—Mi tía Angelique decidió unirse a una organización que alfabetiza y ofrece clases técnicas gratuitas a personas de bajos recursos —dijo Daphne—. Ella ofrecerá clases de panadería y repostería.
La chica llevaba la conversación mientras paseaban por los alrededores de la plaza de la ciudad, ya eran más de las ocho y media, aún había algo de gente por el lugar, y todo estaba alumbrado por farolas. Llevaban dando vueltas por la plaza tomados de las manos durante la última hora, se habían reunido para cenar, y ahora sólo pasaban el rato juntos.
—Es una labor muy noble —comentó Ethan.
—Sí, supongo que sí —convino la chica—, pero te lo comento porque, si mal no recuerdo, comentaste cuando te presenté a mi tía y mi abuela que no habías concluido la preparatoria, y la organización también ofrece educación primaria, secundaria y preparatoria.
Viendo hacia donde iba, Ethan centró su mirada en ella.
—Podrías ingresar a la preparatoria para concluirla —Ethan guardó silencio un momento, y volvió la mirada al frente. Daphne sólo lo observó, notando que él no se veía muy convencido.
—¿Recuerdas que dije que dejé de asistir a clase junto a todos los demás niños del orfanato a los catorce años? —cuestionó el chico.
—Ehh, sí —contestó la chica no entendiendo la pregunta, hasta que de pronto algo hizo clip en su mente—. Tampoco concluiste la educación secundaria —Ethan asintió—. Bueno, igual en ese caso también puedes ir a...
—Daphne —la interrumpió Ethan—, no creo que pueda ingresar a una escuela si no siquiera tengo papeles legales, técnicamente soy un indocumentado, no existo en este país.
—Bueno..., podrías buscar a algún abogado o algo así para asesorarte sobre como tramitar tus documentos legales —sugirió la chica—, podrías terminar la secundaria y la preparatoria.
—Realmente, no me he preocupado por ello durante todos estos años —admitió Ethan—. Ni lo de los estudios, no lo de los papeles. Nunca me hizo falta. Y bueno, no es como que desee demasiado terminar mis estudios o algo como ir a la universidad.
—Al menos piénsalo unos días, ¿está bien? —suplicó la chica.
Ethan volteó de nuevo hacia ella, Daphne le mostró una ligera sonrisa. Él regresó la mirada la frente y soltó un ligero suspiro.
—Está bien —aceptó el chico. La sonrisa de Daphne se amplió.
Aunque se sintió satisfecha con la respuesta, estaba casi segura de que al final Ethan rechazaría la idea, al menos la de retomar sus estudios. Esto le trajo el recuerdo de lo que su tía le había dicho aquella noche después de que él fue a cenar con ellas, lo de que el chico no parecía tener metas ni aspiraciones. Realmente ella también lo creía, y no le importaba demasiado ese asunto, después de todo, ella estaba en una situación algo similar en ese aspecto.
Sin embargo, a pesar de estar consciente de su propia situación, no deseaba permanecer así en toda su vida. Este pensamiento la hizo plantearse y cuestionarse hacia donde se dirigía en este momento, no sólo en su vida en sí, sino en su relación con Ethan, ¿hacia dónde iría esto? Con ambos en una situación como en la que estaban, ¿qué clase de futuro tendría su relación si ésta durara? Es más, ¿qué tan en serio debería estar tomando las cosas con el chico? Él se estaba volviendo algo muy significativo para ella, ¿debería si quiera estar planteándose todo esto ahora?
No. Detuvo todos esos pensamientos, negándose a lidiar con eso en este momento. No quería hacerlo; no quería pensar en ello, disfrutaba lo que tenía con Ethan, y no quería pensar en nada más que en eso. Quería dejar que las cosas fluyeran y sólo vivirlo sin pensarlo demasiado.
Pensaba que tal vez no tenía por qué estresarse tanto por esos aspectos de su vida y su relación por ahora. Ambos tenían su vida en desorden, pero aún eran muy jóvenes. Daphne se mantenía en la creencia de que en algún momento algo pasaría, algo cambiaría; simplemente encontraría algo que la motivara a avanzar hacia algún lado, y que tal vez para Ethan era igual. Tal vez lo que sea que tuviera que pasar se iría construyendo de a poco casi sin que se dieran cuenta, tanto en sus vidas como en su relación.
Con este pensamiento en mente volteó hacia Ethan, él sólo seguía caminando, sujetando su mano y con la mirada al frente. Con una sonrisa Daphne soltó su mano y enganchó su brazo con el suyo para después recargar su cabeza contra su hombro. Ante esto Ethan dirigió su mirada hacia ella, sonrió por eso, no podía evitar hacerlo tendiéndola tan cerca. El chico deshizo el agarre para rodearla por los hombros manteniéndola cerca de sí, la sonrisa de Daphne se amplió ante su acto.
Ella sólo quería esto; disfrutar y vivir el momento, sin pensar en nada más.
[...]
A Ethan no le agradaba la idea de quedarse todo el día en su departamento sin hacer nada. Se había presentado en el restaurante como cualquier otro día, se había sentido algo mal desde que se había levantado, pero aun así fue a trabajar, notó que estaba teniendo algo de temperatura, no quería decir que estaba enfermo, sin embargo, en cuanto comenzaron a escucharlo estornudar, Brandon le insistió en que se fuera a casa, así que no le quedó de otra, después de todo no era algo muy higiénico que estuviera estornudando cerca de los clientes o por la cocina.
Ahora sólo estaba recostado en el sofá, la fiebre seguía, su garganta dolía, así como su cabeza, además sus ojos estaban ardiendo, odiaba los resfriados. Era casi medio día y aún no había consumido nada más que un café en la mañana. No esperaba presentar más malestares, de haberlo sabido habría comprado comida antes de volver a su departamento, ahora no tenía energías para bajar y salir.
Escuchaba gruñir su estómago mientras observaba el techo, cuando de pronto escuchó la puerta sonar. Extrañado se levantó del sofá y fue a abrir, al hacerlo se encontró con Gina detrás de ésta, la chica le sonrió al verlo, traía una bolsa plástica en sus manos.
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Editado: 02.11.2023