—¡Ayúdame! —Susurra uno voz dentro de la obscuridad en la que me encuentro, lo único que puedo ver con la poca iluminación que un pequeño foco me regala, un par de cadenas que se expanden por lo que parece ser un suelo de concreto, viejo y sucio.
—¿Quien eres? —Trato de averiguar un poco, pues se que esto no es un sueño —¿Donde estas? —Vuelvo a preguntar mirando en todas las direcciones en busca de alguien pero el lugar esta muy obscuro para ver algo.
—Ya vienen —Susurra con temor —Nos quieren a todos, saben que estamos conectados, debes de impedirlo.
—¿Como lo voy a impedir? —Pregunto con desesperación, pues puedo sentir el miedo que invade cada parte de su cuerpo —Ni siquiera se donde diablos estas.
—"No probaras mas del fruto de la vida hasta que llegue el reino de Dios" —Es lo único que dice antes de que todo pierda sentido.
—¡Espera! ¡Espera! —Grito pero ya es demasiado tarde, pues ya he despertado.
—Tranquila, tranquila —Repite la voz de Leo al ver lo alterada que me encuentro tras aquella visión —Todo esta bien —Acaricia mi hombro de una forma tan cariñosa lo que me hace alejarme de su rose.
—¿Cuanto llevo dormida? —Lanzo la pregunta para cortar el silencio que inunda la habitación.
—Un día —Me informa el cruzándose de brazos y poniendo distancia de mi como yo lo he hecho con el.
—¿Que a pasado? —Pregunto cuando me levanto de la cama para poder ponerme mis tenis, los cuales se encuentran en una esquina del cuarto.
—Te has desmayado —Me informa Darlenn de quien no me había dado cuenta de su presencia — Parece que el ritual no ha funcionado contigo, ¿recuerdas algo? —Acerca un vaso de agua, el cual acepto de inmediato, pues mi sistema me pide a gritos un poco de agua.
—No, no recuerdo nada —Me sincero con ella, pues lo único que logro ver es aquel lugar obscuro y aquella voz desesperada que pedía ayuda —¿Has encontrado lo que buscabas? —Lanzo la pregunto a Leo, quien mantiene una expresión seria como si mi pregunta en si le molestara mientras intercambia un par de miradas con Dalrenn antes de atreverse a hablar.
—No.
—Parece que alguien puso un hechizo muy fuerte en ti para bloquear tus recuerdos así que me ha sido imposible averiguar cualquier cosa de ti —Me informa Darlenn al ver la frialdad con la que habla Leonel, quien parece no querer moverse de su lugar —Recuerdas algo de tu infancia, algo que nos pueda ayudar a saber tu origen.
—No recuerdo nada de mi infancia, lo único que recuerdo es cuando aparecí en un cementerio de Venecia, es lo único que puedo recordar.
—¿Y nunca te pareció extraño no poder recordar nada? —Pregunta Darlenn tomando asiento en una silla situada junto a la única cama que hay dentro de la habitación.
—No, nunca me pareció extraño, no hasta que empezaron a pasar cosas extrañas a mi alrededor —Me sincero, pues no era la primera vez que la sensaciones abrumadoras me atacaban.
—¿Que tan extraño? —Pregunta Darlenn totalmente interesada.
—Desde que empezaron a aparecer los ángeles, como los que ahora se encuentran observado —Les cuentos mientras dirijo mi mirada hasta donde aquellas criaturas se encuentran —Ellos nunca se han acercado solo observan como la mayoría de veces hacen pero los demonios, ellos si que son bastante temperamentales —Sonrió al recordar a los últimos idiotas que habían sido poseídos por pequeños e insignificantes demonios.
—Y lo dices así de fácil —Suelta de mal humor Leonel, quien se pasea por la habitación con desesperación.
—¿Tu puedes verlos? —Pregunta Darlenn ignorando el humor de perros que el rubio tiene.
—No todas las veces, he visto solo a un par de ellos pero la mayoría de veces solo puedo sentir su presencia al rededor mio.
—¿Y nunca has querido saber el porque?
—Esperaba saberlo con ayuda tuya pero veo que no ha servido de nada, así que es mejor que me vaya de una vez por todas —Me levanto con la intención de largarme de este lugar pero de inmediato soy detenida por el rubio, quien no para de verme de esa manera tan extraña.
—Eso no sera posible, no estando tu en peligro —Suelta en un susurro solo para que nosotros dos escuchemos y una corriente recorre todo mi cuerpo de una manera especial y abrumadora, así que de inmediato me aparto de el.
—No pueden retenerme aquí —Me cruzo de brazos, pues esto ya me esta comenzado a enfadar.
—No pero aun hay otra posibilidad de que podamos saber quien diablos eres, ¿no quieres intentarlo una ultima vez? —Llama mi atencion Darlenn, quien no se ha movido de su lugar.
—Pero tu has dicho que es imposible romper el hechizo, ¿como diablos piensas conseguirlo?.
—Se lo que he dicho para mi es imposible romperlo pero para los genesis no lo es.
—¿Los que? —Pregunto al no entender ni una palabra de lo que esta hablando.
—Los genesis —Me mira con sorpresa al ver la incógnita en mi rostro —Cuando Dios creo la tierra con ella creo seis humanos poderoso, ellos se encargan del bienestar de la tierra y la raza humana, con ellos seis estoy segura de poder romper el hechizo.
—¿Y como los encontramos?
—Tu no, yo lo haré —Suelta Leonel llamando de nuevo mi atencion, logrando perderme en esos ojos que tantos secretos guardan.
—Yo te acompaño —Me acerco un par de pasos mas a el, el cual niega repetidas veces con la cabeza.
—Tu no iras a ninguna parte —Sentencia Leonel como si fuera mi padre o mucho mas que eso —Así que tu te quedas —Zanja antes de tomar su mochila y colgarla en uno de sus hombros.
—lo que no te había dicho es que no estaba preguntando —Me encamino, sin importarme ni un poco, la poca energía que tenga —Así que vamonos —Sentencio antes de verlo salir del cuarto, no sin antes soltar un par de palabrotas en mi dirección, las cuales me hacen sonreír sin poder evitarlo.
—En verdad espero que puedan encontrar a todos —Me sonríe Darlenn antes de darme un abrazo, uno que me cuesta mucho corresponder —Cuida de el, es un idiota cuando quiere pero se que tu podrás con el, así que cuidensen —Me susurra antes de liberarme del abrazo.
Editado: 19.07.2021