Veras a la muerte en toda su belleza, a la vida tal como solo se conoce en el mismo punto de la muerte.
El aire se escapó de ella. Se sentia mas pesada. Su cabeza comenzo a dar vueltas.
Él, Sahk estaba ahí, ella lo había supuesto pero a pesar de eso sintió un peso en su pecho.
Miró a Clark, él estaba esperando a que ella asimilara la noticia.
– Entonces, ¿Su rastro está bloqueado?– Preguntó Moreen lo más calmada que pudo.
– Sí, pero sabemos que está atacando a brujas menos conocidas y ya tengo una lista de nombres de posibles víctimas. – Moreen sonrió amargamente.
– Eso es algo. – Ella se paró de la silla y se acercó a la ventana. – ¿Cuándo comenzamos?
– Lo más antes posible.
– Aquí estaré entonces. – Dijo ella acercándose a la puerta.
– Moreen. – Dijo suavemente Clark.
Ella se dio vuelta y lo miró.
– Cuándo lo encuentres, ¿Lo vas a matar?
– Lo más cruel y dolorosamente posible.
Él le dio una última mirada asintiendo.
– Bien. La salida te encontrará.
Así fue, cuando salió por la puerta de la oficina se encontró dejando el hermoso olor a pinos y madera para entrar en la hermosa y terrible ciudad.
***
Moreen miraba a su hermana sonreír mientras se vestía para ir conocer la ciudad.
– ¿Cómo me veo? – Preguntó Evangeline mirándola.
– Te queda bien. – Dijo Moreen sin mirarla.
– ¿Sigues pensando en lo que te dijo Clark?
– Es el asesino de nuestros padres, ahora tengo la oportunidad de hacerlo pagar por lo que nos hizo, por lo que hizo a nuestra familia.
Evangeline se acercó a su hermana y la miró.
– Lo sé, pero necesito a mi hermana, te necesito y no puedes pensar solo en vengarte. – Moreen la miró.
– ¿Cómo es que eres tan dulce todo el tiempo? ¿No estas enojada con la vida por quitarnos a nuestros padres? ¿No estas cansada de fingir estar bien y sonreír todo el tiempo? ¿No estas cansada de las pesadillas que tienes todas las noches?
Moreen vio a su hermana sonreír suavemente.
– No estoy enojada, estoy triste, pero si dejo que eso me consuma me voy a convertir en el monstruo que nos hizo esto. Y dime Moreen ¿Cuándo te conviertes en el mal, qué diferencias hay entre los monstruos de las pesadillas y tú? – Moreen la miró. En ese vestido amarillo, ella era luz. Y estaba tan agradecida por tenerla.
Sonrió.
– Te ves hermosa. – Evangeline sonrió.
– Ves, ahí está la hermana que yo amo.
Su Tía Arin apareció gritando que se movieran mientras salía por la puerta.
Ellas la siguieron y se subieron al auto.
– ¿A dónde vamos? - Preguntó Moreen viendo por la ventana.
– Esta ciudad tiene muchos hermosos lugares por visitar pero primero iremos a un restaurante.
Moreen se sorprendió.
– ¿A un restaurante? ¿Para qué?
Arin rio.
– En ese lugar preparan la mejor carne de todo el país. Es hora de tu gran bienvenida Moreen.
Su tía estaciono el auto y Moreen se dio cuenta que no estaba tan lejos de la Guardia.
Pero no fue sólo eso lo que notó. El centro de la ciudad era hermoso.
Había crecido rodeada de edificios y publicidad por todo lado en Nueva York, pero ese lugar era totalmente diferente. Parecía sacado de algún libro de historia. Ahora entendía por qué se llamaba el barrio europeo.
– Vamos, es por aquí.
Siguió a su tía con su hermana a su lado y entraron en un gran restaurante que para Moreen era uno de los lugares más hermosos que había visto en toda su vida y más cuando al entrar vio que había muchas criaturas sobrenaturales ahí.
– Es un restaurante solo para criaturas sobrenaturales. ¿No les parece increíble? – Dijo Arin tomando asiento en una mesa cercana a la ventana.
Al rato se les acercó una chica rubia con orejas puntiagudas. Era un hada. Era fácil ver debajo del hechizo que ocultaba las características sobrenaturales. Solo un humano no podría hacerlo. Evangeline sin embargo sonrió al ver a la chica hada. Su mamá le había encantado con un hechizo para que pudiera ver el mundo sobrenatural aunque no pudiera ser parte de él.
La chica dejo el menú en la mesa pero su tía ya había ordenado la comida y la chica se desvaneció detrás de la puerta para traer su pedido.
– Esta ciudad es increíble, todos los sobrenaturales deberían vivir aquí. – Dijo Evangeline.