_ DOCTOR HELLSONN: _ A propósito , le apliqué una pastilla a base de menta, ciruela, extractos de eucalipto y rocío de miel.
_ DOCTOR HELLSONN: _ Es una fórmula revolucionaria, la he aplicado en situaciones semejantes y su eficacia ha sido sorprendente. Sólo déjenlo reposar uno o dos días, y después me cuentan.
_ DOCTOR HELLSONN: _ ¡Recórcholis!, ¡Qué tarde se ha hecho! _ dijo Hellsonn, mientras observaba la hora.
_ DOCTOR HELLSONN: _ Me temo que debo irme. ¡Tengo otros pacientes que atender! ¡Son dos mil cuatroscientas coronas! _ exclamó el veterinario.
MURIEL :_ ¡Aquí tiene! _ exclamó Muriel, mientras abonaba al médico por sus servicios.
DR. HELLSONN: _ ¡Muy amable Sra . Astrom ! Si me necesita, solo llame. Y no olvide comunicarme la evolución de Panquecito _ murmuró mientras se montaba a su furgoneta.
DR. HELLSONN: _ ¡Adiós gente, que tengan buen día!
MURIEL Y SU HIJO: _ ¡Adiós, Dr. Hellsonn...!
Acto seguido , Muriel y su hijo, ingresaron a su hogar.
En ese preciso instante, un coche verde manzana, tocó bocina.
Se detuvo frente a casa. Miré por entre las cortinas. Se trataba de Ralph, mi papi. Y Muriel, mi mami, salió a recibirlo con un caluroso beso, tras un arduo día de trabajo. Él hizo lo propio y acto seguido palmeó mi cabecita de coliflor. Luego, ingresamos presurosos al hogar.
Dentro, Ralph, se despojó de su uniforme de trabajo y lo arrojó en una cesta, para luego ser lavado.
_ ¿Qué cocinaste cariño... ? “ _ inquirió papá, lo suficientemente hambriento como para devorarse un elefante.
_ MURIEL: _ Terrina de bacalao, con croquetas de zapallo y salsa de champiñones_ contestó mamá.