Cuando descubres que alguien cercano a ti esconde un secreto, lo más lógico es querer saber lo que oculta. Por que así es el ser humano, es una ley de vida. Es un instinto.
Pero, ¿qué pasa cuando el secreto de esa persona es tan grande que no puedes con ello?
¿Qué sí es un ladrón o un homicida?
¿Lo abandonas? ¿O te unes a él?
Yo descubrí el secreto que Frey ocultaba. Algo perturbador, algo sádico, jamás imagine descubrir algo de esa magnitud, y mucho menos que la persona que lo ocultaba en su tiempo fue mi mejor amigo.
Y ahora, parada frente a él, con un cuchillo en mano solo queda preguntarme.
¿Soy la víctima o la victimaria?