Capítulo 3: El papel de víctima

Eva:
Miro a Oliver directo a los ojos y no evito sentir odio por él, tenerlo frente a mí me hace querer borrar un pasado que me hirió y me lastimó demasiado, donde era vulnerable y frágil. Ese sujeto que es un ejemplo ante la sociedad, que tiene una imagen intachable y ese hombre que todos adoran solo es una farsa, me abandonó estando embarazada de él, sabiéndolo y peor aún me dio un collar para que lo vendiera y me pagara un aborto. Las imágenes de ese día vienen a mi cabeza y me parece que estoy reviviendo la escena que me rompió el corazón y me demostró lo cruel que pueden llegar a ser las personas a quien amamos.
Tiempo antes:
Oliver abrió la puerta de su departamento y cuando me vio allí comenzó a besarme, entré y cerré la puerta. 

—Oliver, tengo algo muy importante que decirte—le dije y se acercó robándome un beso. 

—¿Estás segura de que no puede esperar, mi princesa? —cuestionó acariciando mi rostro. Sonreí y lo miré a los ojos, lo amaba como jamás había amado a nadie, estaba segura de que la noticia que le iba a dar lo alegraría, pues en el tiempo que llevábamos saliendo habíamos hablado bastante sobre nuestro futuro juntos. 

—Oliver vamos a tener un bebé—solté de golpe y él dio unos pasos hacia atrás como si se hubiese enterado de que tenía una enfermedad contagiosa y su rostro cambió totalmente. 

—¿Qué estás diciendo Eva? 

—Mi amor, estoy embarazada, vamos a tener un bebé—le repito y se pone ambas manos en la cabeza. 

—¡¿Estás loca Eva?!¿Acaso enloqueciste? —me grita—Mi familia nunca aceptaría a una chica de pueblo como tú para que le dieran el primer heredero, mi padre me desheredaría si supiera que embaracé a una pueblerina sin clase sin siquiera estar casados. Se supone que me mandó a este pueblucho de quinta para que sentara cabeza. Me quitó las tarjetas y me tiene con cuatro quilos solo porque me detuvieron por una carrera ilegal de motos, te imaginas si descubre esto. —explica y mis ojos se tornan vidriosos a punto de prorrumpir en lágrimas. 

—Dijiste que me amabas, que me llevarías a Estados Unidos y seríamos felices juntos. 

—Eva—suspira—Se supone que eras inteligente Eva. Soy licenciado, ingeniero en construcción, tengo una herencia inmensa, solo estoy en este pueblo porque mi padre me castigó para que sentara cabeza, pero este lugar no es para mí, tú no eres para mí y ese hijo no es para mí. Toma—dijo quitándose un collar que traía puesto—este collar vale una fortuna, mi madre me lo dio, véndelo y termina con ese embarazo y no me busques más por favor. 

—Oliver, no me puedes dejar sola—pronuncié sin poder contener el llanto—No quiero abortar, tengo miedo, sabes que el aborto es ilegal en este distrito, no tengo seguro y quiero a esta criatura. 

—Vas a ir y vas a terminar con ese embarazo hoy mismo—dijo sujetando mi brazo y llevándome fuera de su departamento—y no me busques más, esta tarde me regreso a los Estados Unidos—exclamó cerrando la puerta casi en mi rostro.
Di unos pasos fuera de su apartamento y me paré en el balcón, en ese momento me desplomé a llorar, me ardía el corazón, amé a ese idiota como jamás había amado a ningún hombre, le entregué mi alma, mi cuerpo, mi virginidad, creí en sus promesas. Lo peor es que ni siquiera habló claro conmigo, jamás me dijo que solo me quería para pasar el rato, hacía planes de cuando viviéramos en Estados Unidos juntos. Debí imaginarlo, debí suponer que un chico como él estudiado, rico, de ciudad, jamás tomaría en serio a la chica de campo vendedora de fragancias. 

El corazón me dolió, acaricié mi vientre y miré el collar y entonces lo sentí, algo se movió allí dentro de mí cuando puse mi mano. Era mi bebé, ni siquiera sé si fue real o si solo lo estaba imaginando porque aún tenía poco tiempo de embarazo pero para mí fue la señal de que había una personita dentro de mí, acaricié de nuevo mi barriga y con el collar en la mano le pedí a Dios que me diera fuerzas para ser fuerte, jamás me imaginé que mi vida cambiaría tanto y que tendría que convertirme en una persona demasiado fuerte para lograr sobrevivir en un mundo tan cruel. 

Presente:
Ese hombre parado frente a mí es la persona que más odio y más aborrezco en el universo, por su culpa pasé los peores días de mi vida y perdí lo que más amé, pero juro que pagará cada lágrima que derramé.
—Eva por qué apareces ahora luego de casi 5 años. ¿Por qué nunca me buscaste y me dijiste que teníamos un hijo ? ¿Por qué... —cuestiona y me comienzo a reír y sus padres me miran con asombro. 

—Vamos Oliver, no seas tan ridículo, sabías muy bien que estaba embarazada de ti, pero te fuiste y pensaste que abortaría. Ya les conté a tus padres esa historia. Así que el papel de víctima está de más. Si quieres puedo aplaudir porque en verdad te queda super gracioso este show.  

—Oliver tenemos mucho de que hablar—dice su padre Will . 

—Mamá tengo hambre—reclama la niña. 

—Ya vamos a comer algo mi niña y luego tu padre nos enseñará nuestra habitación. 

—¿Su habitación? —pregunta Oliver asombrado. 

—Sí, tendremos una habitación en esta casa. —respondo segura—después de todo en 4 años jamás le has pasado manutención a tu hija. 

—Les buscaré una habitación en otro lugar. 

—Oliver parece que no te dejé las cosas claras, a partir de ahora quien pone las reglas aquí seré yo o de lo contrario le contaré al mundo, como su futuro alcalde que lucha tanto por la igualdad y la justicia, dejó a una mujer joven e inocente embarazada y la mandó a abortar de forma ilegal y peor jamás siquiera se preocupó en volver y preguntar si la criatura había nacido. 

—Me estás amenazando. 

—Ya te dije que no. Si quisiera amenazarte no estaría aquí con nuestra hija, estaría dando una conferencia de prensa en vivo y directo, solo quiero que sepas que a partir de ahora serás el mejor padre del mundo y tendrás que apegarte a lo que yo espero de ti y estar al nivel de mis exigencias o quedarás en la historia como el candidato a alcalde más hipócrita y ridículo en la historia de este distrito. Vamos Angi ahora vamos a comer algo bien rico que tenemos muchas cosas importantes que hacer.