CAPITULO 18
Mientras Liase encuentra en la habitación llena de cajas que contienen recuerdos, el rey caminas por las afueras del castillo; castigándose mentalmente por todo el daño que ha hecho y hace a su familia. Es admirable toda la belleza que emana este lugar. Es tan verde y lleno de vida. Todo lo contrario a la vida que se lleva dentro del castillo. Piensa el con cada paso que da.
De tanto caminar, sin darse cuenta llega al final del color verde y se topa con su reino, su pueblo, su gente. Personas miserables y pobres. Personas que viven con temor y hambre cada uno de sus días en vida.
Ocultando su rostro lo más que puede, trata de evadir la mirada de cualquier persona. Pero no hace falta esto. Todos están lo suficientemente preocupados por sí mismos como para fijarse en un simple extraño.
A paso lento va notando cómo el caos lo ha consumido todo.
-Es un asco -dice para sí pensando que nadie le escucharía; pero su sorpresa fue grande al percibir la mirada de todos a su alrededor. Y lo único que se le ocurre en el momento es caminar velozmente lejos de ahí. Algunos pares de ojos le siguieron por unos segundos, pero terminaron por ir de nuevo a sus asuntos.
Gente tirada en el piso, mendigando algo para comer, hogares abandonados, cajas de cartón que sustituyen una cómoda cama. Incluso hay personas tiradas que no sabe si están dormidas o acaso ya nos dejaron para ir a una mejor vida.
Hay tantas personas tan… desamparadas (esta vez solo lo piensa).
Camina y camina, mientras piensa en si él es la victima de la historia. a veces solo te enfocas en algo y no visualizas el panorama completo. “Yo tengo un hogar y alimento todos los días” se dice mientras se percata de que todo el dinero sobrante se va a la billetera de los científicos que prácticamente viven en su castillo. Todo esto simplemente por tener a su hija “a salvo” ¿Pero a salvo de qué?... ¿de los monstruos? ¿De la gente? ¿De su propia familia? ¿O simplemente de la realidad? Quizá a salvo de todo y todos. Poco a poco está anocheciendo, los que tienen un hogar se refugian dentro de él, mientras tanto los que no, se dividen en dos grupos. Unos inician con sus rezos mientras que los otros toman sus armas y se alistan para poder luchar.
Ya es tarde para andar vagando fuera pero a pesar de esto Adam está completamente despreocupado. Él simplemente camina a un paso muy lento pero seguro, con una actitud sin duda de pura tristeza. Mientras la gente aún se alista, comienzan a dispersarse. Con cada vez menos personas, el lugar emite mucha más tensión que antes. Después de unas cuantas vueltas a las casas y calles se da cuenta de que la luz es ya tan solo artificial; así que hay dos opciones: Regresar a su acojedor castillo, o esperar a ver qué es lo que sucede aquí fuera.
Poder vivir como una persona normal al menos por unos minutos. Aunque claro está que él no se morirá de temor como todos los demás. Sin algo que decir o aparentar, se acerca a un grupo de bebés que han dejado solos para no correr peligro por sus culpas. Algunas personas ven al rey como si tuviese dos cabezas, pero al igual que antes esto solo duró unos cuantos segundos.
Todas las lámparas comienzan a apagarse, los que están decididos a luchar toman palos lo suficientemente duros como para descalabrar a alguien y unos cuantos toman lámparas que estaban enterradas en el piso.
Hay un silencio terroríficamente abrumador en este lugar… hay una gigante sombra al lado de los que están rezando. Alguien o muy valiente o estúpido, lo intenta golpear con el bate, pero esto ha sido en vano, el monstruo ha desaparecido; es como si jamás hubiese estado ahí. Lentamente aparecen más dowmps, (como podrás ver, no todo en la vida falsa de Lucia, es ficción).
Intentan hacer que “vean” al menos una mancha blanca con las linternas y logren distraerse para poder golpearlos, pero es algo demasiado complicado. Nadie se ve tan preocupado como esperaría. Los únicos asustados son los pequeños, les espanta ver tantos golpes. Adam se inmuta al ver tanta violencia que al final termina resultando mucho esfuerzo para nada. “Estas cosas con un golpe jamás morirán. Se necesita de agua” sí, claro, él lo sabe, pero su pueblo, la gente que vive con ellos, la gente que vive aterrorizada todas las noches, la gente que tiene que dejar a sus hijos para poder sobrevivir… no lo sabe.
Jamás se les ocurrió a los reyes decirles esto a las personas, solo pensaron en su bienestar. Pero a lo que parece creo que no han visto los rostros de los reyes por un muy largo tiempo. Aunque él se ponga al frente de todos y les diga su nombre, ellos quedarán igual de felices a que si ven a una rata.
Como siempre, lleva un pequeño termo con agua en un bolsillo de su pantalón, pero sabe perfectamente que a pesar de tenerla no será suficiente para poder protegerlos a todos. Tendrá que guardarla hasta que sea necesario.
Golpes aquí. Golpes allá. Incluso golpes al aire. Estas criaturas son capaces de desaparecer cuando les place; criaturas horribles sin rostro, pero con hoyos a los lados laterales de su cabeza que funcionan como oídos. Tienen que mantenerse en absoluto silencio, por eso es mejor usar la luz como distracción, así solo verán manchas, pero no sabrán tu ubicación exacta. Esta gente es pobre pero muy inteligente, pero, en fin, como no lo van a ser, sus opciones son la torpeza o vivir.
De no ser porque todos aquí desconocen su debilidad y además carecen de agua suficiente, sería un poco más fácil. Al parecer todas las noches es lo mismo, y de tantos movimientos repetidos Adam termina aburriéndose, decide que una hora y media de ser persona “semi-normal” ya es suficiente. Como si nada estuviese pasando camina junto a los monstruos y a las personas en batalla, los dowmps no son tan temibles en este lugar, hasta pareciera que ellos también ya se acostumbraron. De los que se debería de preocupar, son de los dowmps que asechan el castillo, todos ellos esperando encontrar la oportunidad en la que puedan apoderarse de su hija, Lucía.