Cabello rubio, ojos oscuros, mejillas sonrojadas, figura esbelta, cintura marcada..
Gabriela parecía hecha por los ángeles, su madre siempre le reprendía por su actitud femenina.
Pero madre, ¿Que de malo hay en mi actuar?
Oh querido mío, auyentaras a las chicas..
Pero madre, a las niñas les gusta mi apariencia.
Nunca te casarás, nunca procrearas y sobre todo, nunca triunfaras con esas pintas.
Gabriela subió las escaleras de su tormentosa casa, se tumbó sobre su colcha de seda, llantos y palabras sin sentido alguno eran dispersadas por el aire, ¿por qué nadie podía entenderla?
Se sentía dentro de un frasco sin salida, ni siquiera le gustaba la idea de casarse..
¿Por qué era tan duro?
¿Por qué tuvo que nacer así?
Ella se sentía...
Se sentía como una pieza que no encajaba en el rompecabezas...
Se sentía como una piedra al fondo del mar..
Se sentía desecha...
Sus pestañas estaban húmedas y sus labios hinchados de tanto mordisquearlos; dormía sobre sus brazos en posición fetal.
Una puerta se abrió, su madre asomó la cabeza y rezó, rezó "por su bien", y rezó por su futuro..
Todo estará bien, murmuró...