Olivia
¿Será todo eso cierto del destino?
Todo en mi vida llegó tan rápido como un rayo de luz cuando entra por tu ventana en las mañanas…
Mi vida siempre había sido como una montaña rusa, mis emociones eran tan cambiantes que yo misma me estresaba.
Yo me había criado pensando que tendría una vida de ensueño en la que encontraría al amor de mi vida, que los cuentos siempre tenían un final feliz en el que encontraría a mi príncipe azul con el que viviríamos felices para siempre.
¿Y si te dijera que por ahora nunca me pasó nada de lo que creía de niña? Solo vivía en una fantasía creada por mi mente. Seguro que leer tanto solo había conseguido freírme el cerebro.
Siempre había sido una persona bastante tímida que solía pasarse las tardes de verano sola encerrada en su cuarto leyendo cualquier libro de romance o de fantasía para escapar un poco de la realidad, no era muy fácil para mí hacer amigos y menos conseguía mantenerlos. No era una persona bastante sociable y sólo confiaba en mí misma porque había sufrido tanto que ya no confiaba en nadie más.
¿Curioso no?
Todo en mi vida comenzó un 10 de septiembre cuando tan solo tenía 17 años y estaba en el auge de mi adolescencia, el verano había finalizado y yo estaba lista para comenzar una nueva etapa de mi vida, mi familia y yo decidimos mudarnos a una nueva ciudad, comenzar de nuevo y escapar de aquel lugar...
Yo estaba terminando de empaquetar todas mis cosas para decirle adiós por última vez a mi casa y estaba un poco triste por todo el cambio, aunque sabía que era lo mejor. ¿Cómo sería la nueva ciudad? Mentiría si dijera que no tenía miedo, pero, ¿qué podía perder? Al fin y al cabo, no tenía nada por lo que quedarme, en ese momento solo podía pensar positivamente y solo deseaba que todo fuese a mejor. Soñar con una mejor vida para mí y para todos. Para toda la familia Shields, mi familia.
¿Y si era una oportunidad para cambiar? Definitivamente era el momento perfecto, ¿cuándo lo haría sino?
Estaba tan sumamente exhausta por ver lo que me depararía el destino que incluso olvidé que tenía que guardar todas mis cosas en la furgoneta antes de irnos. Claramente estaba perdiendo la cabeza idealizando algo que no sabía aún cómo sería, no quería llevarme un choque de realidad así que decidí no volver a pensar en ello. Porque algo que había aprendido durante todo este tiempo de leer libros era que mi imaginación podía llegar a ser bastante traicionera cuando se hablaba de empezar una nueva vida. Tantos escenarios posibles que mi cabeza explotaba solo de pensarlo.
Cuando por fin acabé de guardar mis cosas en la furgoneta que las transportaría hasta mi nueva ciudad, me detuve a observar todo. Me quedé de pie en frente de la casa mientras suspiraba y miraba hacia la puerta fijamente. Tenía un cúmulo de sentimientos y una lágrima fría cayó recorriendo mis mejillas.
¿Era de felicidad? Puede ser porque estaba dejando una vida atrás y tenía todos mis sentimientos a flor de piel. A la vez sentía como cada uno de los recuerdos pasaban por mi cabeza dejando pequeños flashbacks grabados en mi mente, toda mi infancia se limitaba en esa sencilla casa que estaba formada por cuatro paredes y en la que todos los recuerdos cabían en unas simples cajas de cartón que estaban listas para ser transportadas a un nuevo lugar.
Cuando estaba todo listo conseguí montarme en el coche y pusimos rumbo a la nueva ciudad.
Por el camino no pude evitar pensar en todo lo que realmente estaba dejando atrás, básicamente toda mi vida. Una parte de mí. Mi pasado.
Dejar todo atrás no era nada fácil y no sé si realmente estaba preparada para ello.
Decidí mirar a través de la ventana del coche, todo se veía hermoso, un frondoso bosque de color verde apareció en el camino y me quedé fijamente observando lo precioso que era, relajaba con tan solo mirarlo y apoyé mi cabeza en el cristal de la ventana hasta finalmente quedarme dormida apoyada en él.
—¡Olivia despierta!
<<Era la voz de mi madre>>
Estaba en un sueño verdaderamente profundo y conseguí escucharlo, aunque estaba tan sumamente dormida que no le presté la más mínima atención.
—¡Olivia despierta mira!
Volví a escucharlo de nuevo y esto hizo que me despertara y volviera en mí, mis ojos apenas conseguían ver, veía todo nublado así que froté mis ojos para conseguir ver algo.
Cuando aparté las manos de mis ojos conseguí ver la nueva ciudad. Hayron City, parecía sacada de un cuento de hadas.
El día estaba soleado, las calles estaban llenas de gente y la luz deslumbraba en ellas y todo parecía maravilloso a simple vista.
<<Esto superó con creces mis expectativas>>
Estaba muy exhausta por todo y nerviosa a la vez.
Llegamos a la casa y lo primero que hice al salir del coche fue cerrar los ojos mientras mi cabeza apuntaba hacia el cielo respirando el aire fresco que llegaba de una huracanada de viento hasta mi rostro.
Una brisa llegó hasta mí y fue una sensación indescriptible.
<<Se sentía tan bien>>
Cuando abrí los ojos me detuve a observar la nueva casa, mi nuevo hogar...
En mi cara se formó una sonrisa leve que mi madre notó al instante.
—¿Te gusta? —preguntó mientras no dejaba de sonreír.
Yo asentí con la cabeza sin dejar de mirar hacia la casa.
¿Era todo un sueño? Era demasiado perfecto para ser real, demasiado maravilloso para ser cierto.
Nosotros no éramos una familia rica, pero tampoco éramos pobres, se puede decir que mis padres trabajaban muy duro para conseguir todo esto y darme la mejor vida posible. Mi madre había encontrado esa casa bastante normalita en aquel barrio un poco lujoso, era barata porque los antiguos dueños querían venderla lo antes posible. Fue un golpe de suerte que llegó a nuestras vidas sin duda.