Noah despertó, a su lado estaba Jack quien le miraba con una sonrisa, el no pudo sentirse mejor, nunca junto a Edward había despertado así ni se había sentido tan feliz como lo hacía ahora, se sentía libre y protegido.
“¿Quieres desayunar ahora?” pregunto el alfa.
“Aun no, quiero seguir acostado” susurro el menor pegándose al cuerpo del moreno.
“No hay problema con eso” menciono el más alto abrazando al pequeño.
“¿Crees que funcionemos juntos?” susurro el menor nervioso por la respuesta.
“Si tu quieres que funciono tanto como yo, sí, claro que lo haremos” le susurro el alfa y beso la frente del menor quien sonrió.
“Yo quiero” débilmente hablo el menor, levanto su rostro lo suficiente y le dio un suave rose a los labios del mayor con los suyos. Jack estaba sorprendido pero infinitamente feliz, tomo las mejillas del menor con sus manos y beso son cariño al menor, sus labios se movían lento y como si una armonía puramente celestial los guiara, ninguno de los dos se sentía más que felices de estar en esa situación, Noah se olvido de Edward dándole a entender que él podía ser alguien mejor sin él.
“Soy un omekouz” dijo el rubio al separarse.
“Eso es increíble, debes ser muy bueno” dijo el alfa viendo a los ojos azules del menor.
“Si, supongo” dijo nervioso por la penetrante mirada del mas grande.
“Mi magia llegara a su máximo poder en 6 días” le informo.
“Y estaré para cualquier cosa, solo debes decirme en que o como ayudarte” dijo el moreno.
“Gracias, ahora sí quiero comer” dijo el menor sintiendo como su estomago imploraba por algún bocado.
“Pues vamos, es hora de que conozcas tu nuevo hogar” el alfa se levanto y seguido el menor, toma la mano del chico rubio y salieron, le guio hasta el comedor donde la comida ya estba lista para el consumo, no demoraron en comer.
“¿Me enseñas la casa?” pregunto el menor viendo con ilusión al más grande quien enternecido por la mirada del pequeño no dudo y se levanto, le estiro la mano y fue tomada con gusto por el menor, empezaron a caminar, la casa era algo grande y realmente hermosa, estaba muy segura y al salir el patio el omega se sintió maravillado, era un patio grande y hermoso.
“Cuando quieras transformarte no dudes en hacerlo aquí, estás seguro” dijo el alfa, apunto una casita al fondo del lugar. “Ahí habrá ropa para cuando cambies a humano” Sin demora Noah se separo y en segundos estaba ante el alfa un lindo omega de pelaje blanco, hermoso y unos ojos azules muy brillantes le miraban, sonrió y al instante el lobo corrió por el patio, le gustaba lo que veía. El alfa pidió a las betas llevar ropa del menor a la casa del fondo y su computadora, se puso a ver cosas de la empresa y de vez en cuando miraba al menor quien en ese momento estaba tirado en el suelo cansado, sonrió, era hermoso.
Noah estaba feliz, tenía tiempo que no se transformaba, Edward no tenía un patio, el era más de lo moderno y con ello quito el patio, además el iba a un lugar a transformarse sin nunca llevar al menor. Noah se levanto y fue a la casita, entro y volvió a su forma humana, se vistió y salió.
“Siéntate un rato conmigo cariño” dijo el alfa sin verlo, sabía que estaba ahí por su olor y su oído no lo engañaba. Niall frunció la nariz por disgusto, se acerco al alfa, cerro la laptop y se sentó en las piernas del mayor por atención.
“Es mejor así” susurro el menor” las manos del alfa se fueron a las caderas del pequeño y le sostuvo, beso suavemente la marca y el menor gimió suavemente.
“Creo que si” dijo el alfa en el oído. Noah se ladeo y beso los labios del mayor, un color rosa les rodeo, Noah se alejo del alfa sorprendido, susurro unas palabras y empezó a llover, creo un campo de protección solo en la computadora de su alfa y ellos se mojaron.
“Vamos” Noah se levanto y jalo a Jack. Corría feliz, siempre amo la lluvia el alfa le seguía hasta que se paro y obligo al pequeño a estar cerca de el, el chico rubio sonrió y llevo sus manos a los hombros del más alto, se levanto de puntas y provoco el rose de sus labios, el alfa sonrió y tomo la cintura del menor se agacho y esta vez le beso más intensamente, sus labios se rozaban con necesidad y pasión, ambos amaron esos momentos.
Edaward estaba en el hotel, una cama y una beta en el, era todo lo que deseaba y eso tenía, su mente solo pensaba en como tomar a la chica, la chica le provocaba y el cedía, le encantaba el sexo y ahora que el omega ya no le amarraba él podía estar con quien quisiera sin sentir una quemazón en su interior.
Sus labios besaban con pasión y hambre los de a chica, besaba cada parte de la piel de esta, justo como nunca hizo con el menor.