Lunes, 7:35 de la mañana. Ya todos los alumnos ingresaban a la preparatoria. Yoongi llevaba consigo una mochila con ropa extra, ya que el entrenamiento de básquetbol se había adelantado, por lo que terminando las clases, se iba a ir directamente a practicar.
Todo el fin de semana estuvo algo pesado para él. Aún no digiere eso de que a Yoojung le gusta una chica y no quiere andar con Jimin, o sea, ¡Lo cambió mejor por una mujer!, Él no dice nada acerca del lesbianismo, –de hecho lo apoya– pero es como un golpe bajo el que te digan "¡Hey!, Disculpa, anduve contigo por lástima, a mí me gusta la papaya y ando con mi bff, thank u next~" eso se escucha bastante cruel. Pero son cosas de ellos, él no se debe entrometer y tampoco le debe de importar mucho.
¡¿Entonces para qué piñas está corriendo desesperado hasta el casillero de Jimin para preguntarle cómo le ha ido en éste fin de semana?!
Sólo Min Yoongi se puede contradecir a tal punto de que después se va a arrepentir... Y muy feo.
—¡Jimin! —llamó cuando ya pudo divisar al pequeño chico mientras metía sus libros a su casillero, con sus mejillas ligeramente infladas. Tan lindo.
—¡Y-Yoongi hyung! —dijo sorprendido el menor.— ¿P-por qué corre?
—¿Uh?... ¡Ah...! Es sólo que... Uh... No importa —dijo aquello sacando una risa nerviosa después.— ¿Cómo estuvo tu fin de semana?
—b-bien... Supongo —susurró.— ahm... ¿Y el de usted? —preguntó mientras que empezaba a caminar hacia su salón de clases, Yoongi acompañándolo.
—pues...
¿Qué le podía decir? "Oh, pues, no muy bien, ¿Sabes?, Estuve llorando por ti en en la regadera, con ropa puesta, comiendo de un bote de 4 litros de helado mientras que decía tu nombre", claro que no.
—estuvo... Bien, estuve bien... sí, eso... Uhmm... —de pronto se le vino una pregunta bastante estúpida.— ¿Y cómo van las cosas con Yoojung? —se golpeó internamente en cuanto dijo aquello.
—m-mhh... Bien, todo va muy bien... —sonrió.— Aunque después del sábado que fuimos al parque no hemos vuelto a salir, me dijo que tenía que salir con una amiga a comprar cosas y, ya sabes, hacer cosas de chicas –soltó una pequeña risita después.
Y a Yoongi se le estrujaba el corazón cuando veía a Jimin hablar de Yoojung, con esos ojitos ilusionados, y con esa hermosa sonrisa... No, él no se merece esto, él debe saber la verdad de todo.
—Jimin... —llamó algo tímido Yoongi.
—¿Sí, hyung? —lo miró sonriente mientras que con los libros que había tomado los apachurraba un poco fuerte contra su pecho. Esto es asfixiante.
—uh... E-espero... ¡Que tengas un lindo día!, Yo... Me tengo que ir, ¡Nos vemos luego, Jimin! —y entonces salió corriendo en dirección hacía su salón.
Y a pesar de la extraña actitud de su mayor, sonrió para sí mismo. Él ya lo sabía, pero no quería admitirlo, así que se burlaba de aquello.
—•⨳•—
—¡Yoongi, por acá!
—¡Allá va! —lanzó la pelota hacia el azabache que le había llamado. Encestó.
Las clases curiosamente habían pasado muy lento, Yoongi ansiaba el momento en el que dieran la campana de salida para poder ir a cambiarse e ir a jugar con los de baloncesto. Estaba estresado, quería distraerse de alguna manera, ¿Y qué mejor que jugando a tu deporte favorito? En ese día también había club, pero por desgracia le tocaba entrenar, y entonces, tanto Namjoon como Yoongi no se presentarían. Así que Taehyung tuvo qué cubrirlos. Pero como es Taehyung y es una persona realmente fácil de convencer, los miembros del club le sugirieron al castaño que los dejara salir un poco antes, porque como sólo era él el que estaba ahí, tal vez sería mucho trabajo. Y así es como acabó decidiendo que salieran más temprano.
—¡Uhg!, Me estoy muriendo... —se quejó Yoongi, sentándose en la banca, limpiándose el sudor de su frente y cuello con la toalla que traía entre sus cosas.
—¡Ja!, No aguantas nada —se burló Jungkook, sentándose junto al peligris.
—como sea... —voltea a ver a Namjoon quien no ha dejado de correr desde que llegaron a entrenar. Se notaba muy alegre.— ¿Y éste qué trae? —gruñe.
—pues... —ríe antes de poder continuar.– su cita con ese tal Jin le fue bastante bien...
—mhh... Me alegro... —lo dijo aquello en un tono un poco bajo.
Es verdad que se sentía verdaderamente contento por su amigo, pero era un poco triste, porque desearía que eso le ocurriera, tener la misma suerte que sus amigos sería lo mejor que le pudiera pasar, pero sólo con aquella persona que le hace delirar cuando tan sólo pronuncian su nombre.
—¡Jungkookie! —chilló una voz de un chico castaño que estaba entrando por las puertas del gimnasio. Aquel grito hizo llamar la atención del pelinegro que estaba sentado tomando agua tranquilamente en la banca, éste sonrió y fue directamente con el castaño, tomándolo por la cintura para después cargarlo un poco, dándole un abrazo.
—a veces creo que piensan que no estoy aquí... —murmuró Yoongi, cabizbajo, mirando sus tenis. Nunca volteó hacia donde se había dirigido Jungkook, pues reconoció de inmediato dicho gritillo; era Taehyung.
—m-mmhh... Pues yo siempre pienso en usted... —susurró tímido una voz chillona. El mayor volteó hacia el lado de donde provenía aquella voz y entonces pudo mirar al hermoso rubio que hacía que su mundo se pusiera de cabeza. Se sonrojó por lo que había dicho, Yoongi sacó una leve sonrisa, alzando una ceja.— ¡Q-quiero decir!... Y-yo... Nunca lo dejaría... ¡No!, Y-yo... Sabe que yo... ¡Ahg!, Olvídalo...
—con que siempre piensas en mí, ¿eh? —dijo divertido, queriendo molestar un poco a Jimin. Y lo logró, haciéndolo sacar un bufido de su parte.– ¡Oh!, Vamos, sólo estoy jugando
—Sí... —pero volvió a sonreír, acercándose más al mayor para poder sentarse a su lado.— ¿Puedo? —el contrario asintió y entonces se sentó.— ¿Cómo... Cómo ha estado?... —preguntó tímido y un poco bajito, pellizcándose una de sus pequeñas manitas.
Editado: 07.03.2021