Olivia
—¿Qué te apetece hacer hoy? —dijo Nick
—Hoy no estoy de ánimos.
No tenía ganas aquel día de absolutamente nada, estaba agotada y esta situación sobrepasaba mis límites.
—Por eso, dime algo para hacer y yo hago lo que me digas.
—Me gustaría ir fuera. Lejos—suspiré.
—Tus deseos son órdenes señorita.
Yo sonreí en aquel momento.
—¡Lina! —la llamó —Estaremos todo el día fuera.
Preparamos todo lo necesario y salimos hasta el coche.
—¿A dónde me vas a llevar?
—Iremos a Malibú. ¿Qué te parece?
—No tengo palabras.
—Las palabras no son lo tuyo—recalcó.
Yo le miré y pusimos rumbo a Malibú. Me encantaba observar el paisaje a través de la ventana del coche. Era mi momento favorito del viaje. Escuchar música y disfrutar de las vistas eran de las mejores combinaciones.
El viaje se hizo bastante corto. Sin darme cuenta ya habíamos llegado hasta las maravillosas playas de aquel lugar.
Nos pasamos el día en aquel sitio precioso disfrutando cada momento. Sintiendo la vida.
En el momento en el que me senté en la arena de aquella playa no pude evitar recordar la playa de Hayron. Cuando Connor y yo nos bañamos en ropa interior y luego fundimos nuestros cuerpos en uno solo. Fue un sentimiento maravilloso. Que sin dudarlo volvería a repetir.
Ojalá pudiera volver a aquellos tiempos en los que nada importaba. Solos él y yo.
Connor
Tenía claro que no era fácil superar un trauma. Tampoco conseguía superarlo si vivía en la misma casa que el que lo causó. Enfrentarse a un monstruo cada día no era fácil.
—Me voy—dije saliendo por la puerta con una maleta.
—¿A dónde te crees que vas? La boda es dentro de dos días—dijo mi madre.
—Me voy a ver a la chica a la que realmente quiero. Me importa una mierda la maldita boda. Esta ya no será mi familia. Me iré para siempre.
—Tú no irás a ningún lado—saltó mi padre.
—Y qué vas hacer, ¿amenazarme? ¿maltratarme como a mamá? Eres la persona más asquerosa que he conocido nunca—me di la vuelta —Y mamá—llamé su atención —Date cuenta. Él no te quiere.
Salí de allí y me encontré con Hugo.
—¿Qué estás haciendo?
—Voy a buscarla. Al menos necesito verla. Oír su dulce voz…Joder—suspiré mientras llevaba mis manos a la nuca —La amo.
—Así me gusta amigo.
—¿Y tú? —pregunté—¿Cuándo hablarás con la chica que te gusta? Con Dana…
—No lo sé. Puede que siga tus pasos y me lance por completo.
Nos despedimos con un abrazo y cogí un taxi para dirigirme al aeropuerto
Olivia
Después de estar allí durante todo el día decidimos volver a casa. Estábamos un poco cansados y nos montamos en el coche.
—Nick—dije llamando su atención —Últimamente mis sentimientos son confusos.
—Has estado muy rara últimamente, eso no te lo niego—me miró —¿Qué te ocurre?
—Connor—susurré.
—¿Así se llama? ¿Tu primer amor?
—Se puede decir que sí.
—¿Ha hecho algo?
—No. Solo es que se va a casar y no sé si estoy preparada para ver como él rehace su vida con ella.
—¿Pero tú le sigues queriendo?
—No lo sé, es algo extraño. He vivido muchas cosas con él. Cosas nuevas y maravillosas. El me hizo sentir como nunca pero también me abandonó en el momento más duro.
—Olivia—me paró —Tú me gustas. Y mucho. Pero se nota que todavía le quieres.
—Pero él me hizo mucho daño.
—Puede que tuviese una razón para hacerlo.
—Estoy muy confundida. Aquel día de rodaje escuché esa canción… Nuestra maldita canción.
En aquel momento mi mirada quedó puesta en el colgante.
Yellow butterfly.
Tapé mi boca—No puede ser.
—¿Qué ocurre?
—¿Cómo he podido ser tan estúpida? —suspiré—La noche de mi cumpleaños alguien dejó un paquete felicitándome y dejó este collar dentro. Yellow butterfly. Era de Connor. Ahora entiendo todo.
—Olivia yo…
En aquel momento algo sucedió. Pasó tan rápido que no me dio tiempo a darme cuenta de lo que había ocurrido realmente. El sonido del derrape pitó en mis oídos y seguidamente un impacto llegó de la nada.
En aquel momento todo se quedó en negro.
No veía nada. Había humo por todas partes. Una luz blanca que me desconcertaba. Cristales rotos. Sangre recorría mi cara y mis manos.
El coche estaba totalmente destrozado.
Ahí supe que habíamos volcado.
Dolor. Solo supe sentir el dolor en aquel momento. Me dolía todo el cuerpo.
Grité para pedir auxilio. Gritaba del dolor.
Estaba desesperada. El cinturón estaba cortándome la respiración y apenas podía moverme para quitármelo. Grité de nuevo de dolor al intentarlo. El dolor que recorría mi cuerpo al saber que me había dado un buen golpe y estaba cada vez más llena de sangre. Eso solo conseguía ponerme más nerviosa aún. Ver tanto rojo a mi alrededor no significaba nada bueno.
En aquel momento solo pude ver a Nick. No se movía.
—Nick—grité—Nick. Por favor—se me encogió el corazón al gritar su nombre.
Me desesperé y comencé a gritar mientras lloraba.
—Nick—volví a gritar, pero él no respondía.
Comencé a ponerme nerviosa e intenté salir de ahí. Pero todo fue en vano. Solo conseguía gritar del dolor.
—Nick. No te vayas. Te necesito—grité llorando.
En aquel momento comencé a ver una luz. Una luz blanquecina. Sentí paz en aquel momento. En la radio comenzó a sonar “One” y comenzó mi desesperación.
¿Aquí terminaría todo?
Mis ojos caían y yo intentaba mantenerme despierta.
Era imposible.
No pude controlarlo.
Mis ojos se cerraron.
Connor
Mientras estaba a punto de bajarme del avión noté como alguien estaba llamándome. Agarré mi teléfono y lo descolgué.
—Connor—escuché un leve sollozo.
—¿Sara? ¿Qué ocurre?
—Es, es…—no podía hablar apenas porque no conseguía que le salieran las palabras.