todo...
¿Nunca se te presentan dos veces este tipo de oportunidades, no?
Le hecho un vistazo a mi hermana que se encuentra a mi lado pero está enfrascada en su teléfono, parece nerviosa y no deja de morderse el labio.
Frustrada por no poder escapar, contemplo al que llamo mi lugar favorito porque me recuerda a mis raíces mexicanas y es el lugar perfecto para llenar tus fotos en redes sociales.
El bar de "Neon Avenue" es un club de tres pisos cuya temática es el neón. Para llegar a este lugar tienes que pasar por una puerta roja que te da la entrada a un gran letrero en neón color rosa con la frase:
"Pa'todo mal, mezcal"
Que por cierto se ha vuelto muy famoso en Instagram. Entre luces tenues, gran variedad de coctelería y mezcal, puedes tomar asiento entre la enorme barra y tomar un trago mientras disfrutas las noches de rumba y cumbia. La música tropical mexicana no puede faltar en este lugar.
Además ¡hay tacos toda la noche!
En el segundo piso es donde sucede la magia, algunas gárgolas de mármol cuelgan del techo bajo algunos letreros neón que te dirigen hacia la famosa "cueva". Un cuarto oscuro con luces tenues y una bola de disco en medio, cada fin de semana la abren para noches épicas de baile y diversión acompañadas del DJ en turno de cada noche, mientras sudas en la pista hasta el amanecer con las canciones del momento.
Y por Ultimo, la terraza. Observo las vistas espectaculares que este lugar deja, al aire libre el viento sopla ligero, contrarrestan la temperatura el cumulo de gente que se encuentra ahora mismo. Tiene un estilo más gamberro, miro la extensa barra que se ve repleta de botellas con marcas diferentes de cerveza artesanal, el barman prepara alguna exótica bebida para algún cliente que no sabe de lo bueno y yo solo ruego por un buen mezcal. En cada lado de la barra hay una mesa de billar donde numerosos clientes chocan puños y se frustran cuando su contrincante gana o pierde. Un poco más de una decena de mesas ocupan el mayor espacio salvo algunos metros que dejan sitio para mirar de cerca el show de cada banda alrededor del escenario. Mi hermana y yo nos encontramos en primera fila, los instrumentos ya están puestos, un par de guitarras, una gran batería y el micrófono a mitad del escenario. La luz sobre el escenario solo está en espera de ser encendida para... ¡un gran concierto! ¡Yeiii! (Nótese mi sarcasmo)
— Ni siquiera sabía que te gustaba el Rock — intento hacerme escuchar entre el murmullo de la gente.
— No realmente — responde Olivia y mira al suelo evitando mi mirada — ¡Pero esta banda es fantástica!
Su actitud me saca de orbita. No sé si son los nervios de mirar de cerca a su banda favorita pero se con seguridad que le sucede algo y regresando a casa lo averiguare así que sin más remedio dejo la conversación por terminado.
Minutos después presentan al grupo, todo a nuestro alrededor se llena de más gente si es posible y casi de inmediato mi hermana me toma del brazo con dureza.
— Antes que nada tienes que prometerme algo — dice perspicaz — Prométeme que no me odiaras después de esto.
— ¿Tan mal tocan? — bromeo horrorizada.
— ¡solo promételo! — exige con cierto terror en sus ojos.
— Si, lo prometo — digo en un ligero susurro.
La observo reír y toma con fuerza mi mano. Soy afortunada por estar aquí disfrutando esta noche con mi hermana sin embargo es inevitable que mi ansiedad me aseche de nuevo, el miedo se hace presente, trato de alejarlo pero es difícil cuando aquella frase de siempre retumba en mi cabeza:
"Eres demasiado joven para cargar con responsabilidades que no te corresponden"
No es la primera vez que alguien me lo dice, ni tampoco es la primera vez que desearía poder dejar descansar mi alma de tanta responsabilidad para solo ser una joven más, pero es tan complicado dejarlo ir cuando estas hecha de dolor y muchas enmendaduras.
Desde los 8 años aprendí a cuidar de Olivia, ser su hermana "mayor" y tener una familia que de un día para otro te da la espalda complica el crecimiento y aumentan las responsabilidades de una niña que su único trabajo debía ser jugar con muñecas no aprender a cuidarse a sí misma y aventurarse al cruel mundo a tan temprana edad.
De un día para otro comencé a velar su sueño, deje de mirar por mí para convertirme en la madre sustituta, rodee a Olivia en una completa burbuja para evitar que viviera en el mundo infeliz e injusto con el que yo crecí.
Sin embargo, a veces me aterra pensar que nada de lo que hago es suficiente para ella, la mayoría de los días despierto sin saber cuál será su siguiente paso, si terminara por odiarme al alejarla de "su familia" o si algún día me agradecerá por todo lo que yo he sacrificado por ella.
Los gritos y piropos de algunas chicas que penetran mis oídos me hacen volver a la realidad. Cuatro chicos llegan dando brincos sobre el escenario, no hay que ser adivino para saber que ellos son los integrantes de "The broken hearts club". Mientras cada uno se coloca en su sitio mi ligero aburrimiento me hace escanear a parte de la banda. No puedo evitar fijarme en el vocalista. Un joven esbelto y alto entra en mi punto de visión, me parece familiar, lo repaso de arriba abajo y me quedo helada cuando me topo con su rostro.
Lo miro como aquel niño de hace algunos años. Su apariencia es espectacular, aún mantiene ese aspecto juvenil y encantador. Ahora usa prendas extravagantes con un poco de rebeldía, lleva puesto un pantalón acampanado de tiro alto con tirantes color caqui y lo combina con un crop top de encaje negro. Es lo suficiente transparente para lucir varios tatuajes sobre su torso que no había notado. Para terminar con su look rock star androgino las uñas las lleva de un color rosa pastel y muchos anillos puestos sobre sus dedos. Devon siempre me recordó a un Davie Bowie millenial, nunca ha tenido la vergüenza para jugar con los estereotipos de moda.