Una habitación completamente blanca, con una mesa y dos sillas en medio. El curto era un poco más pequeño que el recibidor de mi despacho; al fondo hay una ventana polarizada, ¿quién estará observando del otro lado? La única fuente de luz provenía del techo.
El elevador cerró sus puertas tras nosotros y no veía ninguna otra salido o entrada. Este edificio es muy extraño y conforme más descubro menos se parece a una empresa de seguridad privada.
-¿Sorprendido? -dice Clint-.
-¿Por qué tienen un interrogatorio aquí?-.
-Supuse que se sentiría más cómodo en su hábitat natural ja, ja, ja, ja -su sarcasmo ha pasado de causarme rabia a simple molestia-.
-Es muy considerado -digo en un tono serio- ¿Y los testigos?-.
-En un momento subirán con nosotros-.
-Pensé que estarían en esta planta -miro al final de la habitación- ¿Quién está atrás de la ventana?-.
-Pues, sólo piense que es parte de la decoración-.
¿No quiere decirlo o no pude?
-¿El elevador es la única entrada y salida?-.
-Para esta parte de la habitación sí, es una buena forma de seguridad-.
-¿Qué tipo de arquitectura tiene el lugar? No tiene mucha lógica-.
-¿Se refiere por el número de pisos? Le daré una pista. El piso de la entrada es el número catorce-.
-Catorce, quiere decir que; tienen plantas subterráneas-.
-Siempre acertado-.
El elevador que habíamos dejado vuelve a hacer ruido, anunciando la llegada de más invitados.
-Ya llegó su primer testigo detective; me retiro por el momento. Le daré quince minutos de interrogatorio, después de ese tiempo le enviaré al segundo -voltea a verme, estrecha su mano con la mía y se despide con una sonrisa menos falsa de lo habitual- Fue un gusto volver a hablar con usted-.
Se abren las puertas y tres personas salen; dos tenían chalecos antibalas color negro y un casco que impedía ver sus rostros; el tercero está en medio de ellos esposado, fue llevado al asiento más cercano a la ventana. Lleva prendas completamente blancas, parecía que estaba siendo guiado a un cuarto de hospital después de haberle hecho estudios clínicos. Incluso su cara muestra signos de cansancio.
Después de dejarlo, los del chaleco acompañaron a Clint al elevador.
-Suerte Sanders -se despide con su mano mientras las puertas se cierran-.
Volteo a ver a mi nuevo acompañante he inmediatamente comienzo a analizarlo. Es un hombre de estatura promedio, lleva gafas de aumento y su cabello es chino pero desalineado. Es muy delgado, demasiado diría yo. Ojos color café y su mirada no se aparta de la mesa metálica que nos separa, parece que lleva días sin bañarse, su frente brilla por la grasa y su playera está empapada de sudor. Hasta ahora no ha dicho ni una sola palabra.
-Buenos días, ¿señor? -busco un nombre-.
-...-
-¿Señor?-
-...-
-Bien -saco una libreta y una pluma que siempre guardo en el bolsillo interno de mi abrigo- Soy el detective Sanders, estoy aquí para interrogarlo sobre la muerte de su compañero Alex. ¿Podemos empezar las preguntas con su nombre?-.
Parece que al fin va a decir algo; sus labios se abren y con una voz débil y vacilante pronuncia sus primeras palabras.
-¿Cuándo podré ver a mi familia?-.
-¿Disculpe?-
-No es mi culpa que haya visto su cadáver -empieza a sollozar- sólo estaba en el lugar y tiempo equivocado -comienza a llorar- ¡Por favor! ¡Ya sáquenme de aquí! -su respiración es pesada-.
Es una reacción que no me esperaba, imaginaba que estaría nervioso por su situación; pero esto es absurdo. ¿Qué clase de trato ha recibido en este lugar?
-Señor, lamento mucho que esté pasando por esto; pero si quiere salir rápido de aquí tiene que cooperar conmigo-.
-¡Ya contesté a todas sus putas preguntas! ¡Seguridad social sacó todo de mi! ¡¿Qué más quieren?!-.
¿Qué tan desesperada está la corporación como para torturar mentalmente (o físicamente) a un pobre hombre? Sea como sea, la única forma de ayudarlo es consiguiendo respuestas. Tengo que ser más insistente.
-Quiero que ahora conteste a mis preguntas señor. Olvídese de seguridad pública, olvídese de la compañía; esto es de hombre a hombre y tenemos todo el tiempo del mundo. Vamos a tomarlo con calma-.
Parece estar calmándose, su respiración se estabiliza y se seca las lágrimas con su manga.
-Yo... lo siento mucho. Estoy muy desesperado, este lugar es una locura y no he podido comunicarme con mi esposa y hijos. Soy Mat, lamento mucho que me haya conocido en estas circunstancias-.
-Es un placer Mat, no tiene que disculparse. ¿Está listo para contestar las preguntas?-.
-Sí, lo estoy-.
-Muy bien. Para empezar me gustaría recapitular los sucesos-.
-Adelante-.
-Hace aproximadamente cinco días usted y un compañero de trabajo fueron al departamento del señor Alex. Al ver que no respondía la puerta, llamarón a seguridad social y un Precursor forzó la entrada. Encontraron al señor Alex muerto en su habitación, ¿Estoy en lo correcto?-.
-Así es. Joder fue horrible; estaba en un charco de sangre y el olor era atroz. Tuve que ir al baño a vomitar-.
-¿Por qué fueron a buscar al señor Alex?-.
-No se había presentado a trabajar durante dos días seguidos-.
-No veo motivo de preocupación. Sabemos que no fue el caso, pero podía querer tomar vacaciones-.
-Usted no conocía a Alex, era un obsesionado con el trabajo. Nunca faltó un sólo día, siempre era el último en irse y el primero en llegar. Los días de descanso pedía permiso para quedarse y cuando se enfermaba se escondía de su jefa para que no lo mandara a casa. Realmente era la imagen perfecta de un buen empleado -sus ojos se vuelven a llenar de lagrimas-.
-¿Eran muy unidos?-.
-Bastante, fuimos a la misma universidad y decidimos trabajar en la misma empresa. Sólo que, por obvias razones; subió de rango más rapido que yo y con el tiempo nos fuimos distanciando-.