Fútbol Infantil

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Hace unas semanas, Bauti empezó a ir a una escuelita de fútbol junto a sus amigos del colegio y ayer tuvo su primer torneíto. Como corresponde, fuimos en familia a presenciar tan trascendental evento.

El encuentro empezó tarde, tipo 18.30hs y a esta altura del año ya está fresco a esa hora, por lo que nos arropamos bien y nos acomodamos todos juntitos, en unos bancos que estaban colocados alrededor de la cancha, detrás del alambrado.

Enseguida percibimos la ansiedad en el aire, proveniente tanto de los chicos, como de los otros padres presentes.

Dentro de la cancha vimos cómo, luego de unos rápidos movimientos de precalentamiento, repartieron las pecheras y el combinado de Bauti se dispuso a disputar el primer duelo versus otra escuelita de la zona.

Por su posición en el equipo, tuvimos la suerte de que en el arranque se colocara cerca nuestro. Cuando estaba todo listo, segundos antes de que el árbitro diera inicio al partido, él se dio vuelta y nos miró tímidamente con una sonrisa grande como la medialuna del área. Tengo que confesar que sentí un gran orgullo en ese momento. Fueron tantas las emociones que me recorrieron internamente que me quedé helado, apenas atiné a saludarlo levantando una mano, pero no me salió ni una sola palabra, aunque hice el esfuerzo, pero solo logré que se me humedecieran los ojos.

Arrancó el partido y, mientras me secaba disimuladamente esas lagrimitas que me enturbiaban la visión, noté que a mi alrededor los otros padres, lejos de quedarse mudos, habían adquirido una notable verborragia.

A la izquierda escuché que un papá le indicaba a su hijo: "corré al área y pedila por arriba".

"¡Pegale cruzado, pegale cruzado!", vociferaba otro más allá.

Algunos eran más genéricos, entonces el "dale, dale" o "corré, corré", abundaban por doquier.

En el entretiempo, uno que estaba sentado al lado mío aprovechó para acercarse hasta el alambrado e indicarle a su progenitor: "Pegale con la parte de afuera del pie, así te sale con efecto."

En ese momento yo, que solo me había limitado a aplaudirlo y alentarlo, empecé a cuestionarme si no era hora de que le aportase algún consejo o alguna recomendación que mejorase su juego en este debut interbarrial.

Entonces me puse a pensar, con premura, en qué sería conveniente decirle. Tenía que resolverlo rápido porque ya se estaba reanudando la segunda parte. Voy a serles sincero, no es que yo sea un jugador de gran técnica, ni nada por estilo, pero hace 25 años que juego en torneos amateurs; algo tendría que poder aportarle...

Seguía concentrado en eso mientras miraba el partido. Bauti estaba medio perdido en la cancha, como hace poquito que va, aún no tiene una gran noción del juego.

¿Sería oportuno acaso ofrecerle alguna indicación posicional o tal vez sólo lograría ponerlo más nervioso?

¿Era relevante que estuviese en alguna posición específica o era más importante que se sintiera confiado en este primer desafío?

Como en cada encrucijada clave de la paternidad, tenía más dudas que certezas, entonces respiré profundo y volví a mirar a mi alrededor. Evidentemente todos querían lo mejor para sus hijos, pero cada uno entiende el concepto de "lo mejor" de una manera distinta. Yo tenía que encontrar la mía.

Mis incertidumbres se despejaron cuando encontré la pregunta correcta:

¿Qué es lo más importante para mi hijo, ganar o jugar?

"JUGAR", me respondí sin dudar.

Entonces, indudablemente, lo que yo le quería aportar no era necesario vociferarlo en ese momento.

Cuando terminó el certamen lo abracé fuerte, lo felicité y camino a casa le dije claramente: "Querido hijo, nunca olvides que más importante que ser un buen jugador, es ser un buen amigo. Esa es la mejor manera de asegurarte tu lugar en el equipo. Incluso en el peor de los casos, si en algún momento no podés aportar desde adentro de la cancha, al contar con un buen grupo de amigos igualmente estarás presente en todos los partidos, aunque sea para hacer el asado del tercer tiempo."

Como aún tiene 7 años, no sé si me entendió bien la idea, pero estoy dispuesto a enseñársela las veces que sea necesario... con el ejemplo



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En el texto hay: futbol, futbolista, padre e hijo

Editado: 03.08.2021

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