—lo siento, Jiminnie... Pero tenía que pasar...
"¡Nooooooooooooo!"
Jimin dio un suspiro, tomando la mano de Yoongi y acariciando el torso de ésta.
—lo sé... —soltó el menor en medio de un puchero.— pero... ¿No puedes reprobar año? —se encogió de hombros y entonces el pelinegro sacó una pequeña risa.
Es verdad que el año había terminado, cosa que significaba que tanto Yoongi como Namjoon y Jungkook, entrarían a la universidad.
—no, pequeño, sabes que yo, el genio Min Yoongi, no se vería bien reprobando un año. —aquel comentario causó una sonora carcajada en el menor, que después de haberse calmado, se cruzó de brazos. ¿Cómo podía ser tan tierno con esos cachetitos inflados y el entrecejo fruncido, haciendo un adorable y lindo puchero? Sólo Jimin puede causar esos sentimientos en el pelinegro.
En parte sí se siente un poco mal por tener que dejar a su minnie, pues muy a penas empezaron su relación y ya tendrían que separarse (aún no, pero en muy pocos meses lo tendrían que hacer), pero aprovecharían este verano para poder hacer todas las locuras que se les pueda llegar a ocurrir.
Yoongi le regaló una linda sonrisa a Jimin antes de seguir hablando.
—¿te parece si después de terminar nuestros helados vamos a una peluquería?—Aquello desconcertó al menor.
—¿uh?, ¿para qu-... —entonces recordó que hace un par de días antes el mayor le había comentado de que quería un cambio de look, pero no tan exagerado.— ¡¿me dejas elegir el color?! –chilló emocionado.
—pero yo no quie-...
—¡mi Yoonie se tintará el cabello del color que yo quiera! —interrumpió al mayor que simplemente había cerrado la boca, mirando con total ternura al castaño.
—pero tú tendrás que pintarte el cabello también... y yo decidiré el color. Jimin tragó duro y ahora había entrado en una crisis existencial.
—•⨳•—
—¡n-no!, ¡n-no es cierto!, ¡DIME QUE NO ES CIERTO! —chilló Taehyung, zarandeando a su novio por el brazo.
—es cierto... —susurró con desgano el azabache, atrapando al rubio entre sus brazos, quien ahora se encontraba llorando sobre su cuello.— Tae... Shh No llores... —arrullaba, repartiendo pequeños besos en el cuello del menor.— podremos... Estaremos bien... ¿Sí?...
En eso entró Jin a la cocina en donde estaban los dos menores hablando... o más bien ¿llorando?.
El castaño fue corriendo directamente hacia Taehyung para apresarlo entre sus brazos.
—¡OH, DIOS!, ¡OH, DIOS!, ¡¿QUÉ PASÓ?!, ¡¿QUÉ TIENES?! —gritaba alterado. Curiosamente con el tiempo que lleva Seokjin ahí, desarrolló un instinto maternal con todos los chicos, (a excepción de su novio Namjoon que más bien se comportaba como una esposa celosa 24/7 con el pobre moreno) en especial con Taehyung, pues era el menor de todos. Giró hacia con el azabache, tomándole del cuello.— ¡¿TÚ FUISTE, PEDAZO DE INÚTIL MALPARIDO CON PARENTESCO A LA DE UNA RATA?!
—¡¿QUE YO QUÉ?!
—h-hyung... —susurró Taehyung, tratando de calmar al mayor pero sin dar resultado.
—¡No, Taehyung!, déjamelo a mi, yo lo pongo en su lugar, tú no te preocupes. —le sonrió un poco, después le dirigió una mirada asesina al pobre azabache que ni había hecho nada malo.— ¡¿Qué, rata?!, ¡¿Qué le hiciste a mi bebé?!
Si había algo que le desagradaba a Jungkook a tal punto de irritarlo y hacerlo que se salga de sus casillas, era el hecho de que le llamaran "rata". ¡Odia que le digan así!. Bien ahora mismo podría moler a Jin a golpes por haberle llamado de semejante manera, a no ser por una mano que le sujetó rápidamente su muñeca antes de que la masacre comenzara.
—¡QUÍTATE, NEGRO!, ¡ESE HIJUEPUTA ME LAS VA A PAGAR! —gritó Jungkook.
—¡NO LE DIGAS ASÍ! –contraatacó Jin.
—¡Mejor cierren la boca los dos! —gritó Namjoon, ya cansado porque aquellos dos siempre estuvieran peleando. Hasta se volvió cosa de todos los días el que el azabache y el castaño se agarraran de los cabellos cada que se vieran.— ¿Qué pasó aquí?
Jungkook y Jin obviamente que no dirían nada, pues ellos pensaban que el que tenía la culpa de todo debía hablar primero. Taehyung secó sus lágrimas y entonces dio un paso al frente para comenzar a hablar.
—amor... —susurró Jungkook, más sin embargo fue ignorado por el rubio.
—e-es Jimin...
—•⨳•—
Después de haber acabado sus deliciosos helados, se dispusieron a ir los dos tórtolos tomados de las manos hacia la peluquería en donde se pintarían el cabello.
Al entrar pudieron notar cómo las miradas de muchas de las chicas presentes se habían posado sobre ellos. Jimin se sonrojó y se encogió de hombros mientras que Yoongi sólo mantuvo la mirada seria. Murmullos de aquí y a allá se podían oír, pero no les prestaron mucha atención.
Finalmente una de las chicas que parecía ser una de las encargadas del lugar, se acercó a la joven pareja con una sonrisa muy linda. Una joven y hermosa muchacha de cabello castaño, piel lechosa y de estatura similar a la de Jimin era la que venía a ellos.
—¡Hola! —saludó cordial, manteniendo esa bonita sonrisa que hacía al corazón de Jimin acelerarse, pero no porque le gustara, sino porque sentía miedo de que ella le quitara a su hyung. En un movimiento acelerado, el menor abrazó el brazo del mayor, causando una pequeña sonrisa en el pelinegro.— bienvenidos, ¿Qué se les ofrece?
—Hola... —saludó Yoongi a la joven de nombre Yong-sun, como pudo ver en el gafete que traía puesto.— ehhh Sí, venimos a...
—teñirnos el cabello... —completó Jimin en un susurro tímido.
Yong-sun les regaló otra de sus sonrisas y después asintió.
—claro que sí, pasen por aquí... —hizo un ademán con su mano para que la siguieran.
Avanzaron hasta dos lugares, uno para Jimin y el otro para Yoongi. Se sentaron, mirándose un poco nerviosos por lo que se le pueda ocurrir al otro para, ya sea arruinar o mejorar sus cabellos.
Editado: 07.03.2021