CAPITULO 20
~ A L E X A N D E R ~
Las horas del viaje se hicieron rápidas y antes de que pudiera notarlo ya estábamos en la casa del campo, se veía más grande de lo que recordaba, hace años que yo no venía, sabía que mis padres y hermanos si venían un par de semanas al año, pero yo siempre estaba ocupado. Por lo que sabía, George había tomado cuarentena la última semana antes de venir a la casa, el junto a su familia habían llegado más temprano, pero se habían hecho pruebas días antes ya que eran los que más posibilidades de enfermarse por el trabajo de George.
—¡Hijooos! —Gritó nuestra madre al vernos cruzar por la puerta, yo no sabía, hasta ese momento, lo hermoso que era un abrazo de alguien. La abrace por un rato. Luego de cortar el abrazo de darme un par de besos, fue a saludar a los demás. Yo hice lo mismo con todos, recibieron un fuerte abrazo de mi parte, sabía que a veces podía ser demasiado frío, pero les eché de menos por los últimos meses.
La bienvenida fue cálida, estuvimos un rato hablando y poniéndonos al tanto de todo lo que había pasado.
Así pasaron los días. No había tenido tiempo de trabajar siquiera, pero el lunes tuve que atender unos asuntos el trabajo así que estuve en la computadora todo el día hasta la noche que fuimos a comer en el comedor. Jamás había sido muy cercano y ahora me gustaba eso.
Los niños reían y hablaba de sus clases, mis hermanos se estaban tomando esas semanas de vacaciones, el único que había estado trabajando fui yo. Pero no me importaba, lo necesitaba. Era mi forma de mantenerme distraído, no podía estar todo el día haciendo nada.
Durante todo el fin de semana no he sabido nada de Mía, su padre tenía razón, debía darle su espacio para que viva el luto junto a su familia. Pero durante la comida, mi celular sonó y era ella.
—Debo atender familia —Me levanté de la mesa rápidamente.
—¡Alexander! Estamos comiendo, dijimos que nada de trabajando durante las comidas —Me regañó mi padre. Detuve mi caminata y me giré para verlo, ambos teníamos cara de enojados.
—Lamento decepcionarte, pero esto es importante y no es trabajo —Respondí saliendo del comedor y yendo a fuera de la casa. Atendí la llamada, mis manos temblaban y sudaban, moría por escuchar su voz otra vez—. Mía...
—Alex —Mi corazón saltó—, discúlpame, sé que desaparecí, pero tuve mucho estos días y apenas quería hablar... —Atajó la mujer hablando rápido y bastante nerviosa.
—Pequeña, no te disculpes... Yo siento lo que estás viviendo, me gustaría estar a tu lado para tenerte en mis brazos y darte mi compañía... —Hablé desde el corazón, estaba seguro de mis palabras. La escuché sollozar, esta vez sentí un nudo en mi estómago, no podía escucharla así—, está bien llorar, está bien sentirse así, pero pasará mi amor, lo prometo.
Nunca pensé llamarla de esa forma, pero no quería que estuviera mal.
—Me duele, pero sé que todo pasará —Habló después de un rato un poco más tranquila. Lejos del llanto de hace un rato—, ¿cómo te enteraste? —Preguntó luego de un momento, su voz seguía rara pero un poco más clara.
—El Jueves te llamé en la noche y tu padre me contestó, él me contó... Tranquila, todo bien con él, me dijo lo que había pasado y que, si algo más pasaba, el me avisaría, así que ha sido de una ayuda para no volverme loco sin saber de ti... —Le conté mientras daba un par de pasos por el lugar, me sentía inquieto y quedarme en un solo lugar me estresaba.
—Con razón, pero me alegra que él te haya contado, yo no habría podido sin romperme a llorar —Confesó, podía imaginarla haciendo un puchero, sentí ganas por besarla—, cuéntame, que hiciste estos días... —Preguntó la joven cambiando de tema. Sonreí al escucharla un poco más tranquila que hace rato, siempre me había gustado su voz, era lo primero que me había fijado.
—El viernes mi familia y yo nos vinimos a la casa del campo para pasar lo que resta de cuarentena juntos, ya me hacía falta la cercanía de alguien... He estado tranquilo gracias a ellos, pero no he dejado de pensar en ti... —Volví a confesar—, hoy trabajé y estaba cenando cuando me llamaste...
—Oh lo siento, te interrumpí, regresa a comer y hablamos más tarde cuando hayas terminado... —Habló apenada.
—Me encantaría quedarme hablando contigo, pero mi padre seguramente quiere matarme ahora por no estar en la mesa, así que si, te llamaré en un par de horas y veremos una película juntos. ¿Te parece? —Le propuse.
—Perfecto, tengo cosas que hacer, pero estaré lista para cuando tú puedas... Te quiero —La escuché decir.
—Yo también te quiero... —Bajé la mirada, la adoraba, pero no habíamos hablado de eso aún como para confesarlo. Después de eso colgué y entré a la casa.
Ahí me esperaba mi familia, tenían una mirada extraña. Cuando me senté la primera en preguntar quién había llamada fue mi madre. Solté un suspiro, creo que era momento de hablarlo.
—Conocí una chica durante las primeras semanas de cuarentena... La conocí por un juego y no tardamos en hacernos cercanos, hablamos cada día, hacemos video llamadas y hacemos muchas cosas juntos, como ver películas o hasta comer... Siento cosas por ella más ella de una amistad, así que cuando pueda viajaré a conocerla. —Solté sin hacer una pausa para respirar. Todo se quedaron en silencio por un rato, sabía que no era algo fácil de comprender, me estaba enamorando de una persona que no había visto en persona y eso era complicado, pero teníamos una conexión que no había sentido con nadie más que tuviera cerca.