《fuego vs Hielo》

Capítulo 10.

No había hablado con nadie sobre la noche anterior que escuche a mis padres y hermano hablar.

En la mañana solamente me senté a desayunar con una sonrisa en la cara, pero claramente la sonrisa era falsa.

Se siente horrible saber que me he esforzado, entrenando día y noche para ser la mejor reina, y de un momento a otro me quitan todo, mis sueños, mi meta. Y lo peor es que tengo miles de preguntas que rondan sin cesar en mi cabeza. Presiento que no solo mis padres y mi hermano me ocultan algo, también mi abuela y el consejo.

Mi hermano estaba agitado, pues cuando llego al patio del instituto con la respiración acelerada, tanto que parecía que los pulmones se le iban a salir.

Liz y yo salimos a toda velocidad siguiendo a mi hermano y a su mejor amigo, dejando atrás a un muy confundido Evans, y un Eliot decepcionado. 

Evans, que puedo decir de el, además que tiene un ego tan alto, me dio una inmensa rabia lo que me dijo, quien se ha creído. Ni aunque fuera el último chico del plantea, mejor dicho te todos los mundos que existe. 

Al llegar a casa nos fuimos al reino hielo. Mi abuela junto con su mano derecha, William, nos esperaban en la sala de reuniones.

—Gracias por venir. Necesito un momento a solas con Samuel y después contigo, Leila ¿Entendido?— Asentimos.

Mi abuela y mi hermano se quedaron solos en el gran salón. Tenía curiosidad por saber de qué estaban hablando. Quería saber si estaban hablando de los mismos temas que discutieron mis padres y mi hermano la pasada noche en la cocina.

— Voy al baño, ya vengo. — Les avise y me fui a una de las habitaciones vacías.

Tenía una idea. Un truco bajo la manga.

La habitación donde estoy, queda al lado donde están reunidos mi abuela y Samuel. Voy al estante de la pared, me pongo de puntillas para alcanzar el libro verde con polvo y tapa vieja. Lo sacó de su sitio, le aplico un poco de hielo y listo. El pasadizo está abierto.

Recuerdo la primera vez que descubrí uno de los pasadizos. Estaba llegando tarde a una cena, tenía seis años, fue antes de que perdiera la memoria. Siempre llegaba tarde, supongo que el castillo sabía que necesitaba ayuda, ya que en ese momento, estaba en la otra punta del castillo, lejos del gran comedor.

Es maravillosamente mágico estar conectada con el reino. Poder sentir todo lo que él siente, ver e incluso escuchar. La dimensión depende de mí Tanto como yo dependo de él.

Me adentro al túnel con pasos sigilosos, La luz que sale de las palmas de mis manos me ayudan a guiarme en la inmensa oscuridad que está a mi alrededor. Llego a mi destino que es el espejo semiplateado.-El espejo que usan en los interrogatorios policiales.- Yo los puedo ver y escuchar mas ellos no pueden.

— Abuela, ¿Estás segura de eso?

—Samuel, el corazón de cristal está en malas manos ¿Cuáles? No tengo idea.

<<Samy. Todas las dimensiones, todos los reinos tienen muchos puntos en su contra y, si, hay muchas joyas que pueden destruir lo que hoy conocemos como los reinos de los elementos, sin embargo, el corazón de cristal es el peor de todos, no solo destruye el reino si no a ti mismo.>>

—No podemos ocultar más la verdad. Leila tiene sueños muy extraños e incluso empieza a recitar palabras extrañas y dormida empieza jugar con hielo. —Suelta un suspiro cansino.—No jugar, empieza a pelear, a lanzar patadas. 

Frunzo el ceño confundida. 

<<Abuela, Leila es la futura reina, vamos a estar consciente que ella hará lo que sea, hasta cruzara sus límites para que el reino esté a salvo. Me siento culpable. >>

Mi abuela frunce el ceño— ¿Por qué, nieto mío?

— Le estamos ocultando tantas cosas. Tuvimos millones de oportunidades para decirle cada secreto, cada mentira...Y ¿Qué hacemos? Crear más y más mentiras. Callar las verdades. Lei no es boba, abuela.

<<Esto nos estallara encima, en toda la cara y mi hermana estará destruida. Y sabemos que eso no es bueno. >>

—Lo sé. El don de hielo sale de su corazón y Leila tiene uno muy grande. Leila es buena, pero hasta el más bueno puede ser el más malo.

<< Después me reuniré contigo, quiero hablar con mi nieta. >>

se encaminaron a la puerta para salir. Me dirigí a la salida del túnel con mis manos alumbrando. Pongo el libro en su sitio y el pasadizo se vuelve a cerrar.

Me dirijo donde estaban antes, en la sala junto con Will y mis amigos. Mi abuela y Samuel se encuentran hablando con los mencionados. Sus miradas se posan en mí, sin embargo, Mi abuela, es la que habla.
— Leila, entremos—Asiento lentamente y prendo mi camino hacia dentro de la sala.

Voy con la cabeza cabizbaja, avanzando mirando el piso de cristal, sin percatarme de que mi abuela frena abruptamente sus pasos, así haciendo que choque con su espalda.

— Estas pérdida, no siento que estés aquí, Leila.

— Lo sé, lo siento. Dime, ¿De qué querías hablarme, abuela?

— ¿Como va tu entrenamiento?— Frunzo el ceño, no creía que me haría esa pregunta.

—Bien—Me encojo de hombros— Me defiendo muy bien, invoco el hielo y lo dominó a la perfección, el agua hace lo que yo quiero ¿Que mas quieres saber?



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En el texto hay: traicion, guerra, hielo

Editado: 03.09.2018

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