⊷⊶⊷⊷⊶⊷《 MATTHEW 》⊷⊶⊷⊷⊶⊷
Salí del pequeño apartamento que mi padre me estaba obligando a usar y fui al parqueadero a buscar el auto que tenía que utilizar de ahora en adelante, cuál fue mi sorpresa al encontrar un Audi A1 negro, no era para nada mi estilo, el maldito viejo se estaba saliendo con la suya.
Fui hasta casa de Jonathan, mi mejor amigo, y salimos a un antro, necesitaba borrar de mi cabeza todo lo sucedido.
— ¿Entonces te obliga a casarte? — gritó Jonathan por sobre la música.
— Es un maldito viejo, me congeló todas las cuentas — el soltó una sonora carcajada
— ¿Y qué tal es la chica? — me encogí de hombros.
— Aun no la veo, sólo sé que es diseñadora, ya sabes, el viejo tenía que buscar su beneficio propio en todo esto — el viejo no daba puntada sin dedal.
— ¿Será una mujer fea? — eso era lo que más me temía, tenía una reputación que mantener.
—Espero que no, lo único que sé es que voy a hacerle la vida un martirio, deseara nunca haberse metido conmigo—
— Eso amigo, no te dejes manipular de nadie —
— ¿Y tú como vas con aquella chica que te gusta? — el suspiro.
— No me da ni la hora, de no ser por Katherin que a veces se junta conmigo en la universidad, ni podría hablar con ella, ahora que lo pienso, Katherin te encantaría, unas curvas sensuales, cintura como reloj de arena, cabello negro y largo y unos hermosos ojos verdes, de infarto — enarque una ceja.
— Si es tan sensual ¿Porque no sales con ella tu? — el negó con la cabeza.
— Es hermosa, pero no es para mí, su amiga pelirroja es definitivamente es la que me trae loco —
Mire a lo lejos una rubia hermosa me estaba mirando fijamente, un rato después paso por mi lado tocando mi brazo y guiñándome un ojo.
— Voy a solucionar algo en el baño —
—Usa protección amigo — saque una tira de condones de mi bolsillo mostrándoselo.
— Siempre uso — con ello me fui buscando a la rubia, la encontré esperándome en la puerta del baño, estas mujeres ofrecidas me hacían más fácil todo.
Estaba con una mini falda roja y un croptop del mismo color, la empuje hacia el baño y allí la tome, tan fácil como siempre. Salí acomodando mi pantalón.
— Eso fue rápido— Jonathan seguía en la barra con un trago en mano.
— Demasiado ruidosa, si no acababa rápido me rompería los tímpanos— él se soltó a reír a carcajadas.
Seguimos tomando y bailando un poco con diferentes chicas hermosas, era la mejor forma que tenia de pasar mis noches, una buena copa en mi mano y una chica fácil en mi cama.
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Desperté desubicado, no sabía que había pasado exactamente el resto de la noche, después de tirarme a la rubia en el baño, salí, bebí algo más, baile con un par de chicas mas y después nada.
Me moví un poco en la cama donde me encontraba sintiendo un peso extra al otro lado, seguro había dormido con alguna otra mujer, espero que en medio de mi estado de embriaguez no me haya olvidado el preservativo, un hijo es lo que menos deseaba, ni ahora ni nunca.
— Tu papá llamó — salte de la cama cayendo al piso mientras gritaba.
— ¿Qué demonios? — mire hacia la cama a Jonathan que reía como loco.
— ¿Por qué demonios dormimos juntos? ¿No me digas que…? — me mire y aún estaba en bóxer y él igual, suspire con alivio. — ¿Qué paso? —
— ¿No lo recuerdas?, amigo creo que te drogaron, obvio no iba a dejar que alguna loca se llevará a mi amigo sin su consentimiento — se desperezo un poco, — Además, no te haría nada amigo, no eres mi tipo — dijo riendo.
— Idiota, y gracias me salvaste de alguna loca —
— Por cierto, tu padre llamó, quiere que vayas a su casa urgente — bufe exasperado.
— Maldición — me levanté del piso donde seguía sentado y me dirigí a su baño, desde adentro grité.
— Préstame ropa hasta que pueda sacar la mía de mi apartamento — tome un baño rápido y me subí al asqueroso auto que me tocaba usar ahora.
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Ella es tu prometida…
Ella es tu prometida…
Ella es.......Tu...... PROMETIDA.
— ¿Estas bromeando cierto? — mi padre solo negó con la cabeza.
— No es broma Matthew, esta mujer frente a ti es tu prometida, y en unas semanas tu esposa — pase repetidas veces las manos por mi cara y mi cabello, mi papá debe estar loco.
— ¿Estás demente?, no puedo casarme con esta mujer —
— Tampoco es que quisiera casarme contigo, no eres mi tipo, pero las circunstancias ameritan este sacrificio — mire a la dueña de esa voz celestial, era todo un monumento, su cabello negro caía por su espalda hasta la cadera, una piel blanca como porcelana, unos hermosos ojos verdes, y un cuerpo de infarto, una cintura tan pequeña con unas caderas pronunciadas que se veían espectaculares con esa falda tubo que estaba usando.
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Editado: 23.11.2022