Fragmentos de ti

Capítulo X

Por supuesto, las condiciones podían cambiar.

Sonrió de medio lado y miró a la mujer, que estaba comprando el pescado, hablando con familiaridad con el hombre que atendía el negocio, casi pudo haberse sentido celoso, pero fue fácil calmar esa sensación.

Por otro lado.

Cuando las cosas ocurrieron, había quedado en shock, su único consuelo es que nadie de su manada se encontraba ahí cuando sucedieron las cosas, es decir ¿cómo era esto posible? Su pequeña mariposa de ojos azules era una mujer lobo, recién descubierta al parecer, si no lo hubiera visto con sus propios ojos, no lo creería, eso complicaba enormemente las cosas, ya que no solo había herido su orgullo, sino también su masculinidad al haberlo derrotado tan fácilmente, la muy maldita.

Luego de medio reponerse del golpe, comenzó a ponerse de pie con cierta dificultad, sostenía su abdomen adolorido, cuando alzó la mirada, la joven había desaparecido, tuvo apenas una fracción de sentido para darse cuenta que estaba bajo ataque, fue embestido brutalmente haciendo que gimiera de dolor sin poder evitarlo, siendo lanzado un buen par de metros de donde había estado al principio, la mujer estaba sobre ella, las fauces en su cuello mientras olfateaba, gruñendo desde el fondo de su garganta.

Mikael no iba a darle la oportunidad de matarlo, claro que no, su pupila se afiló y una fuerza sobrehumana lo invadió, en un rápido movimiento, la tomó por los hombros y la aventó hacia un lado, el peso sobre él le había dificultado un poco el respirar, inhaló profundamente y soltó un gruñido audible, para nada humano. Se sentó en el suelo recargado en sus manos, miró la figura que se recomponía a una distancia prudente de él, se hizo hacia el frente y dio un salto extraño hacia adelante, su ropa y piel siendo sustituida por un hermoso pelaje oscuro, las patas extendidas al frente, cubiertas por un pelaje gris más claro, de ojos amarillos y salvajes, sus patas delanteras yendo a parar sobre lo que vendrían siendo los hombros de la mujer lobo. 
Ileana luchó por liberarse, llevando su hocico a morder lo primero que encontró en su camino, es decir, entre el cuello y hocico mismo del otro gran e imponente lobo de pelaje gris oscuro, haciendo que el otro chillara y enterrara las garras en los hombros recubiertos en pelo, haciéndolos sangrar y provocando que ella lo soltara, se alejó de ella dando un pequeño salto hacia atrás, claramente adolorido y sangrando levemente. La mujer se levantó gruñendo más fuerte, quedando encorvada sobre sus dos patas, las patas delanteras delante de ella, los ojos fijos en el gran lobo no muy lejos de ella, dando un extraño sonido estrangulado, corrió para ir a embestir al lobo.

Sólo que esta vez el lobo no se quedó quieto, corrió también, las patas del lobo gris se encontraron de nuevo con la joven muchacha, las grandes garras ajenas fueron a parar a los costados del lobo, buscando enterrarse en la zona, siendo evitado con éxito cuando el macho fue a morder una de estas, entonces, Ileana intentó apartarlo con su otra pata, quedando sentada en el suelo de nuevo, zarandeando su mano/pata para intentar quitárselo de encima, la sangre brotaba y el lobo no parecía querer soltarla pronto, así que arañó salvajemente el hocico del cánido, sacando pelaje y sangre en el proceso, finalmente haciendo que la soltara.

Aullando suavemente de dolor, el lobo gris oscuro intentó llevar una de sus patas a su hocico, para medir el daño, la loba lamía las heridas de su pata, mirando con recelo a su agresor. Mikael pensaba que si seguían así, terminarían matándose mutuamente, y ciertamente, el no deseaba morir sin haber probado el poder de ser líder de la manada, meditó sus posibilidades, llamar al resto, estando en esa posición, sería catastrófico para su imagen de alfa “todo-lo-puedo” que se había creado, dejarla vivir tampoco era una verdadera opción, más sabía que al estar en esta transformación, sería realmente difícil, por no decir imposible, regresar a su lado humano sin la guía de un alfa experimentad. 
Los planes de la mujer, sin embargo, distaban totalmente de lo que él pensaba, así que aprovechando el momento de reflexión del otro alfa, se abalanzó una vez más, ahora corriendo en sus cuatro patas de manera extraña, ya que al ser las piernas humanas más largas que los brazos, no había un buen equilibrio, pero corría bastante bien, lanzó un alarido de dolor cuando una de sus patas crujió, casi sintiendo que se la rompía, cojeando de una pata, la arañó en el rostro una vez más, haciendo que se alejara y cayera hacia atrás, arañando y mordiendo las extremidades inferiores, jalando hacia sí como si quisiera arrancáselas, una buena patada hizo que la soltara, gimoteando por el dolor extra en el hocico.

Al final, cuando la joven intentó ponerse de pie de nuevo, lastimada de sus extremidades y sangrando, se enredó en sus propias patas mientras lo hacía, resbalando y cayendo de espaldas, pero no se movió de nuevo, Mikael se acercó lentamente, olisqueando el aire, notando que el pecho de la joven subía y bajaba de manera rápida e intensa, más parecía encontrarse inconsciente o algo similar, su respiración era agitada. Se quedó quieto a su lado, esperando algo, pasaron unos minutos así hasta que se dio cuenta que no se movería para atacarle, al menos, estuvo muy tentada a acabar con ella, pero estaba mal herido, si se le ocurría defenderse, en esa forma, su fuerza aumentada al doble de lo que haría un hombre/mujer lobo normal, y no tan herida como pensaba, tenía las de perder.

Se fue al cabo de unos minutos, cojeando y gruñendo, al cabo de adentrarse más al interior de la comuna, fue encontrado por un par de betas que hacían guardia en su forma humana, por lo que al reconocer a su próximo líder, no dudaron en ayudarlo pese a los constantes ladridos de advertencia, sintiéndose humillado. Lo llevaron al interior del consultorio de su padre, al ser este bastante amplio, lo llevaron a una habitación especial donde podría descansar y ser atendido, y ya que las heridas eran un poco severas, tendría que mantenerse en su estado animal por un día o dos, para que las habilidades curativas de su linaje surtieran un mayor efecto ayudados, por supuesto, siendo ayudado con la flor licántropa, una buena adquisición al saquear la manada enemiga hace mucho tiempo.

Así que por eso se encontraba así, paseándose como león enjaulado alrededor de la amplia sala donde estaban reunidos los miembros de la manada más importantes, en su mayoría betas de alto rango, hombres y mujeres, que lo veían con extrañeza, incapaces de imaginar lo que pasaba por la mente de su próximo líder cuando el sabio Iran se retirase en poco tiempo, de hecho, muchos de los betas que estaban ahí, eran ignorantes de la situación, sin embargo, tres de ellos lucían ansiosos, creyendo saber lo que esa reunión significaba, sólo estaban esperando al líder para comenzar.

Cuando Mikael se sentía a explotar de frustración, su padre llegaba luciendo bastante calmado y casi alegre, inhaló profundamente y comprendió el por qué, lo miró con el ceño fruncido al haber percibido el molesto aroma de la mujer humana madre de Ileana a su alrededor, eso explicaba la tardanza, por supuesto que nadie lo comentó por el bien de su integridad física. El sabio Iran no sólo era sabio, también era bastante fiero, así que nadie tenía intención de meterse con él, mucho menos por haberlo estado esperando alrededor de diez minutos más luego de la hora citada.

―Bien, comencemos con la reunión―exclamó sin rodeos, tomando asiento en el sofá individual más grande―Mikael ¿qué eso tan importante que debes decirnos? 

Reflectiia Lunii―escupió con rencor el nombre



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En el texto hay: mujerlobo, alfabeta, rumania

Editado: 01.09.2020

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