No le encontraba en el campus, había pensado que quizás estaría de nuevo en aquel manzano, pero pensó mal, porque ahí estaba de pie, frente a aquellas chicas del club de señas, debía devolverle su pote, así que se puso en marcha para ser retenido por Derian. — ¿Qué haces imbécil? No puedes simplemente ir y hablar con él, te va a ignorar—- ¿qué sabe este estúpido? — ¿Acaso no has oído todo lo que dicen? Es un engreído que usa como escusa a su sordera para no interactuar— estaba equivocado, el rubio sabía que era un buen tipo, es solo que le malinterpretaban. —De hecho ha publicado una hoja en el tablón de anuncios, necesita un anotador… ya sabes alguien que tome apuntes por él, ya que no puede oír bien— sin pensarlo dos veces, Dan ya estaba arrancando la hoja del tablón de noticias.
—Lo siento, pero debo encargarme de algo, adiós- ya no estaba, pero sabía a qué lugar se había ido. — ¡Oh joder! Otra vez— y ahí estaba con un libro en sus manos. —Ah, hola, he traído tu pote, lo he lavado, toma— ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no respondía? Finalmente, había caído en cuenta. —Oh cierto, espera… lo escribiré— ya había comenzado a buscar una libreta.
—No, si hablas lento puedo escucharte— de algo servía hablar fuerte.
—Oye… al respecto sobre esto… ¡Quiero hacerlo! ¿Puedo? Como paga puedes darme comida, lo de ayer estaba delicioso— tenía la nota que hace poco había publicado en el tablón de anuncios.
—Mmm… sí, está bien— afirmó cerrando su libro.
Se había tomado la libertad de sentarse a su lado. —Oye… ¿Asistes al club de señas? — podía parecer imprudente, pero tenía curiosidad, así era él, sin cuestiones ni retrasos solo iba directo al grano.