Entro al club y saludo a varios de mis compañeros.
—Steven, ¿dónde está el jefe? —le pregunto mientras que él está preparando las bebidas
—Está en su oficina como siempre, ¿pasa algo? —cuestiona girándose para verme
—Voy a renunciar —le contesto con una semi sonrisa
—¿De veras? —él dice sorprendido
—Si, me voy a California —respondo
—Pues mucha suerte, te voy a extrañar. Aunque era estricto contigo eras una de mis meseras favoritas —confiesa sonriéndome
Le sonrío de nuevo y asiento para dirigirme a la oficina del jefe.
Toco la puerta y se escucha un "pasa" del otro lado.
Abro la puerta y veo a mi jefe a quien raramente veía ya que él siempre se la pasaba aquí.
—Camila, ¿qué tal estás? ¿qué necesitas? —dice sonriéndome amablemente
Tomo asiento enfrente de él y saco una carta de mi cartera para ponerla en su mesa.
Él la toma y la abre mirándome de reojo.
—¿Estás renunciando? —pregunta dejando la carta en su escritorio
—Si —contesto con seriedad
—Bueno, fue un placer tenerte como de empleada y si algún día necesitas un empleo, sabes donde venir —simplemente dice
—Muchas gracias —me pongo de pie y me retiro para salir de allí
Después de haber salido del club, me monto en mi auto y me dirijo a casa.
Estaba nerviosa, mañana sería mi graduación y a la vez estaba emocionada. Pero si pasa mañana, despierto tendría que viajar a California y presenciar la boda de mi hermana.
Quería evitar ese día tanto pero sabía que no podía.
***
Esperamos a que comenzara la ceremonia y me encuentro junto a Lisa y Claudia.
—¿Acaso no estas nerviosa? —me pregunta Claudia
—Si te diría que no, estuviera mintiendo —admito mirándola
—¿Quién no se pone nervioso el día de graduación? —cuestiona Lisa riendo leve
—Oh, ya cállense que comenzó la ceremonia —dice Claudia
Todos nos ponemos en fila y comienza a llamar nuestros nombres para darnos nuestros diplomas y varios “premios” que se habían ganado varios estudiantes.
Algunos dicen un discurso y otros simplemente están aburridos y listos para irse de aquí como yo.
Yo estaba lista para irme de aquí y ponerme a llorar en mi casa porque el hombre que me estaba se estaría casando con mi hermana.
Ya, Camila, ya déjalo. No pienses en él.
La ceremonia termina y todo el mundo esta listo para irse.
Lisa vino con Claudia y nos tomamos una foto para recordar este día.
Estaba un poco triste porque veía a todos contentos y felices con sus padres pero... yo no tenía a nadie.
—¡Camila! ¡Felicidades! —dice Noah viniendo hacia a mi con un ramo de flores ofreciéndomelas
—¡Gracias! ¡Igual! ¡Son hermosas! —digo sorprendida y emocionada
Me acerco para abrazarlo como agradecimiento cuando observo a su mamá Belinda acercarse a mi para depositar un beso en mi mejilla como saludo.
—Felicidades linda —dice
—Muchas gracias señora —agradezco
—Belinda —me corrige con una sonrisa amable
—Belinda —vuelvo a decir
—¿A dónde quisieran ir? —nos pregunta Belinda e
—¿A dónde quieres ir? —me pregunta Noah
—A cualquier lugar estaría bien, yo solo estoy feliz de tener compañía—les digo
—Bien, entonces vamos a Rainforest —contesta Noah
—Muy bien —contesta la mamá y nos vamos entre la gente hasta llegar al estacionamiento
Nos montamos en el auto de la mamá de Noah. Ellos dos en la parte de enfrente y yo en la de atrás.
Me coloco el cinturón de seguridad.
—¿Y qué planeas hacer después de esto Camila? —pregunta la mujer
—Planeo irme a California para hacer una carrera en fotografía —contesto
—Oh, eso está muy bien. Noah me había comentado el otro día que le habías invitado a la boda de tu hermana que es también en California
—Cierto —comento
—Me lo cuidas, ¿eh? —responde en broma
—Claro que si Belinda —contesto con humor
Dentro de poco, llegamos al restaurante que era hermoso y se trataba de los animales. Era un restaurante muy hermoso y lindo pero caro.
Pero por suerte, la mamá de Noah dijo que iba a pagar todo.
Estoy tomando de mi bebida cuando me llega un mensaje.
Tomo mi teléfono y veo que es Noah. Lo miro con una ceja alzada y leo el mensaje.
Noah:
Supongo que hoy estarás sola en tu casa, ¿no?
Yo:
Pues si, ¿acaso quieres venir y hacerme compañía?
Noah:
De hecho, me encantaría eso.
Yo:
Invitado entonces
Noah deja su teléfono y mira a su madre.
—Mamá, ¿puedo quedarme en la casa de Camila hoy? —pregunta directo
—Pues, esta bien si ella te acepta —me mira
—Conmigo no hay problema —digo de inmediato
—Bien, pero utilicen protección. Eres muy hermosa Camila pero aún no quisiera un nieto —bromea haciendo que las mejillas de Noah se sonrojen
—¡Mamá! —se queja Noah
Yo comienzo a reír leve sintiéndome un poco avergonzada también.