Camila
- si, quédate conmigo _fue lo único que pude decir _
De inmediato, se dibujo una sonrisa sincera en su rostro, me tomó entre sus brazos mientras abría la puerta, dentro de la habitación me recostó sobre la cama.
Siendo sincera me resulta tan difícil creer que me mintió durante todos estos meses, mucho menos que se haya acercado a mi por dinero, como el bien dijo jamás insinuó nada al respecto, la verdad eso lo dije por el enojo, si bien a mí ni siquiera me consta, lo que si es cierto es que conoce a esa tipa, de donde, o realmente si es su novia no lo se, ah es todo es tan confuso, más me da cierto temor decirle lo sucedido, y el que me confirme que si es su novia, sería un golpe fuerte para mí, sufrir otra vez ya no podría, ahora no es el momento de buscar respuestas, pero una cosa si es segura, voy a descubrir la verdad, no importa cuál decepciónante sea.
- Camila te amo_ dice Daniel sacándome de mis pensamientos_
- por favor no digas eso
- ¿por qué no me crees?
- ya no quiero hablar sobre eso, disfrutemos está noche y olvidemonos del mundo ¿Te parece?
- está bien pero eso sí que te quede claro una cosa
- ¿que ?
- no voy a descansar hasta saber la verdad, y de una vez te digo que no estoy dispuesto a perderte, luchare contra el mundo entero si es necesario para defender el amor que siento por ti cariño.
- está bien pero hoy tu &yo vamos a tener una guerra
-¿ Una guerra ?
- si una guerra de amor
- me parece una brillante idea cielo
Dicho esto besó mis labios con posesión, mientras se deshacía de mi ropa como yo de la suya. Ambos estabamos dispuestos a olvidarnos del resto y disfrutar de esta noche como si no hubiera un mañana. en ese momento inició una guerra de amor, hizo un recorrido de mi abdomen hasta el cuello, logrando que mi cuerpo reclamara el suyo, totalmente perdida de deseo, entró en mi con mucha delicadeza, cuando un pequeño ruido nos dejó en silencio.
-es enserio eras vi....
- ya no importa sigue por favor
-esta bien, pero lo haré con cuidado para no lastimarte cielo.
Poco a poco fue entrando en mi, el dolor fue desapareciendo, dando paso al placer.