10. Besos.

Chanyeol

Miraba dormir a mi novio, se veía precioso incluso con la boca abierta y la saliva escurriendo de ella, con mi mano tomé su quijada y con delicadeza la empuje hacia arriba de modo que pudiera lograr que su boca se cerrara. Al fin lo tenía para mí, sólo para mí, era mi novio, mi chico.

No existía mejor sensación que poder estar recostado a su lado como en ese momento lo estaba, podía respirar el perfume de mujer que Baek solía usar, me había dicho que le gustaba porque era el perfume de su madre, ya había pasado un tiempo desde que la señora se había largado dejando desatendido a Baekhyun, él tenía suerte si ella lo llamaba dos veces a la semana.

—Uhm... No, Channie —su voz me hizo volver de mis pensamientos a la realidad, Baek seguía dormido y ahora hablaba en sueños. Miré hacia el techo acomodándome en una mejor posición. Hacía apenas una semana que éramos pareja oficialmente y yo ya quería que todo el mundo se enterase, obviamente eso no era posible ya que el pelinegro seguía pidiéndome discreción, ni siquiera había terminado a Taeyeon, me estaba impacientando pero no era culpa de ninguno de los dos, Tae se había ido de viaje con su familia y Baekhyun no quería romper con ella por teléfono.

—Chan, creo que te amo —mi ceño se frunció, ¿acaso había escuchado mal? giré mi cara para verlo, creí que seguiría dormido pero para mí sorpresa él me veía de vuelta.

—Buenos días —soltó enseguida para después besar mi frente, no quedaba ni rastro de la baba que tenía en su mejilla.

—¿Qué dijiste? —pregunté desconcertado. Me mostró una preciosa sonrisa, una sonrisa divertida que también demostraba cariño.

—Dije "Buenos días" —repitió, tomó mi oreja entre su pulgar e índice para jugar con ella.

—No me refiero a eso, es a lo que dijiste antes —le insistí.

—No sé a qué te refieres, cariño —él me había dicho... este chico estaba acabando con mi razón.

—Me refiero a cuando me dijiste que me amabas —mi voz ronca.

—¿Yo dije eso? —puso una cara de confusión, maldita sea, quería joderme la mañana.

Lo miré retador y sin avisarle me coloqué sobre él acorralándolo contra la cama, mis manos sosteniendo sus muñecas a los laterales de su cabeza apoyándolas contra el colchón y mis rodillas aprisionando sus muslos ejerciendo una leve presión para que no le fuera posible moverse mucho.

—Dímelo de nuevo, Baekhyun —susurré rozando mis labios peligrosamente en su lóbulo.

—No sé de qué hablas, yo no dije nada —gimió cuando lamí su oreja de manera provocativa.

Comencé a darle besitos por el cuello a la vez que respiraba ese embriagante aroma, tenía que controlarme porque a pesar de que me prometí ser paciente con el tema del sexo, me estaba poniendo duro y no sabía si tenía el suficiente autocontrol. Nunca en mi vida había deseado tanto a una persona como deseaba a mi novio, ni siquiera las chicas con las que me acostaba antes de Baekhyun me ponían así, era solo él.

—Dime que amas, Baek —una de mis manos se coló debajo de su camiseta roja y con mi dedo índice acaricié uno de sus pezones haciéndolo soltar un jadeo y es que, mierda, él era tan sensitivo.

—No.

—Entonces no te dejaré ir —la mano que acariciaba su pezón comenzó a descender hacia su abdomen y luego rocé su pelvis para terminar tentando la cinturilla de sus pantalones de pijama.

—Channie, espera un minuto —soltó, casi a regañadientes lo hice, no sin antes decirme mentalmente que debía tener autocontrol—. Te amo, Park —dijo sonriendo, yo no podía ser más feliz, después de todo le creía, ya llevábamos mucho tiempo estando juntos, tal vez no como novios pero sí como los mejores amigos y ese tiempo era suficiente para que me enamorara de él y él de mí.

—¿Qué? No escuché.

—Tont…

—¡Baekhyun, se te hace tarde! —la voz de Sehun me hizo fruncir el ceño, el idiota había entrado sin permiso a la habitación—. Oh, lo siento —nos miró un poco asombrado y entonces tuve que quitarme de encima de mi chico.

—No importa, Hunnie, ya estábamos despiertos, en un momento vamos —Sehun asintió tragando saliva y salió del cuarto.

—¿Cuándo se irá ese tarado? —le pregunté de mala gana a Baek mientras lo veía buscar una camiseta en su clóset, desde que lo había conocido, su ropa siempre me pareció provocativa sin embargo jamás dije algo pero ahora, ahora yo era su novio y prefería que cubriera su curvilíneo cuerpo, esas camisetas le quedaban casi como una segunda piel y daban a notar las preciosas curvas y abdomen plano que él tenía. Recordé que yo había llevado dos camisas de más para cambiarme y así poder irnos juntos al colegio.

—No lo sé, Channie, puede quedarse el tiempo que él desee —se encogió de hombros. Me levanté para tenderle una de ellas y pedirle que se la pusiera, accedió pero no sin antes mirarme como si estuviera loco, lo cierto es que aparte de todo verlo vestir mi ropa me causaba morbo.

—No me agrada —dije cortante.

—Si te olvidaras de tus celos tontos y le dieras una oportunidad, te agradaría, él es una persona muy bella —en ese momento se bajaba los pantalones de pijama y los remplazaba por unos jeans. Se veía perfecto vistiendo mi camiseta aunque le quedará enorme y los jeans pegados... bueno, al menos ya tenía más que cubierta la parte superior de su cuerpo, que más podía pedir, no quería que pensara que era uno de esos locos novios machistas, no, no.