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Chapter 26

CAPITULO 26

 

~ N A R R A T I V O ~

 

 Mia tomó las flores que Alex le había traído y aún no entendía que estaba pasando, como era posible que el hombre haya viajado cuando aún no estaban del todo solucionado el tema del covid, era algo que no entendía pero que luego preguntaría, el hombre se separó de la menor para saludar a sus padres, a quienes también estaba conociendo por primera vez.

 

—Señora Celeste, Señor Marcus, es un placer poder conocerlos también —Dijo el hombre sonriente. Los invitados estaban extrañados por la situación, más los jóvenes que no entendían como era posible que la fea de Mía tuviera novio y que estuviera tan bueno—, gracias por dejarme pasar navidad con ustedes —Continuó el hombre, quien había tomado la mano de Mía, temblaban, ambos, pero era de felicidad. Estaban demasiado contentos por lo que estaba pasando.

 

Marcus se unió en un abrazo al hombre, él estaba contento por el esfuerzo que había hecho el hombre, desde principio de mes sabía que él vendría a Atlanta y supo todo lo que había estado haciendo para poder viajar, no había sido fácil y ni tampoco económico, así que todo ese esfuerzo lo hizo darse cuenta de que no es un capricho, sino que el hombre va en serio. Cuando se separaron, Celeste se acercó para darle un beso en la mejilla y saludarlo más tranquila.

 

—Finalmente te conocemos, siéntete como en casa Alex —Dijo Celeste, tomando por sorpresa a la pequeña. Los padres de ésta regresaron al salón donde estaban los invitados, quienes esperaban expectantes. Mía le sonrió a Alex y luego lo hizo entrar a la casa, cerraron la puerta detrás de ellos y caminaron con sus padres.

 

—Amigos, les presentamos a Alex, el novio de Mía —Escuchar eso era tan lindo viniendo de su madre, quien había estado a la defensiva por mucho tiempo y ahora parecía estar aceptando que ellos tenían una relación, aunque ya hayan hablado, Mía sabía que había dudas en su madre y que, poco a poco, todo se aclararía.

 

—Un placer a todos —Nadie se resistió a levantarse a saludar al invitado, hasta Rebecca quien lo miraba con recelo, pero de ella era obvio que se esperaría esa expresión. Mía seguía tomada de la mano de Alex, sentía que no lo soltaría nunca más, ella sentía que era algo que no podía dejar escapar jamás, lo miraba de reojo y parecía irreal. De esto se dio cuenta Alex y se sentía avergonzado.

 

—Bueno, es hora de la cena, llegaste en buen momento —Dijo Celeste mirando a Alex, todo se volvieron a levantar para ir al comedor, los últimos fueron Mía y Alex. Quienes se miraron a los ojos y se quedaron el silencio.

 

—No puedo creer que estés acá —Musitó la joven con una gran sonrisa, lo miraba enamorada, era una mirada que jamás había tenido pero que solo le daría a Alex.

 

—Te prometí que pronto estaría contigo y yo siempre cumplo mis promesas, pero hablaremos en privado más tarde así que no te adelantes —Él la tomó de las mejillas y volvió a besar su frente, queriendo besar los labios de la menor, pero debía resistirse un poco más—, vamos, muero de hambre tengo que admitir.

 

—Tu siempre tienes hambre —Dijo la joven haciendole una broma, una que era común entre los dos, ya que muchas veces durante las citas que tenían virtuales el hombre siempre comiendo algo, siempre eran cosas “saludables” pero siempre estaba comiendo algo.

 

—Como usas mis secretos en mi contra —Mencionó Alex tratando de hacerse la victima jugando, ambos se rieron y fueron a la mesa donde se sentaron juntos, mi madre había comenzado a servir la comida sobre la mesa y cuando Alex se sentó, ella le habló.

 

—¿Hay algo que no puedas comer, Alex? —Preguntó Celeste cuando estaba dándole un plato, en la mesa estaba toda la comida que Marcus y ella habían preparado, él no era de negarse a ningún tipo de comidas, en realidad no era alergico a casi nada, así que negó con la cabeza. Todos se empezaron a servir la comida.

 

El inglés hizo algo que volvió loca a la menor, él le había servido la comida, había sido muy lindo de su parte y fue algo que hizo que la chica se sonrojara. Del otro lado de la mesa estaba Rebecca y Matt viendo como los “novios” estaban interactuando muy tiernamente, la chica se sentía extraña de ver a Mía de esa forma, no le gustaba en lo absoluto.

 

—¿Y dónde se conocieron ustedes dos? El año pasado Mía me dijo que no tenía novio… ¿Acaso lo negaste querida? —La voz de Rebecca sonó hasta venenosa, la cara de Mía se deformó cuando la escuchó, todos estuvieron en silencio hasta que Alex se vio en la necesidad de responder, tampoco iba a mentir.

 

—Nos conocimos por internet a principio de año, hemos estado hablando cada día, todos los días desde entonces —Los ojos de Rebecca se abrieron y luego sonrió.

 

—Así que son novios de internet —Dijo sorprendida, Mía la miró enojada y no entendía como nadie se metía para decir algo—, ya sabes lo que dicen… Amor de lejos, amor de pendejos… —Bromeó solo haciendo reír a Matt.

 

—Rebecca te voy a pedir que en mi casa respetes a mi hija —La voz de Celeste sonó fuerte. Todos sabían que con un Hillman no se podía jugar, era obvio que no era momento para eso, ahora la mujer estaba haciendo lo posible por evitar el dolor de su hija y ahora entendía el por qué nunca quería estar cerca de aquella chica—, te recuerdo que ella tiene quien la defienda y no voy a permitir que le faltes el respeto a nuestra hija y a nuestro invitado…

 

—Si Rebecca, ¿qué te pasa? —Dijo Megan, su madre, mirándola sorprendida, no sabía por qué se estaba comportando de esa forma frente a todos. Mía bajo la mirada, pero cuando Alex tomó su mano la hizo sentir segura.

 




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