Impermeable esta mi pensamiento, alcanzada la paz interior, capaz de no dejarme perturbar por el entorno.
Día normal, camino tranquila por la vida y de la nada una sensación de ser observada, me tomo el descaro de verificar si así es, me encuentro con unos ojos tímidos, me da igual de seguro estaba despeinada.
Estoy riendo con mis amigas, un escalofrío me recorre por el cuerpo al escuchar suavemente, que encanta mi sonrisa, me deja completamente helada; observo quien fue el emisor de esas palabras y nuevamente los ojos tímidos, están brillando, me sonrojó, quizás estoy imaginando que mi adarga esta fallando.
Una bella curva, se asemeja a una parábola dibujada en el plano de mi vida.
Ya estoy intranquila, los ojos tímidos no me dejan de observar, el alcázar de mis emociones se derrumba cada vez que me mira y sonríe. De pronto ya no solo me mira sino que me habla, con palabras sencillas denota el nerviosismo.
La impermeabilidad de mis pensamientos ya no funcionó y me encuentro sonriendo ante esos ojos tímidos.