Capitulo Doce.
Un mes más tarde.
-¿Entonces?.-Pregunta la castaña frente a mí y yo rió.
-Entonces estoy acá, ¿No?.-Pregunto y ella me sonríe mientras que un rubor cubre sus mejillas.
-¿Me pusiste sobre tu hermana?.-Pregunta maravillada. Frunzo el ceño.
-Ponerte no, mi hermana siempre estará primero. Pero no me gusta que me diga con quien puedo salir. No soy el pequeño.
-Hubiese sido romántico.-Dice con una mueca. Pareciendo decepcionada.
Mi celular vibra sobre la mesa, lo miro confundido. Es un mensaje de Luz.
"Kyle debes venir".
“Urgente”
Frunzo el ceño mirando mi celular, luego miro a Natalie. Ella le da un sorbo a su gaseosa.
-Natalie, debo irme.-Le digo y ella me mira preocupada.
-¿Por qué? Estamos en una cita.- Parece molesta.
-Mi hermana me necesita.
-Tu hermana no te quiere conmigo. Estará inventando algo. –Me dice mirándome.
-Mi hermana no es mentirosa.-La defiendo y me pongo de pie. Dejo unos billetes, más que suficientes para pagar lo consumido y salgo del bar.
Cuando llego a mi casa, notó que hay un lindo auto azul aparcado frente a mi casa. No me resulta conocido, por lo que voy hacia la puerta y cuando la abro me llevo una terrible sorpresa al ver a Dove. Ella me da una sonrisa timida.
-¿Qué haces aquí?.-Pregunto sorprendido.
-Creo que tenemos tiempo para hablar de eso, pero debes ir a ver a tu hermana.-Me dice ella y yo frunzo el ceño.
Paso por su lado y ella toma mi mano. La miro y tímidamente acaricia mi mejilla. La miro intrigado, luego aclara su garganta.
-Lamento no estar en tu tiempo difícil.-Me dice y yo asiento.
Voy hacia la habitación de mi hermana y entro. Ella está tirada en su cama. Camino a ella y me siento a su lado. La miro y noto que ha llorado.
-¿Qué sucede princesa?.-Pregunto acariciando su mejilla.
-Vino Dove, como veras.-Me dice y yo asiento.- Estábamos discutiendo...Bueno yo estaba echándole en cara muchas cosas. Y suena el timbre.
-¿Y qué paso?.-Pregunto preocupado.
-Apareció él, Kyle. Nuestro padre. Me dijo que venía a pedirnos perdón.
-¿Qué hiciste Luz?.-Pregunto mirándola.
-Le cerré la puerta en la cara, corrí aquí y me encerré.
-Bien, no debes abrirle la puerta, ¿Si?.-Digo besando su frente.-Pero no dejes que él te arruine. No debes llorar por tipos y más si son como nuestro padre.
-¿Qué tal tu cita?.-Pregunta ella y yo me encojo de hombros.- Sé que no quieres que te diga esto, pero Natalie no me gusta. La conozco.
-Como tú dijiste antes, está Dove.-Le digo y ella asiente.- Y lo único que puedo pensar es que ella está en mi casa. No en Natalie, ni en otra chica con la cual haya salido.
-Entonces ve. Por alguna razón ella está aquí.-Dice y yo asiento.
Cuando arregle lo de mi hermana, bajo rápidamente las escaleras, estoy un poco ansioso sobre saber porque cierta rubia está en mi casa. Ella está mirando algo en su celular. Cuando me ve, lo guarda.
-¿Quieres tomar algo?.-Pregunto nervioso mientras juego con mis dedos, ella niega con la cabeza. Se pone de pie y camina hacia mí, me abraza y no puedo evitar devolverle el abrazo.
-Te extrañe.-Susurra ella y yo sonrió.- Este momento debió pasar hace mucho tiempo. Pero ahora estoy aquí. Tengo entendido que estabas en una cita con una chica pero no me iré. Volví para quedarme y para recuperarte.
-¿Y tu trabajo?.-Pregunto confundido.
-Mi contrato acabo. Se supone que debía renovarlo. Pero no, no quiero ser esa chica que no puede estar con el hombre que ama.
-¿Renunciaste a tu sueño por mi?.-Pregunto sorprendido.
-Tú siempre has sido mi sueño, Kyle. Te lo he dicho muchas veces. Tú no las creíste.
Sin pensarlo dos veces, nuestros labios se unen y yo la abrazo por la cintura. Ella pasa sus brazos por mi cuello y me responde el beso. Esto es el paraíso. Esta vez si no la dejare ir.