Frías intenciones

Capítulo 6: La Eva que conociste ya no existe


—Mamá no quiero que me inyecten—gimiquea Angi mientras esperamos para hacer la prueba de ADN. 

—No dolerá, será rápido—le digo—recuerda que te dije que tenías que ser muy valiente. 

—Yo también tengo miedo Angi—dice Oliver y la niña sonríe.  

—Imagino a que tienes miedo—respondo con sarcasmo sonriendo—si da positivo tu vida cambiará, si la prensa descubre que su futuro alcalde Oliver Cromwell, el hombre más bueno y generoso de la ciudad ya es padre de una niña que nunca reconoció tu campaña política se irá al suelo. 

—Tengo miedo a que dejes de decirme papá—dice Oliver abrazando a la niña—a que me haya equivocado con mis sentimientos, desde que te conocí algo cambió. A partir de ahora no importa que tengas miedo porque yo siempre estaré a tu lado para cuidarte. Te quiero mucho Angi—Sus palabras incluso a mí me conmueven, Oliver no sabe mis verdaderos objetivos, no vine aquí después de  tanto tiempo para que conociera a su hija, lo único que quiero es hacerlo pagar por todas las veces que me lastimó y eso haré. 

Salimos de hacer el análisis y se acerca alguien a nosotros, es un médico, con una bata blanca y Angi corre y se para frente a él.
—Mi pequeña—dice el sujeto tomando a la niña en brazos y Oliver se sobresalta un poco y su rostro cambia completamente, pero antes de que logre decir palabras la pequeña habla. 

—Te extrañaba mucho tío Gael—dice niña besando la mejilla del hombre de unos 36 años, alto y bien parecido. 

—Eva—pronuncia él entrecortado mirándome de arriba a abajo. 

—Cuanto tiempo—digo y pone la niña en el suelo y me abraza. Gael es hermano de mi cuñado y fue el médico que me atendió durante todo mi embarazo y el parto. 

—Gael te presento a Oliver, él es el padre de Angi. Oliver él es Gael, un viejo y un buen amigo—digo presentándolos. 

—Entonces él es Oliver—dice Gael con desprecio. 

—Si lo soy—responde Oliver que es bastante orgulloso. 

—¿Pero qué hacen aquí Eva? , ¿estás bien? , ¿Angi está bien? —pregunta Gael preocupado. 

—Si estamos bien, solo vinimos aquí a realizarle un análisis de paternidad a Angi—respondo. 

—Eva, eres la mujer más fuerte y linda que conozco y sé que tu hija no necesita de nadie más—comenta con sarcasmo—pero ya sabrás lo que haces.—exclama y yo sonrío—Vamos a vernos tú y yo, quiero que hablemos algunas cosas. 

—Te llamaré—le respondo y me despido con un beso en la mejilla. 

Oliver abre con enfado la puerta delantera de su auto para que entre luego de que acomodáramos a Angi detrás.
—¿Por qué ese sujeto me conoce? Es un idiota. 

—Fue el médico que me atendió durante el embarazo y un buen amigo, ahora es dueño de esa clínica. —le respondo. 

—¿Es tu amante? —pregunta con enojo. 

—Cuida lo que dices frente a nuestra hija—le reclamo—Además eso no te importa. 

—Claro que me importa, eres la madre de mi hija. 

—Oliver—digo sonriendo—nuestro único lazo en Angi, solo háblame para preguntar cosas sobre ella, mi vida privada no es asunto tuyo.  

—Uf, te llevaré a casa, ahora tengo una reunión. 

—No, iré a mi empresa y cuidarás a Angi el resto del día. Tienen muchas cosas en las que ponerse al día 

—Eva—dice mirándome—Mi trabajo no es un juego. 

—El mío tampoco. ¿Conoces a Brenda Drupel? —le digo sonriendo mientras reviso mi celular. 

—Esa resentida me odia. 

—La usaste y quedó enamorada. 

—¿Cómo sabes eso? —pregunta y sonrío. 

—Eres muy predecible Oliver. Aunque eso no es importante, mira—digo enseñándole su contacto en mi teléfono —te imaginas lo que haría ella con la todo el contenido que tengo sobre ti. 

—Víbora. 

—¿Qué dijiste? —pregunto aunque lo escuché claro. 

—Que tu alma vibra—responde mirando a la niña—a dónde quieres ir esta tarde. 

—Al parque de diversiones—responde sin pensar mucho. 

—Dime donde es tu trabajo. 

—Dobla a la derecha. Empresa de cosmética Duer flox. —respondo. 

—¿Eres empleada ahí? 

—Soy la dueña—digo mostrándole mi carné, mientras detiene el auto y mira incrédulo y se ríe. 

—Vamos Eva ¿crees que no te conozco?¿Cómo lo falsificaste? 

—No me conoces, la Eva que conociste ya no existe—digo bajando del auto y abriendo detrás para despedirme de la niña pero Oliver baja también. 

—Dónde crees que vas. 

—A burlarme de ti por mentirosa—exclama y yo sonrío. Le da la mano a la niña y caminan a mi lado hasta entrar a la empresa y me mira sorprendido cuando mis empleados salen a recibirme y me sigue hasta mi oficina. 

—Ya quedaste en ridículo, te puedes ir, tengo asuntos importantes que atender. —expreso señalando la puerta de salida. 

—¿Qué haces exactamente aquí? 

—¿No sabes leer? Un candidato alcalde mínimo debería saber leer, pero parece que mentir es el único requisito. Sal y lee el nombre de la empresa. 

—Empresa de cosmética Duer flox—responde. 

—Hacemos cosméticos, perfumes especialmente, mi nueva marca Flox. Ya lo has olido antes. 

—Tu perfume... —dice tragando en seco—¿cómo lograste todo esto? 

—Qué ridículo eres, crees que me iba a quedar siempre en las sombras, ho claro una inútil pueblerina, pero Oliver soy capaz de más cosas de las que te imaginas.

 



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En el texto hay: secretos, amor, venganza

Editado: 01.12.2022

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