Ganadora De La Apuesta #2

Cuatro

ADAM ROTH.
 

 


La llamada de Sidney me emociono bastante.

 

No pensé que se acordaron de la cita.

 

Yo si me acordaba pero me hice el que no por un concejo de mi hermano.

 

Dijo que me tenía que hacer el desinteresado para así ella muestra interés.

 

Es por eso que no la llamé yo y al parecer funciono.

 

Me vesti como la otra vez.

 

Una vez listo salgo para la escuela.


















 

(...)
 



















 

Al terminar las clases voy directo al Starbucks.

 

Estoy por llegar cuando Alex y sus amigos me interceptan.

 

¿Y este que quiere?

 

— ¿Llendo a tu cita? —Hablo acercándose a mi.

 

¿El como sabe eso?

 

Trato de irme pero noto que me tienen rodeado.

 

— Te estoy hablando imbécil.

 

Me empujó el hombro.

 

No hice nada.

 

— ¿Que querés?

 

Mantengo la mirada en el suelo.

 

— Que te Alejes de Sid.

 

Levantó mi cabeza para mirarlo.

 

— ¿Y por qué haría eso?

 

— Por esto.

 

Ni bien dijo eso me golpeó en el abdomen haciendo que me contraiga.

 

Entre los cuatro me empezaron a golpear.

 

Cuando caigo al piso oigo a alguien gritar.

 

— ¡Hey!

 

Es Sidney.

 

Ellos al parecer también se dieron cuenta porque ni siquiera voltearon solo se fueron corriendo de ahí.

 

Cobardes.

 

Sidney se acerca a mi y me ayuda a pararme.


















 

(...)
 



















 

Me fui enojado de la casa de Sidney.

 

Por culpa de ella me golpearon y ahora pretende hacer de mi enfermera.

 

Cada vez que estoy cerca de ella algo malo me pasa.

 

Estoy harto de esto.

 

Primero rompe mi corazón y ahora por su culpa casi Rompen mis costillas.

 

De seguro mañana va a ver un moretón.

 

Es la última vez que permito ir Sidney me lastime.

 

Yo soy un juguete y mucho menos un trapo sucio que puede desechar cuando quiera.

 

Soy una persona y merezco respeto.

 

Al llegar a casa subo directo a mi cuarto ignorando los gritos de mi Madre por como estoy.

 

Me tiró boca abajo en la cama.

 

A los minutos escucho la puerta abrirse.

 

— Hijo. —Me llama pero la ignoró.

 

No estoy de ánimos para hablar con nadie.

 

— ¿Que te paso?

 

— Nada.

 

— No me digas que no es nada, estás todo golpeado. Decime que pasó podés confiar en mí.

 

Me siento al lado de ella.

 

— Unos chicos me golpearon por culpa de Sidney.

 

— ¿Ella los mando a golpearte?

 

— No.

 

— ¿Y entonces por qué decís que es su culpa?

 

— Porque el que me golpeó fue Alex para que me aleje de ella.

 

— Pero eso no es su culpa, la culpa la tiene el que fue el que te golpeó.

 

Tiene razón.

 

Me desquité con ella cuando eso no fue su culpa.

 

Tengo que pedirle perdón por como la trate hoy.

 

Abrazo a mi Madre y salgo de la casa corriendo para ir a la de Sidney.




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