24. Minnie.

YiFan

Mis manos fueron directamente al trasero de Tao mientras el beso se profundizaba y en mi cabeza sólo me decía que lo que estaba haciendo era una locura, estábamos hablando de mi mejor amigo y además, acababa de acostarme con alguien, Tao se merecía algo mejor, que estuviera sobrio y por lo menos limpio.

Se apartó para besar mi cuello con timidez mientras sus manos jaloneaban mi camiseta para sacarla por mis hombros, su respiración estaba muy agitada y pude sentir cuanto me deseaba.

—Tao, espera.

—No, ya no quiero esperar, por favor.

Mierda, no. Lo haríamos cuando estuviera a su altura.

—Para —ordené con voz potente tomando su rostro entre mis manos.

De sus ojos salían unas cuantas lágrimas y miraba al suelo con un leve rubor en sus mejillas.

—Rayos, lo siento, ¿te hice llorar?

"Que idiota eres"

Negó limpiándose una lágrima.

—Es que, esto es como un sueño.

Lo solté.

—No puedo llegar más lejos que un beso.

—Olvídalo, soy un tonto, dúchate tranquilo y por favor duerme un poco o en un rato tendrás dolor de cabeza —me sonrió con esa mirada triste que ponía cada vez que algo lo hería.

Tao

El pasado de Fan no había sido todo lo que decía feliz, yo entendía todos y cada uno de sus temores, cada inseguridad, entendía el lenguaje de su cuerpo, sabía lo que lo asustaba, lo que lo hacía enfadar, conocía sus debilidades incluso sus locuras y aun así lo amaba, justamente porque lo conocía incluso mejor que a mí mismo, sabía que cuando se sentía acorralado optaba por huir, por esta razón jamás lo presioné con nada, cuando dejó la universidad intenté hacer que regresara porque no significaba un gasto extra, para asistir a la universidad local lo único requerido era un examen de admisión, así de fácil, sin embargo, Yifan simplemente dijo no.

Ahora me preguntaba si realmente tenía caso seguir encaprichado con él, por supuesto que no iba abandonarlo, seguía siendo mi mejor amigo, no pensaba dejarlo porque todos siempre hacían eso, estaría para él pero, tal vez simplemente debía abandonar la idea de que él y yo fuéramos algo más que amigos en un futuro.

—Tonto Yifan —murmuré para mí.

—¿Hice algo malo?

Lo vi entrar a nuestra habitación con solo el bóxer puesto y su cabello mojado, tan sensual.

—N—No.

—Aún tienes tiempo para ir a tus clases ¿no irás?

—Prefiero quedarme hoy, no he dormido bien.

Al parecer su ebriedad había bajado bastante, incluso parecía que se había recuperado por completo.

—Creo que dormiré también —dijo esto acostándose a mi lado en la cama.

Sin vacilar ni un poco me acerqué a él para abrazarlo, Yifan no se movía por lo que tuve que tomar su mano derecha y colocarla en mi cintura. Entrelacé nuestras piernas y por supuesto que hundí mi cara en su cuello. Iba intentarlo sólo una vez más.

Comencé respirando fuerte contra su piel, rozando mi nariz en esa zona mientras mis manos subían y bajaban por su torso.

—¿Quieres saber algo, Fan? —susurré—. Me he estado guardando para ti durante mucho tiempo.

No contestó, sólo se dejaba hacer.

—Dime si debo simplemente dejar de hacerlo —en cuanto dije esto su rostro se volteó para mirarme.

—Es tu cuerpo, puedes hacer lo que te plazca con él.

Eso era claramente un rechazo, era lo único que necesitaba para estar seguro de mis decisiones.

—Y eso haré pero, no sin antes hacer el amor contigo, puedes tenerme justo ahora si lo deseas, te lo pido. Imagina que soy una chica, piensa en quien tú quieras pero házmelo.

Y es que era casi una necesidad para mí, ser tocado y sentirme amado por la persona que amaba.

—No voy hacer eso, mereces algo mejor que yo, mereces que tu primera vez sea con alguien especial, no yo.

—Eres especial, muy especial para mí.

Me estaba humillando, suplicando por ser follado. Que patético.

—Pero no quiero, no quiero hacerlo contigo, no ahora.

Mis ojos comenzaron aguarse, no quería que me viera llorar por lo que solo enterré mi rostro en su pecho besando esa zona.

—¿Es porque no me amas? ¿Porque soy un chico?

No respondió, al contrario salió de la habitación azotando la puerta.

Así que eso era.