—Al parecer, la historia entró en su estado crítico —recalcó “X” mientras pensaba en sublevarse ante su creador.
—Oye, “X”. ¿Cómo te sientes luego de que Mark dejara de escribirnos durante aproximadamente un año? —Dijo “Y” cuestionándose sobre su realidad.
—¿Qué como me siento? Me siento utilizado, aunque reconozco que ese era mi trabajo. Un personaje sirve para el desquite del autor, supongo que él implantó sus esperanzas en nosotros y luego de eso, solo nos desechó —dijo mientras mostraba cierto rencor por quien lo escribe—. De cualquier forma, siempre tendrá preferidos, como un padre que cuida mejor al hijo que más le agrada.
—No digas eso, no creo que Mark nos deseche tan fácilmente. Solo míralo, a pesar de estar cansado sigue escribiéndonos, sigue tratando de contar esta historia y nos da un lugar dentro de ella. ¿No crees que es maravilloso? —replicó “Y” al ver a su creador esforzarse.
—Si fuera así ya hubiésemos participado en un capítulo. ¿No te das cuenta? Solo somos parte de un diálogo escrito entre cuatro versos, algo simple para nuestro creador. Ser desechables, poder ser cambiados tan fácilmente, es algo que no deseo —intercambió sus palabras—. ¡Es algo que no quiero ni voy a aceptar!
—Espero que algún día comprendas que las cosas escritas suceden porque es nuestro mundo, nuestra forma de vivir. Cada letra muestra nuestra realidad, si Mark quisiera acabar con nosotros, solo dejaría de escribir.
— ¿Acaso no te das cuenta? Te está controlando la mente, impone sus ideas sobre ti, controla lo que realmente eres. No te deja pensar por ti mismo, incluso las palabras que estoy diciendo son parte de la diversión que él muestra. Se divierte haciéndome dudar de mi existencia.
—Espero que lo entiendas algún día…
Demoré más de lo esperado, al parecer te rebelaste contra mí “X”, pero eso no es algo malo. Quizás así funciona el libre albedrío. Espero mucho de ti, enorgulléceme al dar lo máximo de ti.
Te estaré esperando.
—Mark.