A la luz temblorosa de la chimenea los miembros de La Orden se reunieron al alba tal y como habían arreglado el dia anterior. Nada se escuchaba en el interior de la residencia salvo el crepitar de los troncos que alimentaban el fuego en la sala de reuniones.
Fuera de la casa, la oscuridad aún se cernía sobre la ciudad dormida aunque ojos vigilantes estaban especialmente atentos esa noche, especialmente tras los extraños acontecimientos que se habían sucedido en las últimas cuarenta y ocho horas. Varios pares de esos ojos vigilantes se mantenían fijos en la pequeña residencia de La Orden, pendientes de quién entraba y salía por aquella puerta cerrada.
—De acuerdo. —dijo Matilda tomando la palabra. —Vamos a revisar el plan por última vez y comenzaremos de inmediato; El objetivo principal es lograr que la Party de Dante abandone la ciudad de Jenne de la forma más furtiva posible y sin llamar la atención de nadie. Para lograr ese cometido, vamos a tratar de engañar a los espías del Imperio.
La Windermerense dió un paso al frente y se ajustó la espada al cinto. —Walter, Rita y yo nos dirigiremos a la salida principal y simularemos hacer preparativos para salir. —dijo. —Alex y Dirk irán hacia la piedra de teletransportación y también fingirán prepararse para abandonar la ciudad.
El informante asintió con la cabeza desde su rincón oscuro favorito.
—No sabemos con exactitud el punto de salida del pasaje que aparentemente existe debajo de esta casa —explicó Rita tomando la palabra. —Asumimos que el túnel toma el camino más corto hacia la muralla y ya que la más próxima a nuestra posición actual es la muralla sur, es ahí hacia donde se dirigirá nuestro mayordomo llevando las dos monturas más veloces que tenemos.
El NPC hizo una reverencia desde el sitio en donde estaba. —¿Alguna otra duda?
El guerrero Ragnaniano levantó la mano. —Sigo pensando que es imprudente que solo ellos cuatro se aventuren en zonas PvP... ¿No podría ir Matilda al menos?
El joven de cabellos blancos sacudió la cabeza. —Ya lo hemos discutido. —dijo. —Un miembro más en la party de Dante significa una montura extra y ellos quieren pasar desapercibidos... no es con cantidad de espadas extra que van a lograr su cometido de llegar al bosque sin ser descubiertos.
—Aún así...
—Es arriesgado, si. —dijo Dante. —Pero es nuestra única alternativa.
Los demás intercambiaron miradas de indecisión pero nadie objetó nada más, por lo que Alex hizo un gesto con la mano. —Bien, trataremos de mantenernos activos en Jenne para que El Imperio mantenga sus ojos vigilantes en nosotros mientras ustedes desaparecen en el bosque. Una vez que estén bajo los árboles Mirna y Silvana estarán en su propio terreno y podrán aventajar a cualquier perseguidor que se atreva a seguirlos al Bosque Viejo.
A continuación Rita repartió provisiones a los cuatro viajeros; abundantes frasquitos de cristales condensados para que no tuvieran faltante de energía mágica en caso de necesidad pero también pociones de salud y curación para Dante y Diógenes, quienes eran los más débiles del grupo.
El Archivista solo poseía la daga que Dante le había obsequiado pero había cambiado sus harapos por una túnica de viajero color gris que había tomado prestada de la bóveda de La Orden. Debido a su poca constitución no podía vestir armadura de ninguna clase, pero Rita logró reforzar una camisa de lino con un tejido especial que otorgaba un pequeño bonificador defensivo. —No detendrán un espadazo o una flecha. —dijo. —Pero a veces un punto más en tu armadura es la diferencia entre vivir y morir ahí fuera.
Dante fué el que obtuvo un mejor equipo de ellos dos. Sus ropas de aventurero inicial fueron reemplazadas por vestimentas de buena calidad y acolchadas para permitir que vistiese una nueva armadura de malla de acero flexible y resistente. Dado que el joven todavía no se había especializado en ningún estilo de combate o clase de habilidad, Alex sugirió que diese prioridad a su agilidad y libertad de movimiento. —A veces la mejor armadura es no tener armadura. —dijo. —Si puedes esquivar un golpe; hazlo, siempre es la mejor decisión.
Dante gastó un par de puntos extra en su nuevo equipo pero reservó dos "por si acaso" dijo. Finalmente tuvo que equipar una nueva arma y Alex se acercó llevando una funda de cuero envuelta en un pañuelo de seda. —Le llevará a Rita un tiempo más terminar tu espada. —dijo mientras comenzaba a desanudar las tiras que sostenían aquel paquete. —Mientras tanto me gustaría que uses esta.
El joven recibió la espada com ambas manos y miró asombrado la empuñadura decorada que asomaba de la funda. —Esto es....
—Desenfundala.
Dante asintió y tomando la empuñadura del arma la quitó de su funda con un solo movimiento del brazo derecho. La espada era de acero brillante y estaba maravillosamente afilada. De inmediato notó como el peso del arma se equilibraba perfectamente en su brazos y pareció como si estuviera sosteniendo algo que pesaba muchísimo menos de lo que aparentaba.
—Pesa menos en la mano que en la funda. —exclamó asombrado el joven moviendo el brazo mientras la hoja del arma lanzaba destellos por la habitación.
Alex asintió. —Esta espada está mágicamente balanceada, pero no te equivoques; el peso de la hoja sigue siendo el mismo; ten eso en cuenta a la hora de golpear a alguien con ella.
Los demás miraron el arma asombrados. —Esa es la espada de Lucas. —dijo Matilda. —No la veía desde...
—Desde que asumí el liderazgo de La Orden. —explicó Alex. —Esta es la espada de nuestro antiguo líder, quien dejó el juego hace un tiempo. Es un arma poderosa y de excelente calidad, pero no tiene un linaje o historia importante me temo.
—Es hermosa. —dijo Dante volviendo a enfundar el arma en su funda. —Prometo que la usaré con cuidado.
Walter se rascó la cabeza. —Ojalá estuviera Lucas con nosotros. —dijo. —Durante el poco tiempo que jugó en Calypso demostró tener el potencial de ser uno de los mejores espadachines de todo el maldito juego.