Era de noche. Agradecía a todos los santos pues tenía insomnio, esa noche no lo veré, al fin no veré a mi tormento nocturno. Tampoco es que lo vea todas las noches, pero si en muchas de ellas. Trato de no tomarle mayor importancia y seguir con mi vida, "trato".
En el anterior sueño lo sentí muy real, esa fue la primera vez que se acercó a mí y, al tenerlo tan cerca, noté que de su cuello colgaba un collar con un amuleto de un sol rojo, pero al intentar tocar el amuleto por curiosidad, tomó mi mano y la apartó poniéndola sobre su hombro. De la nada suena una música clásica, mientras él posaba sus manos en mi cintura y, aunque sabía que no era real, me estremecí. Estuvimos bailando al son de las melodías durante un rato.
El fondo del lugar era el más hermoso que ví (o soñé): un prado lleno de flores violetas, con un sol que iluminaba expresamente radiante, aunque no más que él, ya que prácticamente parecía que su sola presencia opacaba todo el bello paisaje.
Alcé mi mirada y ví sus ojos de un celeste profundo, pero aún así, tenía un toque oscuro que no podía explicar.
Aunque escapo de mi aburrida realidad al verlo algunas noches, me asusta, porque pienso que soy una médium y él es un tipo que murió o algo así. Pero realmente no estoy segura por más que intente investigar algo.
Tenía tanta sed que fui a beber un vaso de agua así que salí de mi habitación a la cocina y, al llegar, no solo me tomé un vaso de agua, sino que también comí las galletas sobre la mesa.
Noté que la ventana estaba abierta, por lo que me levanté para cerrarla, pero ví a través de ella a alguien sentado en la banca del portón de mi casa, que además estaba fumando, lo cual no me pareció apropiado el hecho de que lo hiciera en ese lugar. Decidí abrir la ventana y grité:
– ¡Eh, tú!
El chico se giró a verme. Sorpresa es poco comparado con lo que sentí cuando pude ver sus inusuales ojos celestes, el resto de su rostro estaba cubierto con una chalina negra que solo dejaba ver su perturbador mirar, llevaba además un gorro negro del mismo color que el resto de su ropa.
Luego de que me dio una corta mirada, que hizo que me asustara, se fue perdiéndose en la noche.
Mi cabeza iba explotar en ese preciso momento, no puede ser el mismo que veo en sueños, ¡NO PUEDE SER!
Ahora definitivamente empiezo a pensar que me estoy volviendo loca realmente.
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Editado: 14.01.2020